Opinion | 28 Dic Las autoridades del Ministerio de Salud presentaron los Objetivos Sanitarios al 2020, con énfasis en un trato adecuado al paciente, el cumplimiento de los compromisos de gestión y aumento de los indicadores en embarazadas y niños.
Al asumir el nuevo gobierno, el embarazo adolescente se presenta como una de las principales preocupaciones, además de un alto número de cesáreas y muertes por enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes, cardiovasculares o cáncer. A esto se suman los elevados guarismos en suicidios y problemas vinculados con la salud mental, junto a la violencia de género.
Si se toman en cuenta las cifras en comparación con el resto de los países latinoamericanos, Uruguay tiene más de la mitad de su población –el 52%-- con obesidad o sobrepeso, con un aumento de 149% del consumo de alimentos ultraprocesados en la última década.
En referencia al embarazo adolescente, dos de cada diez jóvenes son madres y ocho de cada diez niños hasta 23 meses tienen anemia. Las metas oficiales se basan en las estadísticas y se plantearon cinco objetivos que se desarrollarán hasta el 2020 con la promoción de estilos y entornos de vida saludables, la disminución de los factores de riesgo, bajar la carga prematura de morbimortalidad y discapacidad, mejorar el acceso a la atención en la salud y avanzar hacia un sistema accesible a las necesidades comunitarias.
A fin de cumplir con una política más abarcadora, se instrumentó el Sistema Nacional Integrado de Salud. Sin embargo, no logró el cometido específico en las áreas sensibles, al tiempo que el ministro Jorge Basso reconoció que la calidad es un asunto “central en materia de políticas sanitarias”. Y para mejorar los indicadores en la primera infancia, “Uruguay debe mejorar el desempeño de las maternidades, pues tenemos muchas que no tienen los niveles de excelencia que se pretenden”, sostuvo Basso.
Sin embargo, restan instrumentar planes de prevención con un fuerte compromiso institucional y social orientado al suicidio, consumo de sustancias y a las enfermedades crónicas vinculadas con hábitos de vida que provocan el 60% de las muertes.
Las condiciones sociales que presenta Uruguay resultan óptimas para obtener mejores resultados a los que constataron las autoridades de referencia, en tanto es un país con poca población y un índice de natalidad que se mantiene en 47.000 niños por año. Incluso, tampoco ha variado sustancialmente la cantidad de habitantes por departamento.
Sin embargo, han cambiado sus costumbres y la relativización de algunas normas de conductas resultan evidentes en las estadísticas y, por ende, en la salud de las personas.