Opinion | 12 Dic De acuerdo con un informe del Ministerio de Salud Pública, las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de enfermedad y muerte en Uruguay, y entre las de mayor prevalencia figuran las afecciones cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, según informa el Ministerio de Salud Pública.
El dato del organismo da cuenta que estas patologías son la causa del 60% de las muertes en Uruguay y del 62% de las muertes precoces de personas entre 30 y 69 años, aspectos que se desprenden de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades Crónicas no Transmisibles en 2006, llevada a cabo por el ministerio. Según las autoridades, la encuesta forma parte de la estrategia de vigilancia de esas enfermedades y permitió obtener información para fijar prioridades en prevención, control y desarrollo de políticas.
El ministro de esa cartera, Jorge Basso, evaluó que “este es el principal desafío que en materia sanitaria tenemos como país”. Y consideró que, entre otros factores, inciden para que se dé este escenario que “nos movemos poco, no nos alimentamos bien, aún tenemos un número importante de fumadores, tenemos problemas con algunas drogas, particularmente con el alcohol”.
El secretario de Estado ha dado en el clavo en cuanto a factores de riesgo exacerbados en nuestro país, donde los hábitos saludables son la excepción y no la regla, lamentablemente, por idiosincrasia y como reflejo de una rutina marcada por el estrés, el multiempleo, el no hacerse tiempo para la vida en hogar y menos aún para el ejercicio.
Pero, al mismo tiempo, son de recibo los apuntes del jerarca cuando sostiene: “hay que elegir nuestra alimentación y la de nuestros familiares, sobre todo la de nuestros niños y adolescentes. Tenemos que tratar de movernos más con una actividad física más permanente, aprovechar la oportunidad de caminar, subir escaleras”.
Un elemento positivo en este contexto es que, a través de las políticas antitabaco impulsadas desde la primera administración Vázquez, se ha logrado reducir el consumo de esta droga, aunque su incidencia continúa siendo importante. Lo mismo ocurre con el alcohol y otros agentes que generan adicciones y afectan al organismo, haciéndolo más vulnerable a un sinnúmero de patologías.
El punto es que contrariamente a otras enfermedades de componentes genéticos y medioambientales, estamos ante factores de riesgo que pueden ser combatidos, con notoria ventaja para las expectativas de vida de los uruguayos. Es preciso seguir trabajando en la concientización desde temprana edad para que las estadísticas no reflejen cómo hacemos de los hábitos no saludables uno de nuestros peores enemigos.