Deportes | 03 Ene Esta madrugada Dolores Moreira cerraba su participación en el Mundial Juvenil de Laser Radial que se disputó en la lejana Malasia, con la firme intención de mantenerse en el quinto puesto del que se aferró en la víspera, o bien dar un paso adelante.
Lo que está claro es que, con respecto a su última presencia mundialista de la categoría, desarrollada en Portugal, la velerista sanducera ya saltó cinco escalones superando el 10º puesto que había logrado alcanzar en aquella ocasión.
Más allá de la posición que logre finalmente tras la última regata que quedaba por disputarse, Moreira habrá cerrado una participación impecable: tras dos meses fuera del agua por una lesión, participó de la Copa Brasil y viajó en medio de la Navidad a afrontar un duro desafío del otro lado del mundo.
Y, está claro, no le ha ido nada mal. Ayer pudo haber escalado algún puesto, pero terminó 12ª en la primera regata tras chocar en la salida con la representante de Islas Caimán, y se recuperó en la segunda regata, la que cerró en la tercera posición.
Enfrentando a las mejores del mundo, Dolores está metida de lleno en el Top Ten. Y cerró la penúltima jornada mundialista siendo la mejor laserista sudamericana: Brasil estaba 13º, Perú 25º, Argentina 29º y Ecuador 30º, solo por repasar las principales posiciones del continente.
La competencia no había tenido cambios significativos en lo alto. La líder era la húngara Maria Erdi, seguida por la alemana Hannah Anderssohn, la polaca Magdalena Kwasna y la holandesa Mirthe Akkerman, que le lleva 4 unidades a la sanducera, ubicada en el quinto escalón.
Esta madrugada fue el cierre del Mundial Juvenil de Malasia. Moreira retornará rápidamente a Paysandú para someterse al trabajo físico ordenado por María Frins, para viajar luego a Miami, con el objetivo de competir en el Circuito Mundial.
Es que falta rodaje ante las mejores, que hace rato la miran sorprendida de reojo. Por eso no puede aflojar, más allá de seguir fortaleciendo la zona de la lesión, de la que se mostró recuperada en una durísima prueba en Malasia, donde el viento fue intenso. Porque, en definitiva, el objetivo es Rio 2016.