Opinion | 17 Dic El peligro potencial para el medio ambiente y para la salud humana al manipular incorrectamente lámparas fluorescentes ha hecho que diferentes instituciones involucradas en el cuidado del ambiente impulsen programas y proyectos que pretenden centrar la atención en este tema, promuevan el manejo adecuado por parte de los ciudadanos y establezcan mecanismos de recolección y disposición final segura.
Cuando una lámpara se desecha y se quiebra puede liberar el mercurio al ambiente, causando un impacto ambiental negativo puesto que éste se transporta a larga distancia en la atmósfera, persiste en el ambiente, se bioacumula en los ecosistemas, y puede generar importantes efectos adversos para la salud humana.
Hasta ahora Uruguay no contaba con un plan de recolección diferenciada de residuos que contemplara específicamente a las lámparas fluorescentes, ni lugares de almacenamiento adecuado para residuos con mercurio, aunque sí existen desde hace un tiempo empresas autorizadas para tratar algunos residuos que contienen mercurio con tecnología de trituración y/o química.
Ahora, junto con los ministerios de Medio Ambiente, Industria y Salud Pública, UTE presentó el primer Sistema de Gestión de Lámparas Fluorescentes Compactas Agotadas del país, denominado "Juntalámparas", tratándose de un programa interinstitucional que pone al alcance de la población contenedores especialmente diseñados para depositarlas.
Mediante dicho plan, se recolectarán las lámparas agotadas que la población deposite en los contenedores ubicados en los locales adheridos de Abitab y Redpagos y posteriormente serán trasladadas a una planta donde serán tratadas siguiendo un sistema avalado por la autoridad ambiental.
Desde UTE se indicó que es muy importante que las lámparas no estén dañadas en ninguna de sus partes y que sean depositadas sin embalaje alguno. Los contenedores han sido diseñados para que la población deposite las lámparas y éstas no se dañen.
De acuerdo a lo informado, la empresa Márgenes del Río SA, ubicada en el Parque Tecnológico e Industrial del Cerro, será la responsable de realizar el tratamiento de las lámparas. El vidrio y restos metálicos o electrónicos ya limpios y libres de presencia de mercurio serán enviados a disposición final.
Se trata de un avance importante en relación a este tema, que permitirá al país avanzar en el cumplimiento del Convenio de Minamata, cuyo objetivo es proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones antropogénicas de mercurio y compuestos de mercurio, y comenzará a dar respuesta a una necesidad que resultaba ya impostergable.