Paysandú, Martes 22 de Diciembre de 2015

OPINIÓN

SOLICITADA

Locales | 20 Dic INJUSTA DISTRIBUCIÓN DE LOS AUMENTOS JUBILATORIOS
El gobierno incrementó en un 5% las jubilaciones mínimas en Uruguay en el pasado mes de julio. De esa forma, estas pasividades pasaron a totalizar $8.011, informó el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro el 10 de julio de este año.
El ministro explicó que el incremento significa 2,625 de Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC), siendo “la primera vez en la historia que durante once años se otorgan aumentos extras en julio de cada año para las pasividades mínimas, además del aumento general que se otorga en enero”, según informó Presidencia.
Murro también dijo que es la primera vez que se producen once años seguidos donde el aumento de las 700.000 pasividades aumentan más que el IPC. Para el ministro, esto es producto de que el gobierno reinstaló los Consejos de Salarios a partir de 2005 en todos los sectores de actividad y la negociación colectiva.
Y recordó que durante los 15 años previos no hubo negociación y “por lo tanto se perjudicaron los salarios y las pasividades”. Si bien reconoció que se debe seguir mejorando el mínimo, resaltó que el mismo es “sustancialmente superior al que sería si el gobierno se hubiera regido únicamente por las leyes vigentes”.
Este incremento se suma a los aumentos generales, que en promedio anual han estado en un 12%. “Si el gobierno en estos 11 años no hubiera generado la negociación colectiva y no hubiera dado aumentos en enero a todas las pasividades y en julio a las más bajas, hoy tendríamos pasividades de $1.800, $2.594 ó $4.470,00, según las leyes por las que fueron otorgadas las pasividades”, sostuvo Murro. Además dijo que este año se benefician 110.000 jubilados y 11.000 pensionistas y que otros 15.000 pensionistas más serán convocados por el Banco de Previsión Social (BPS) para realizar una declaración jurada y “de ellos habrá algunos miles más que lo cobrarán”.
COMPARATIVO CON LA REGIÓN
Murro dijo que si se compara la jubilación mínima de Uruguay --de unos U$S 300-- con otros países del continente, nuestro país tiene la más alta.
Por último afirmó que Uruguay es de los pocos países del mundo donde los jubilados acceden a un ámbito de negociación de sus reivindicaciones con el gobierno, donde las pasividades se ajustan según los salarios, y donde existe negociación colectiva obligatoria para todos los sectores de actividad públicos y privados.
“Creemos que estos instrumentos deben seguir mejorando y que se debe continuar con el trabajo para mejorar la calidad de vida de los jubilados y pensionistas de nuestro país”, concluyó Murro.
Si comparamos el monto de la jubilación mínima con el costo de la canasta para una familia promedio de tres integrantes, podemos ver que existe una gran diferencia. La jubilación mínima que es de $8.011 daría solamente para cubrir el costo del alquiler de una vivienda, más los gastos de energía, agua y los impuestos.
Solo el rubro de alimentación totalizaba para el mes de setiembre pasado la suma de $23.919, lo que significa el triple del monto de la jubilación mínima.
En nuestro país los aumentos a las pasividades se calculan aplicando un porcentaje igual para todas las jubilaciones y esto hace que las jubilaciones mínimas reciban un menor aumento y cada vez se alejen más del monto de la canasta familiar. Un 10% de aumento aplicado sobre una jubilación de 50 mil pesos significa un aumento de cinco mil pesos. Ese mismo porcentaje aplicado sobre la jubilación mínima de ocho mil pesos, le incrementa el monto en solamente ochocientos pesos.
Esto significa una clara injusticia y una retribución que no busca la equidad. Mantiene a la gran mayoría de los jubilados con ingresos insuficientes, con jubilaciones que no cubren las necesidades imprescindibles, mientras que los que perciben jubilaciones importantes, reciben anualmente aumentos que son mayores que el monto total de las jubilaciones mínimas. Esto es claramente una injusticia que se debería eliminar.
Si bien el gobierno concede un aumento diferencial para las jubilaciones mínimas en el mes de julio, ese aumento es tan insignificante que no modifica en forma importante el monto de las mismas. Un 5% --que fue el aumento para las jubilaciones en el mes de julio pasado-- significó un incremento de solo $500. Si en lugar de aumentar las jubilaciones aplicando un porcentaje igual para todas en el mes de enero, se otorgara mayores porcentajes a las jubilaciones menores, permitiría un mayor crecimiento a las jubilaciones más bajas y significaría una mayor equidad en la distribución de los recursos.
Como primer paso, para comenzar a corregir la injusta distribución del monto total a desembolsar, se podría otorgar a todos una suma similar fija, lo que permitiría aumentos mayores para las pasividades menores. Sería más justo que aplicar un aumento porcentual, como se viene haciendo y que significa una gran injusticia.
Los más de 120.000 jubilados que perciben las jubilaciones mínimas, tienen el poder de los argumentos valederos que expresamos en este artículo y también el instrumento poderoso del voto para convencer a los gobernantes.
Jorge Brasesco


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