Opinion | 24 Dic De acuerdo a lo informado por el Ministerio del Interior y la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), por segundo año consecutivo se ha registrado una disminución de la cantidad de siniestros de tránsito, especialmente entre los motociclistas.
La disminución fue del orden del 6,5% y las autoridades asocian este dato al mejor control de los birrodados que realiza la policía desde marzo, en el marco de lo cual fueron incautados 8.000 de estos vehículos.
Se trata de una buena noticia, que coincide con nuevos avances legales en materia de seguridad en el tránsito. En este sentido, se espera un impacto positivo en la disminución de la mortalidad en los siniestros de tránsito a partir de la implementación de la ley de consumo de alcohol cero para todos los conductores sancionada por el Parlamento esta semana y que el Ejecutivo pretende instrumentar rápidamente, aunque según las propias estadísticas que maneja la Unasev, el alcohol estuvo presente solo en el 6% de los controles realizados.
Es así que en el primer semestre de 2015, de casi 9.000 controles realizados a conductores involucrados en siniestros viales, 92,8% no tenía alcohol en sangre; y 6,2% presentaba valores superiores al límite permitido hasta ahora (0,3 gramos por litro); el restante 1% presentaba un nivel dentro de lo aceptado.
Hace más de veinte años que la restricción de manejar con 0 gramo de alcohol por litro de sangre, rige para conductores de taxímetros, ambulancias, camionetas de escolares, camiones y ómnibus. De acuerdo a datos oficiales, desde la aprobación en 2007 de la ley que estableció como máximo permitido 0,3 gramos por litro en sangre, la cantidad de conductores alcoholizados y protagonistas de siniestros de tránsito bajó 300%. Obviamente que los accidentes graves no se redujeron en igual proporción ni mucho menos.
Por otra parte, el Ministerio de Salud Pública ubicó a las lesiones y muertes por siniestralidad vial entre los 15 problemas críticos priorizados en materia de salud en el país, proponiéndose la meta de disminuirlos un 30%. Se trata de un objetivo que requerirá del trabajo transversal de diversos organismos y sectores del Estado.
Eso será posible si a las normas existentes, los controles y las acciones que puedan tomarse a nivel preventivo, se suma la conducta responsable y consciente por parte de cada conductor que sale a la calle. Porque al tránsito lo hacemos entre todos. Vale la pena recordarlo, especialmente en estas fechas tradicionales y ante el inicio inminente de una nueva temporada de verano.