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Paysandú, Lunes 04 de Enero de 2016

Región a prueba

Opinion | 02 Ene Los países latinoamericanos deben "mejorar y profundizar" su relación con China para enfrentar los desafíos que supone en este 2016 el desplazamiento del "centro de gravedad" mundial desde las economías desarrolladas a las emergentes, según la recomendación que contiene el informe "Perspectivas económicas de América Latina 2016. Hacia una nueva asociación con China", trabajo conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
"El desempeño de China es un factor novedoso y al mismo tiempo central para el desarrollo de América Latina, que genera tanto retos como oportunidades", señala el estudio, según el cual el comercio entre el gigante asiático y Latinoamérica "ha experimentado una expansión sin precedentes durante los últimos 15 años, multiplicándose 22 veces en este período".
Sin embargo, esa relación pasa por una transición ante los cambios en el modelo chino, más enfocado en el mercado interno, con menor demanda de materias primas del exterior, lo que junto con la caída de los precios afecta las exportaciones de los países latinoamericanos, situación que los obliga a implementar reformas para estimular el crecimiento inclusivo, mejorar la productividad y la innovación con el fin de mantener la competitividad.
Según el estudio, las exportaciones de América Latina a China "sufrirán una desaceleración significativa de intensidades diferentes" en los próximos años, y ello implica un desafío para una región que basó la década de oro recientemente transcurrida en la colocación de sus commodities a elevados valores, con precios impulsados por la demanda de China.
Este cambio, que se ha acentuado ya desde el año anterior, se traduce ahora por ejemplo en que los países exportadores de productos mineros --como Chile y Perú-- serán los más afectados, ya que sus ventas al gigante asiático se reducirán desde el 16 % de crecimiento anual promedio entre 2001 y 2010 a un 4 % entre 2012 y 2030.
Una desaceleración igual pueden sufrir los exportadores de combustibles fósiles, como Venezuela, Ecuador, Colombia y Bolivia, mientras para las economías predominantemente agrícolas, como Uruguay, Brasil, Paraguay y Argentina, el crecimiento anual de las exportaciones caerá del 12 al 3 % en el período comparado.
A la vez, para países que han tenido crecimiento en áreas de valor agregado, con economías basadas en las manufacturas y los servicios, como México, República Dominicana, El Salvador y Costa Rica, la tasa de crecimiento de las exportaciones a China bajará del 5 % que tenían antes de 2010 a un 3 % en los próximos años.
La realidad indica, por lo tanto, que con la locomotora china en desaceleración, estamos ante una demanda deprimida que conlleva retos para una región en la que fueron muy pocos los países que hicieron bien los deberes, porque la mayoría cayó en tentaciones populistas y siguió aumentando el gasto, solo viviendo el presente y pensando en la próxima elección.


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