Locales | 04 Ene El río acaricia los 9 metros (según escala del puerto) en su lento descenso, 12 centímetros menos que el hasta ahora máximo registro de 9,12, alcanzado el 29 de diciembre y el 1º de enero respectivamente, después de un leve descenso seguido de un repunte.
En el Comité Departamental de Emergencias (CDE) se procesa esta información con extrema cautela, en la medida que entre hoy y el miércoles se pronostican nuevas lluvias en la zona (Inumet y Meteored). A esto debe agregarse que la Dirección de Meteorología de Paraguay emitió una alerta por fuertes tormentas para el norte del país, para los departamentos de Concepción, San Pedro, Amambay y Canindeyú (Norte) y para el centro-norte de Presidente Hayes y el norte de Alto Paraguay, en el Chaco paraguayo. En tanto el río Paraná aumentó su ritmo de crecida. Todo esto hace que la capacidad de amortiguamiento de caudales sea escasa, por lo que lluvias puntualmente importantes pueden provocar la situación no solamente en la zona costera con el Uruguay sino también aumentar el nivel del arroyo Sacra, que podría a la vez salir de cauce en su zona este.
Desde la represa de Yacyretá se anunció una situación similar, al indicarse que “los embalses de la porción inferior de la cuenca de aporte a Yacyretá continúan prácticamente llenos, producto del contexto climático que se viene produciendo desde hace algunos meses, y las posibilidades de amortiguamiento de caudales desde dichos embalses son prácticamente inexistentes”.
La tercera represa que participa directamente en los esfuerzos por reducir el impacto de las inundaciones, la de Itaipú, sobre el río Paraná, en la frontera entre Brasil y Paraguay “no tiene una capacidad de almacenamiento en su embalse”, según dijo a la AFP el director técnico paraguayo de la usina, José Sánchez Tillería. “Todo el excedente de agua acumulada que no podemos turbinar se descarga en el vertedero a efectos de mantener igual el nivel del embalse aguas arriba", explicó.
La represa de Salto Grande redujo su embalse en 1,40 metros entre la medianoche del 1º y la medianoche de hoy, al tiempo que su caudal se redujo en unos 4.000 metros cúbicos por segundo. Al iniciarse 2016, Salto Grande vertía 29.843 metros cúbicos por segundo, con una altura de su embalse de 36,47 metros. En la medianoche pasada, el vertido combinado entre turbinado y por vertederos era de 26.000 metros cúbicos por segundo, en tanto su embalse estaba en 35,07 metros. El lago descendía a razón de dos centímetros por hora. De mantenerse esta situación, reduciría 48 centímetros más la próxima medianoche.

EXTREMA CAUTELA
En Paysandú, el presidente del Comité de Emergencias, Marco García dijo que “las próximas horas serán claves para determinar si estamos ante una bajante que puede considerarse consistente. No podemos olvidar que los próximos meses hay alerta de inundación por el fenómeno de El Niño, aunque probablemente los picos de creciente sean inferiores”.
En el caso de Paysandú, “todos los desplazados continúan fuera de sus hogares, aunque no se han producido nuevas evacuaciones ni autoevacuaciones”, informó. Si bien a nivel general se redujo sensiblemente el número de desplazados, en nuestra ciudad continúan siendo 6.717. De estos, 413 fueron evacuados y los restantes 6.717 abandonaron sus hogares como autoevacuados, comunicando su retiro al Cecoed (Centro Coordinador de Emergencias Departamental).
“No hay grandes novedades, se viene trabajando muy bien en la cobertura de las necesidades de los desplazados”, dijo García. No obstante, en Park Way y Libertad, la familia De Los Santos aseguró a EL TELEGRAFO que no ha recibido “nada de nada” de parte del comité. Cuatro mayores y dos niños residen en una muy precaria carpa delante de su anegada vivienda y como muchos en su situación piden “ayuda para construir una vivienda en un lugar que no se inunde”. Y resaltaron que “no nos han entregado nada, aquí la ayuda no llega, estamos totalmente desamparados”.
García dijo: “no conozco el caso en particular, pero me parece extremadamente extraño. De todas maneras, cada ayuda entregada está debidamente documentada, así que en las próximas horas se podrá determinar fehacientemente lo ocurrido”. Agregó que “aunque estoy lejos de siquiera suponer que este sea uno de esos casos, se han constatado abusos de parte de desplazados, a los que se les da ayuda pero luego afirman que nunca recibieron nada. Personalmente he recibido denuncias y cuando se les muestra su propia firma al recibir la ayuda, no saben qué decir. Se vive una situación muy difícil y penosa, pero tenemos que ser cuidadosos en que la ayuda llegue a quien realmente la necesite y la utilice adecuadamente”.
La cantidad de familias que ha decidido levantar carpas, en general precarias en las inmediaciones de sus viviendas se cuentan por decenas, ubicándose en calles como Pinilla, Paz, Park Way, San Martín y Soriano. Las situaciones varían, pues hay carpas bien instaladas, hasta con piscina plástica incorporada, y otras endebles, que podrían sufrir roturas ante la eventualidad de fuertes vientos.
El CDE inició en las últimas jornadas una campaña para intentar que esas familias abandonen sus carpas y pasen a residir en escuelas u otros centros de evacuación, pero solo parcialmente se ha logrado que algunas familias acepten. Otras prefieren quedarse en la zona, sea porque viven de lo que recogen en el servicio de residuos urbanos, sea porque tienen crianza de animales o por otras causas.
Se ha provisto de baños portátiles y se les distribuye canastas de alimentación así como cuando es necesario, colchones, ropa y calzado.

CARABALLO SUSPENDIÓ LICENCIA
El intendente Guillermo Caraballo, que tenía aprobada licencia entre el 11 y 22 de enero, decidió suspenderla ante la inundación que sufre la ciudad.