Paysandú, Lunes 07 de Diciembre de 2015

Coincidencias que resultan alentadoras

Opinion | 06 Dic El hecho de que coincidieran hace pocas horas en Chile el presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, y el mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, permitió proyectar oportunidades al analizar con la mandataria trasandina las perspectivas de acercamiento entre los bloques del Pacífico y el Atlántico.
Precisamente la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y Tabaré Vázquez acordaron este sábado estrechar vínculos entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur, una propuesta que recibió el beneplácito de Mauricio Macri, quien cerró en Santiago un viaje relámpago que también lo llevó a Brasil.
Macri se había reunido a última hora del viernes en el Palacio de La Moneda con Bachelet, un encuentro al que más tarde se sumó el líder uruguayo, que realizó una visita oficial al país trasandino. Durante el encuentro, Bachelet abordó asuntos de la agenda bilateral con ambos países y temas de alcance regional, como la conveniencia de acercar al Mercosur y la Alianza del Pacífico, que es un tópico que ha estado en el tapete desde que se lanzó la idea del bloque transpacífico.
En este intercambio de ideas, el presidente electo argentino se mostró convencido de que el Mercosur necesita cambios profundos y que es preciso sintonizar con la Alianza del Pacífico para que las economías de los países de la región sean más competitivas. “Hay muchos desafíos a partir de entender que juntos, en la región, vamos a tener capacidad de insertarnos en el mundo, de conseguir mejor trabajo para nuestra gente”, afirmó en una rueda de prensa en la sede del Ejecutivo chileno, después del encuentro con Bachelet.
“Tenemos que entender que hay que ir convergiendo hacia la Alianza del Pacífico, también utilizando la Aladi como un mecanismo para mejorar la relación país a país”, sostuvo Macri, quien estuvo en Chile acompañado por una delegación que integran, entre otros, su futura canciller Susana Malcorra y quien será su jefe de gabinete, Marcos Peña.
Macri finalizó en Santiago su primer recorrido internacional, un viaje que además lo llevó a Brasil, donde se reunió con la presidenta Dilma Rousseff. Con la mandataria brasileña --explicó el político argentino-- coincidió en la necesidad de dar vitalidad al Mercosur, un bloque “que ha sido postergado, dilatado e interferido” estos últimos años. Mientras que desde el punto de vista bilateral, Macri se mostró partidario de dar un nuevo impulso a las relaciones con Chile, un capítulo en el que “hay mucho para trabajar en conjunto”.
A su vez, las perspectivas de acercamiento entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur estuvieron presentes en el encuentro entre Bachelet y Vázquez, cuyos países asumirán en 2016 la presidencia pro témpore de los respectivos bloques.
“Ahí seguiremos trabajando en el camino que Chile ha propuesto, que es la convergencia dentro de nuestra diversidad”, apuntó Bachelet al término de la reunión de trabajo con el mandatario uruguayo. Vázquez --contrariamente a lo que piensa Macri-- consideró que no es aplicable a Venezuela la Cláusula Democrática del Mercosur, que sin embargo sí se utilizó contra Paraguay.
Se trata de miradas distintas en torno a un tema que trasciende el aspecto del intercambio comercial y la integración, y que ha sido la característica del Mercosur en la década en que asumieron gobiernos progresistas, con prevalencia de lo político por sobre lo jurídico.
El cambio de gobierno en Argentina, la segunda economía del Mercosur, permite vislumbrar la posibilidad de cambios en el Mercosur, al margen del bloqueo ideológico que ha sido determinante en el acuerdo regional. El Mercosur no ha sido capaz de firmar acuerdos ni tratados de libre comercio con ningún bloque, cuando en el mundo hay no menos de 150 acuerdos de estas características.
Argentina, con el gobierno ultraproteccionista de las administraciones Kirchner, se opuso sistemáticamente a firmar acuerdos porque su economía tiene fuertes condicionamientos por subsidios y otras distorsiones que han hecho que, para acordar, deba desarmarse este tramado delirante.
Con Brasil en una postura similar (pese a su recesión), Paraguay y Uruguay, se abren perspectivas para que el bloque pueda cambiar la pisada de su encierro crónico y explore, por ejemplo, alternativas con la Alianza del Pacífico en una apertura beneficiosa para ambos.
Además, en el caso de nuestro país, se acerca la oportunidad de sacarse de encima condicionamientos que ya nos están haciendo mella en los mercados internacionales, en tanto hay rubros que ya no tienen aranceles preferenciales en Europa, y el Mercosur y la Unión Europea siguen dilatando la firma de un acuerdo para mutuo beneficio.
Por lo demás, competidores directos de nuestro país en los mercados, como Australia por ejemplo, han celebrado un tratado de libre comercio con China, que nos hará menos competitivos, mientras que la alianza transpacífico, de cara a los mercados asiáticos, es otro duro golpe para nuestras posibilidades si no dejamos atrás las recetas ideologizadas del Mercosur y avanzamos decididamente hacia una diversificación en la que nos va la vida.


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