Opinion | 22 Dic En carácter preparatorio de la reunión de jefes de Estado de este lunes, los ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur coincidieron el domingo en la intención de “dar un vuelco” al bloque, de forma que regrese a su filosofía original de fortalecer el libre tránsito de bienes, servicios y mercancías, según manifestó en rueda de prensa el canciller paraguayo, Eladio Loizaga.
Loizaga indicó que esos orígenes son los mismos del Tratado de Asunción, firmado hace 24 años en Paraguay y que fue el nacimiento del bloque mercorsuriano, a la vez de exponer que “los cancilleres hemos coincidido en darle un vuelco al Mercosur en el sentido de retornar a sus orígenes, darle mayor preeminencia a lo que significa el artículo primero de nuestro tratado de Asunción: libre tránsito de bienes, servicios y mercancías”.
Los ministros de los cinco países miembros analizaron la decisión aprobada en Brasil de revisar aquellas “medidas económicas que hacen especialmente referencia a todo aquello que implique una aplicación de barreras no arancelarias y arancelarias que de alguna manera retrasan un poco la consecución de una zona de libre comercio".
Asimismo, otro de los temas tratados giró sobre la creación de un tribunal de revisión permanente que funcione como órgano de solución de las diferencias que surjan entre los miembros, y que asegure además la institucionalidad del bloque. “Buscamos un tribunal de revisión permanente, como órgano de solución de diferencias, que se constituya cuando un Estado parte lo requiera, una garantía jurídica al Mercosur", declaró.
Pero, la agenda de los cancilleres en la mitad de la reunión también incluyó el tema del intercambio de ofertas comerciales entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), que todavía no tiene fecha, porque tras casi veinte años de negociaciones, siguen en la mesa temas álgidos por dilucidar, con marcada oposición a ceder posiciones por Francia, en el caso europeo --en aras de proteger su producción-- y Argentina durante la Administración de los “K”, aunque se espera que tras el advenimiento de Mauricio Macri la postura del vecino país dará un vuelco fundamental que permitiría al Mercosur avanzar hacia un acuerdo de estas características.
El canciller Loizaga precisamente dijo que Paraguay --que acaba de finalizar la presidencia temporal del bloque-- ha impulsado este proceso y que el Mercosur está preparado para hacer ese intercambio, por lo que es la UE la que tiene ahora el siguiente movimiento.
Evaluó que “el Mercosur ya tiene su oferta hecha, ya tiene trasmitida a la UE la decisión política de iniciar este intercambio de ofertas. Ahora está en manos de la UE”, y añadió que ese proceso impulsado por Paraguay seguirá adelante bajo la presidencia temporal de Uruguay.
La UE y el Mercosur han pasado el año 2015 componiendo su lista de ofertas para dar comienzo a las negociaciones, pero hasta ahora no han establecido una fecha para hacerlo.
La sensibilidad por los productos agrícolas, principal apuesta comercial del Mercosur, es la cuestión que más ha retrasado el alcance de un acuerdo desde que en 1995 se firmara un tratado, que entró en vigor en 1999, para iniciar el proceso hacia la negociación comercial.
Los cancilleres de los cinco países miembros acordaron también avanzar en el plan de acción tratado en la pasada cumbre de Brasilia, que guarda relación con las medidas arancelarias y no arancelarias que pueden retrasar la implantación de una zona de libre comercio.
Ese plan pasaría por desmantelar unas 80 normas que suponen trabas comerciales en base a un inventario cuyos contenidos ya comenzaron a identificarse durante los seis meses de presidencia de Paraguay.
Los cancilleres también coincidieron en la necesidad de ir acercando posiciones con la Alianza del Pacífico, al tiempo que valoraron los recientes procesos electorales en Venezuela (legislativas), Argentina (generales) y Paraguay (municipales).
Bueno, más allá de los avatares inherentes al intercambio comercial, es indudable que el advenimiento de Macri en Argentina pone punto final al denominado “club de presidentes amigos” del Mercosur, que por afinidades ideológicas había marcado una agenda en la que primaban las decisiones de sesgo ideológico, que tanto daño produjo en países como Uruguay, con tremendos perjuicios en la industria nacional debido a los negociados del gobierno de Mujica con Venezuela, por poner solo un ejemplo.
Pero además los ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur acordaron avanzar en sus relaciones con países como China o Rusia, además de las que mantiene con la Unión Europea, como forma de volver a sus orígenes y hacer realidad el libre tránsito de bienes, servicios y mercancías al que aspira desde su fundación.
Eladio Loizaga adelantó que “hemos acordado todos que el Mercosur tiene que avanzar en todo lo que hace a su relacionamiento externo no tan solo con la UE, sino con otros países como Canadá, Japón, Rusia o China”.
Loizaga indicó que en el próximo semestre se celebrará una reunión entre Mercosur y la Alianza del Pacífico para acercar posturas de cara a posibles acuerdos económicos.
Añadió que ese camino cuenta con la ventaja de que algunos Estados asociados del Mercosur son miembros de la Alianza del Pacífico.
Es un período en el que se generan fundadas expectativas que pueda cambiarse el paso en el Mercosur, un “vuelco”, como han indicado los cancilleres, que permita que se vuelva a las raíces desde el artículo primero sobre libre tránsito de bienes y servicios, muy lejos de las medida de bloqueo de puentes que se realizó durante la administración Kirchner.
Pero a la vez se cuenta con la experiencia negativa ya transitada del encierro y las trabas que abundaron, como error a no repetir para desandar camino y promover no solo facilidades internas, sino sobre todo lograr acuerdos entre bloques, de los que el Mercosur no ha firmado ninguno.