CARLOS ARBOLEYA

Deportes | 07 Dic “Parece que fue hace mil años el Mundial”, dijo Carlos Arboleya mientras recordaba los grandes momentos vividos con Los Teros en el Mundial de rugby que se desarrolló en Inglaterra en setiembre.
“El otro día encontré una remera y se me vinieron unos cuantos recuerdos… Pasaron muchas cosas, parece que fue hace pila, pero en realidad fue hace solo dos meses”, agregó el jugador a EL TELEGRAFO.
“El Mundial fue un regalo de todo lo que se hizo antes. También fue una demostración de que si se trabaja bien, se planifica bien, obviamente que con mucho esfuerzo y entrega de cada uno, se puede llegar a jugar a un muy buen nivel”, analizó. Aunque fue claro en señalar que “la diferencia quedó demostrada en el tanteador y ahí se demostró el lugar donde está cada país a nivel de desarrollo del rugby, pero por lo menos se trazó una línea hacia dónde se quiere ir si pretendemos mejorar”.
La diferencia de los rivales se vio principalmente en el segundo tiempo de los partidos, lo que demuestra el gran avance del rugby uruguayo a nivel mundial. “Antes nos ganaban en el primer tiempo, ahora les costó más”, dijo. Pero Arboleya no se queda ahí nomás, “es un primer arranque”, tiró, y fue a más: “se necesita más gente, más trabajo”.
El primer partido del Mundial quedó marcado no solamente por la vuelta de Uruguay a los principales lugares del mundo rugby, sino que también por la emoción de los jugadores a la hora de cantar el Himno de nuestro país.
“Fue una materialización de los cuatro años de trabajo. Fue como sacarse para afuera un cúmulo de sensaciones que veníamos juntando desde la clasificación, las prácticas, los viajes… fue como decir ‘saco todo ahora y quedo bien para jugar’”, recordó.

“UN GRITO DE DESAHOGO”
Arboleya convirtió el primer try de Uruguay en un Mundial luego de 12 años, y será un recuerdo que no se borrará jamás.
“Sabía que todo el equipo lo quería hacer, pero me tocó a mí. En ese momento pegué un grito de desahogo al piso, fue como un poquito de afloje porque luego había que seguir y volver al partido, quedaba mucho tiempo”, señaló.
Fue un momento muy emotivo, que quedará en el mejor recuerdo de los pasajes de Los Teros por los mundiales de rugby. “Se te pasan por la cabeza todos los momentos previos que pasamos para llegar al Mundial. Son muchas cosas en un segundo, no te puedo explicar claramente qué es, pero son cosas muy lindas”.

“SE PUEDE PELEAR
MÁS ARRIBA”
No hay secretos para demostrar el éxito que tuvo esta selección de Los Teros y su apego con el público que los acompañó en el camino de la clasificación y más aun en el Mundial. “Se fue construyendo esa identidad a base de conseguir resultados y mostrando actitudes. No es magia, es trabajo”, expresó.
Para Arboleya, el Mundial fue “un premio al esfuerzo, es la demostración de que con esfuerzo se puede llegar, pero hay que seguir y apuntar alto para llegar a algo, no te podes quedar en la mediocridad. La calidad de jugadores está”.
“Si Uruguay amplía la base de jugadores y organiza su estructura, tiene nivel para pelear puestos más arriba en los Tier 2, aunque obviamente ellos van a seguir creciendo también. No tenemos nivel para ser una potencia por el tamaño de nuestro país y la cultura del rugby que tenemos, pero seguro que se puede mejorar”, analizó. Uno de los ejemplos son los juveniles, “que pelean en puestos más alto, después cuando uno elige diferentes cosas durante el vida, el rugby va quedando de lado, uno tiene otros compromisos. El amateur juega para disfrutar más allá de que entrena a conciencia”, dijo.
Si hay algo positivo en esta selección de Los Teros es que el rugby llegó a todos los hogares y se rompió con el estigma de que es un deporte para cierta clase.
“Eso está buenísimo y si se puede consolidar mejor”, señaló entusiasmado Arboleya. “El rugby es un deporte sensacional que te enseña muchísimas cosas que se pueden aplicar más allá del juego. Te relaciona con personas, te enseña valores. El público vive el rugby para divertirse y la gente que va a los estadios aplaude las buenas jugadas más allá de que sean de diferentes equipos”.
Arboleya no se queda quieto, sigue entrenando porque en febrero llega el 6 Naciones americano y “hay que esperar si nos llaman cuando den la lista”, tiró. Y finalizó: Si me llaman voy, a la selección no le puedo decir que no”.