Paysandú, Sábado 02 de Enero de 2016
Opinion | 30 Dic Recientemente dábamos cuenta a través de EL TELEGRAFO de las dificultades que le genera en la ecuación económica el transporte urbano de pasajeros a la empresa cooperativa sanducera Copay, como consecuencia de factores inherentes a la problemática de este transporte en todo el mundo. Pero en este caso agravada por la discriminación de que es objeto en los subsidios que ha dispuesto el gobierno nacional a través del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, en el que se privilegia a las empresas capitalinas respecto a sus similares del Interior.
Así, debido a la diferencia de subsidios que se pagan al transporte entre Montevideo e Interior, Copay deja de percibir cerca de 100.000 dólares anuales, más precisamente 2.830.000 pesos al año, según explicó el presidente del Consejo Directivo de la empresa, Alvaro Delpino, al ampliar detalles en torno a la problemática que dio a conocer en reciente sesión de la Junta Departamental en que fue recibido por los ediles del cuerpo junto al también directivo Atahualpa Chávez.
Delpino detalló que de esos 2.830.000 pesos, anualmente la empresa deja de percibir 450.000 pesos por el transporte urbano y 2.380.000 por año por el servicio interdepartamental, desde que las diferencias no solo comprenden al transporte urbano, sino que también se perjudica al Interior en las líneas con Montevideo.
Como es sabido, el transporte urbano de Paysandú, en números reales, soporta un déficit del orden del 16 por ciento, pero debe tenerse en cuenta a la vez que este servicio recibe subsidios en prácticamente todos los países del mundo por cuanto se trata de un aporte de carácter social que beneficia a sectores de menores ingresos, y permite a la vez reducir sensiblemente la circulación vehicular en las grandes urbes, con ahorro de combustible, reducción de contaminación y descongestionamiento vial, entre otros beneficios.
En el caso de la empresa sanducera, en varias oportunidades se reclamó igualdad de posibilidades con Montevideo, donde el litro de gasoil se les vende a 13,30 pesos el litro a las empresas de transporte colectivo. Sin embargo, en Paysandú y en el Interior se paga 14,78 pesos, por capricho del gobierno central, desde que esta es la visión que tiene el ministerio y el gobierno en su percepción centralista de la realidad del país.
Tenemos que los costos de Copay implican que para equilibrar la ecuación económica, el boleto urbano debería costar 26 pesos, el que hoy se cobra 20 pesos desde el último aumento autorizado por la Intendencia de Paysandú, a la que se había solicitado que fuera de 21 pesos, por lo que la empresa apela a que en el Presupuesto Quinquenal Departamental haya un subsidio que permita a la empresa cooperativa seguir prestando normalmente el servicio.
El primer subsidio de Copay fue recibido en 2005 hasta el 2010, pero ese 5 por ciento se rebajó a un 2,5 por ciento con una prestación que la empresa le hacía a la Intendencia Departamental en viajes, del 1,25 por ciento. En 2013 el consejo directivo obtuvo de la administración municipal 100.000 pesos más, lo que hoy significa un 3 a 3,5 por ciento que tiene como subsidio el boleto urbano.
Apuntó que hoy se requiere por lo menos un 10 por ciento de subsidio del boleto urbano, que en dinero sería 250.000 pesos por mes más de lo que está recibiendo actualmente la empresa.
Delpino subrayó que los costos del servicio urbano son 5.500.000 pesos mensuales, de lo cual un 53,43 por ciento se recauda por venta de boletos (de plataforma), el 2,50 por ciento es subsidio al boleto de jubilados y estudiantil que se empezó a pagar por la Intendencia en el año 2002. La comna reintegra a la empresa la totalidad del boleto que Copay rebaja al 50 por ciento al jubilado y al estudiante que no están en la ley de gratuidad. El 3,50 por ciento es la transferencia social “y lo que hoy queda del subsidio que otorga la IDP”.
El punto es que pese a las gestiones que se han entablado ante el ministerio y legisladores, incluyendo a la Comisión de Transporte de Diputados, se mantiene una gran diferencia con el subsidio que percibe la empresa sanducera respecto a lo que están subsidiadas las empresas de transporte urbano capitalino. “No solamente en el boleto estudiantil sino en el boleto real de plataforma, tienen un subsidio que alcanza casi al 40 por ciento”, recordó. En tanto debe tenerse presente que en Paysandú se presta un servicio social mucho mayor que en Montevideo, desde que en nuestro medio se atiende sobre todo a jubilados y pensionistas, así como personas mayores en general, además de estudiantes y personas de menores recursos, contrariamente a la capital, donde el uso es más universal.
Lamentablemente, a pesar de los enunciados de buenos deseos de los legisladores a los que se transmitió la problemática, e incluso lo que sostuvo el propio ministro de Transporte, Víctor Rossi, en Paysandú al transmitírsele esta realidad --que no puede ser desconocida, pese a que se ha puesto cara de asombro ante los números-- hasta ahora nada ha cambiado, y sigue la discriminación en los subsidios hacia el Interior, mientras veladamente se sigue otorgando privilegios al transporte capitalino, que es el que importa, y se realizan salvatajes de empresas fundidas, como sea.
Incluso en el transporte interdepartamental, el MTOP redujo en casi $2,50 por litro la devolución del fideicomiso por litro de gasoil, al tratarse de una línea central que toca Montevideo, y recorre más de 240 kilómetros. Desde el 1º de setiembre de 2015 se ha instrumentado esta reducción, que hace que Copay deje de percibir 198.276 pesos por mes, que son 2.380.000 pesos por año. Sumando esta diferencia con lo que deja de percibir en el servicio urbano, surge el monto total de 2.830.000 pesos al año solamente por la diferencia de criterio del gobierno nacional en la política de subsidio al transporte entre Montevideo e Interior.
Un absurdo y una desconsideración por el lado que se mire, pero pese a la contundencia de los números, en Montevideo se sigue mirando hacia el costado, y aparentemente los legisladores oficialistas del Interior tampoco consideran del caso desafiar al poder central. Y como en tantos otros temas el centralismo sigue imponiéndose por la fuerza de los hechos y la actitud de muchos que han sido elegidos por los ciudadanos del Interior para defender sus derechos, pero se someten a los dictados del centralismo montevideano.
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