Paysandú, Lunes 07 de Diciembre de 2015

Más energía y menos contaminación

Opinion | 07 Dic Mientras está en desarrollo desde hace una semana, en París, la Cumbre sobre el Cambio Climático (COP21), en la que se procura consolidar acuerdos decisivos para preservar el medioambiente, corresponde evaluar los aportes de distintas áreas en apoyo a la reducción de emanaciones de carbono, que degradan la atmósfera y contribuyen a la elevación de la temperatura en el planeta.
La comunidad científica internacional no se ha puesto de acuerdo aún entre orígenes y eventuales consecuencias del cambio, como así tampoco sobre la afectación ni plazos, pero de lo que no cabe dudas es que sean de mayor o de menor entidad las consecuencias, seguir trabajando para reducir la contaminación del medioambiente es un imperativo.
Sin dudas, los mayores contaminantes en esta problemática son los países industrializados, que durante décadas han volcado a la atmósfera millones de toneladas de partículas y gases contaminantes, aunque también hay consecuencias similares en países en desarrollo por problemas de rezago tecnológico, búsqueda de rentabilidad a cualquier costo y prioridades entre las que no figura la preservación del medioambiente.
Nuestro país tiene luces y sombras en esta materia. Si bien hay legislación al respecto, no siempre se cumple. Los controles tampoco son los más adecuados, salvo cuando se hacen denuncias específicas, con resultados diversos.
De lo que no cabe duda es que, para la preservación de la atmósfera, el uso de fuentes de energía amigables con el medioambiente es un aspecto significativo y en este terreno Uruguay ha tenido avances importantes en los últimos años, con aportes no solo desde el punto de vista de la generación hidráulica, sino de proyectos en desarrollo en el área de la energía eólica. Y en menor medida, de fuentes como los paneles fotovoltaicos y la biomasa, entre otras posibilidades.
Y cuando los líderes mundiales participan en la conferencia sobre el clima COP21 en París, en la que esperan delinear una estrategia para frenar el avance del calentamiento global, durante la cumbre, Uruguay fue destacado como el ejemplo más sorprendente por su capacidad de convertirse a la energía renovable, según informó la publicación británica The Guardian.
En menos de 10 años, Uruguay fue capaz de reducir su huella de carbono y sus costos de electricidad en forma drástica, sin subsidios del gobierno o mayores costos de consumo, dijo al diario inglés el director de Cambio Climático del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), Ramón Méndez.
Mencionó el jerarca que las energías renovables proveen al país el 94,5% de la electricidad, en tiempos normales, y los precios, ajustados a la inflación, son sensiblemente inferiores a los de años anteriores, incluso los apagones han disminuido, ya que una diversificada mezcla de energías procura mayor cobertura ante las sequías.
Méndez evaluó que la situación actual presenta contundentes diferencias con el sistema que Uruguay aplicaba hace 15 años. A comienzos del siglo XXI, el 27% de las importaciones del país eran de petróleo y se evaluaba obtener gas de Argentina mediante la construcción de un nuevo gasoducto, en tanto hoy el principal producto de importación son las turbinas de viento.
Además de esta energía renovable, Méndez indicó que la biomasa y energía solar también aumentaron drásticamente, al punto que sumadas a la energía hidroeléctrica, en total, el país cuenta con un 55% de fuentes renovables cuando el promedio mundial es de 12%.
En cuanto a la forma en que se ha incorporado esta energía, el exdirector de Energía explicó que en los últimos cinco años, el país invirtió 7 mil millones de dólares en energía renovable, equivalente al 15% del Producto Bruto Interno. A su vez, representa cinco veces el promedio que se destina en América Latina y tres veces lo recomendado a nivel mundial por los economistas, por lo que no es aventurado afirmar que, dentro de la relatividad de su tamaño, Uruguay está muy bien posicionado en la materia.
Además de fomentar este tipo de energía, Méndez destacó que en los últimos 20 años el país no construyó ninguna central hidroeléctrica y que la energía nuclear está totalmente ausente en el país, en tanto aclaró que “durante tres años no hemos importado un solo kilovatio hora”, en contraste con el escenario que teníamos hasta no hace mucho tiempo. “Estábamos acostumbrados a depender de las importaciones de electricidad desde Argentina, pero ahora les exportamos. El verano pasado vendimos un tercio de nuestra generación de energía a ellos”, indicó Méndez.
Como consecuencia de este panorama, Uruguay recibe constantes ofertas de firmas extranjeras interesadas en instalar parques eólicos. Según Méndez, hay tanta competencia que los costos de electricidad se redujeron un 30% en los últimos tres años, lo que es por cierto un aporte auspicioso en un escenario internacional que se ha complicado. En el caso de las energías renovables, nuestro país ha dado pasos importantes, aunque no significa que está todo hecho ni mucho menos.


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