Paysandú, Martes 22 de Diciembre de 2015
Opinion | 19 Dic El fin del cepo cambiario en Argentina, por lo menos en los primeros días, fue menos traumático de lo que temían analistas políticos y economistas en la vecina orilla, por cuanto el dejar sin efecto una medida de esta naturaleza, a contramano de lo que sucede en el mundo y con muy malas experiencias --solo la problemática Venezuela queda en el continente con este cerco--, conlleva no solo ajustarse a la realidad, sino a la vez sufrir en primera instancia el embate de expectativas y ansiedad de operadores.
Es así que el dólar cerró a valores razonables, en el entorno de los 14 pesos argentinos, y más allá de la situación interna del país, que apunta a asomar al mundo tras los años de oscurantismo de los gobiernos “K”, también hay expectativas fundadas en sus vecinos, como Uruguay, sobre la repercusión, tanto en el plano estrictamente comercial como en el área turística.
Por lo tanto el levantamiento del cepo cambiario en Argentina genera distintas visiones en el sector privado uruguayo. Por un lado, se ubican los que entienden que favorecerá al turismo, y por el otro, los que sostienen que el ajuste cambiario (con la devaluación del peso) le hará perder más competitividad a las empresas uruguayas.
Y la realidad indica que en ambos casos hay motivos para justificar los razonamientos, ante una realidad que muchas veces desborda los análisis más sesudos y hasta la lógica, porque aparecen luego factores o circunstancias que no han sido tenidos en cuenta prima facie.
En nuestro gobierno se espera que las medidas que lleva adelante el argentino contribuyan a mejorar el relacionamiento bilateral, y en este sentido el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, señaló que “queremos que a Argentina le vaya muy bien. En segundo lugar mejorar las relaciones con Uruguay y aportar ese potencial que tiene Argentina para impulsar mejoras en la inserción internacional y el apoyo en particular a la integración regional. En tercer lugar, la cuidadosa atención que tenemos que prestar a partir de la definición que se tomó acerca del comportamiento en materia monetaria y cambiaria”.
El cepo cambiario obedeció a una resolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de octubre de 2011. A partir de allí, el gobierno kirchnerista lo fue endureciendo a través de diferentes medidas de la AFIP, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Ministerio de Economía.
Algunas de ellas tuvieron un marcado impacto en el turismo uruguayo que observaba cómo se frenaba la llegada de visitantes argentinos a raíz de las restricciones en su país para el retiro de dólares.
Estas restricciones ya no existen, y por lo tanto los operadores locales expresan un moderado optimismo acerca de que se genere un mejor panorama para el sector ya en esta temporada, lo que esperamos se concrete, teniendo en cuenta el efecto multiplicador del turismo como fuente de empleo y provisión de servicios.
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