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Paysandú, Domingo 06 de Diciembre de 2015

Unos 500 niños y jóvenes reciben educación “exactamente igual al Reino Unido”

Locales | 03 Dic STANLEY, 2. (Por Enrique Julio Sánchez). Unos 500 niños y jóvenes estudian entre los 3 y 16 años en las escuelas de las islas. Además, otros 50 estudian “en cualquier parte del mundo adonde quieran ir, siempre y cuando en sus años de estudio aquí hayan tenido buenos promedios”, dijo Tom Hill, director de Educación. Por año se gastan “unos 7.000 millones de libras en el sistema de educación, que tiene 107 personas trabajando (más de 50 como maestros y profesores), y que tiene por meta la excelencia, porque para un país tan pequeño es el único camino”.
Unos 300 niños cursan la Junior School (Primaria), entre los 3 y 10 años. En la High School (Secundaria) cursan 150 niños y jóvenes de entre 11 y 16 años y el resto de los estudiantes concurren a universidades o cursos de posgrado en diversas partes del mundo. “Muchos eligen el Reino Unido, pero por una decisión propia. El gobierno paga por su educación en el exterior --porque aquí no la pueden recibir-- y eso significa una enorme suma de dinero. Sin embargo, es una inversión que vale la pena, aun cuando los estudiantes no están obligados a volver a las islas una vez diplomados. Pero muchos lo hacen”, dijo Hill.
Además de las dos escuelas en Stanley, hay otras cinco rurales diseminadas por las islas, que tienen dos o un alumno. Y una de ellas ha sido cerrada temporalmente porque no hay estudiantes en el área. No obstante, el aspecto más significativo del programa de educación parece ser el Servicio de Maestro Viajero, que tiene “más de cien años de existencia. Comenzó transportando a los maestros, parte a caballo y parte por bote”.
Actualmente “vuelan en avionetas que aterrizan en las estancias más remotas de la isla, en pistas de tierra. Durante las siguientes dos semanas el maestro trabaja de manera intensiva con los niños del lugar y a veces también tomando parte del trabajo rural”. A las dos semanas, el maestro parte a otro lugar en la isla “y allí entra el sistema de teleconferencia, en un servicio de Intranet que continúa con la educación de aquellos niños o jóvenes que no pueden trasladarse a Stanley. Más adelante vuelve. Así es el sistema que ha dado excelentes resultados, porque en definitiva no hay diferencias de educación que tomen la ubicación de los alumnos como una variable”, dijo Tom Hill, originario de Escocia (“donde todo el tiempo llueve”), que estuvo en las islas hace algunos años y que retornó en 2013 para ocupar la posición actual.
El sistema de educación es “exactamente igual al del Reino Unido” y las escuelas están equipadas “con la última tecnología, desde pizarrones electrónicos LED hasta todo lo que se necesita en los laboratorios y, por supuesto, tantas computadoras como sea necesario”.
Los maestros y profesores “ganan entre un 5% y un 10% más que en el Reino Unido, porque hacemos hincapié en la excelencia. Si un estudiante estudia Historia, solo tiene un profesor de Historia, así que más vale que sea muy bueno”.

ISLEÑAS
** No hay muchas personas que comparten una misma profesión u oficio. Por el contrario, cada uno cumple su rol y se espera que así sea hasta el fin de su vida activa. Los isleños cuentan con picardía que “hasta supimos tener nuestro propio ladrón” y dan incluso su nombre. El hombre entraba a las casas “para tomar cerveza o a veces para llevarse algo de dinero”. Era rápidamente capturado por la policía y llevado ante el juez de Paz (un trabajo no remunerado) para ser “juzgado”. En ocasiones, se le imponía una multa y en otras era enviado por algunas semanas a la cárcel. Hasta hace cinco años la cárcel era una antigua edificación, pero hoy está detrás del edificio de la Policía. “Casi nunca se usa, pero tiene hasta televisión”, dicen quienes aquí residen.
** En las Falkland Islands residen de manera permanente unos veinte veteranos de la guerra con Argentina que sirvieron en el ejército británico. Hasta el momento, nadie ha podido indicar exactamente dónde, pero al parecer en alguno de los muchos puntos lejanos de las cientos de islas.
** Hay algunos argentinos también, igualmente inubicables. Algunos residentes sostienen que su número no es superior a los 30 y que están aquí desde antes de la quimera de Galtieri.
** De hecho, Galtieri y su desafortunada cruzada libertadora han beneficiado a las islas en muchos aspectos, como ya se ha indicado. Por ejemplo, después de que la Task Force recuperara las islas, Margaret Thatcher decidió cumplir con un antiguo reclamo de los isleños y les otorgó la ciudadanía plena y el pasaporte británico. Hoy, los kelpers (una denominación que nadie resiste, pero que es antigua y está en desuso) son británicos de pura cepa o, al menos, con documento.
** No existe el Impuesto al Valor Agregado (IVA). A diferencia de lo que ocurre en Gran Bretaña, donde es del 17%, en Falkland Islands no se cobra un impuesto directo a la compra de bienes y servicios. De todas maneras, como la mayoría de los productos son importados, los precios son elevados.
** Si se concreta la extracción de petróleo y esta se vuelve una industria rentable para las islas, aunque la cantidad que se espera retirar no será importante contada en barriles y comparada con el mercado internacional, los falkland islanders pueden tener otra buena noticia. Se ha comenzado a discutir la posibilidad de que cuando eso ocurra, ya no se cobren impuestos de ningún tipo a los residentes.
** Hasta no hace mucho, las damas de Stanley no tenían peluquería. Incluso fue tema de discusión en la Asamblea Legislativa. La posibilidad de que se estableciera una peluquería estatal fue considerada. Finalmente, no fue necesario, porque actualmente hay dos peluquerías que atienden a las más de mil damas. Las encargadas de los establecimientos y sus empleadas debieron viajar a Gran Bretaña para capacitarse.
** En noches como las de estas jornadas, cuando el viento sopla con fuerza dejando rápidamente desiertas las calles, queda claro por qué todos los negocios cierran temprano. No se toman pedidos en los restaurantes después de las 20.30. Y en los días en que están abiertos los bares, sirven bebidas hasta las 23.30. Pero cuando sopla fuerte el viento y el lugar se vuelve inhóspito, queda clara la razón de esta costumbre.
** Conectarse a Internet no es sencillo. Y para nada barato. Una familia tipo paga por mes 200 libras por los servicios de teléfono e Internet a la compañía de comunicaciones Sure. Pero 150 libras de esa cantidad total se gastan en Internet. No hay plan libre, aunque sí varios planes de diferente capacidad. Los residentes en general se quejan, porque no pueden ver películas ni conectarse a YouTube ni a Netflix ni similares, porque “en un solo día puedo gastar todo el mes en Internet”, comentó una residente.


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