Paysandú, Domingo 10 de Enero de 2016
Opinion | 06 Ene Los últimos datos que divulgara el Instituto Uruguay XXI indican que las exportaciones de nuestro país cayeron 11,6% en 2015 y acumulan así una racha negativa de 13 meses continuados, mientras paralelamente durante el año bajaron las ventas a 14 de los 20 principales destinos de nuestros productos de exportación.
Las colocaciones en el exterior (incluyendo las realizadas desde zonas francas) llegaron a U$S 8.967 millones durante el año pasado, lo que marcó la baja referida, en tanto en diciembre las ventas alcanzaron U$S 673 millones, lo que representa un descenso de 8,7%, en comparación con el mismo mes de 2014.
Los números son contundentes al confirmar la percepción general y datos propios de los exportadores, en el sentido de que las exportaciones uruguayas tuvieron un descenso durante trece meses consecutivos, y se cortó, además, en el acumulado anual, una racha de cinco años de aumento de las exportaciones. Esto en gran medida es consecuencia del cambio en el ciclo económico internacional, además de dificultades en los principales mercados y condicionamientos propios del país para adaptarse al nuevo escenario.
Debe tenerse presente que el ciclo positivo había comenzado en 2010 con una suba de las ventas del 23% con relación al año anterior. A partir de allí, las exportaciones aumentaron 18% en 2011, 9% en 2012, 4,7% en 2013 y 0,3% en 2014. En esos cinco años se pudo observar que más allá del incremento, las exportaciones transcurrían por una etapa de marcada desaceleración, y que si bien era muy difícil mantener el empuje inicial del 23 por ciento, sí era de esperar o deseable que la desaceleración no alcanzara este ritmo y mucho menos que hoy nos haya alcanzado una baja, sin haber generado en el período capacidad de reacción ante la tendencia indeseable.
Según la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), en 2015 China fue el principal comprador de mercadería uruguaya con U$S 1.408,8 millones, aunque con una caída respecto a 2014 de 6,1%, a la vez que el segundo destino de las ventas externas fue Brasil, con un descenso en la comparación interanual de 30,2%.
De los 20 principales destinos de exportación que desglosa la UEU (donde se incluyen las zonas francas de Nueva Palmira, Punta Pereira y Fray Bentos) se verificaron descensos en 14. Las ventas, además de Brasil y China, también cayeron hacia Argentina, Alemania, México, Venezuela, Israel, Paraguay, Rusia, España, Egipto y Canadá.
Como contrapartida, Estados Unidos fue el tercer destino de mercadería uruguaya, con un aumento de 23,6% en el año y ventas por U$S 527,1 millones.
A su vez, se verificaron caídas en 15 de los principales 20 ítems. El principal producto exportado fue la carne, aunque también con una baja en las ventas, mientras que el segundo producto, la soja, cerró el año con un descenso de 30,6% en las exportaciones.
El presidente de la UEU, Alvaro Queijo, dijo que preocupa el resultado anual de las exportaciones hacia China y Brasil, ya que esos son los dos principales compradores de mercadería uruguaya y sus economías enfrentan variadas complicaciones.
Pero evidentemente todo el intercambio comercial uruguayo sufrió una retracción durante 2015, incluso mayor al mencionado 11,6% si se desglosa a la megafábrica Montes del Plata, que comenzó a trabajar a pleno en 2015. Sin ésta el resultado es aún más decepcionante, y la retracción en las exportaciones del país supera el 15%, lo que muestra una clara sintonía con la desaceleración y el estancamiento general de la economía. Y este es el aspecto a tener en cuenta, porque refiere a los mercados internacionales pero también a la demanda interna, y ha influido marcadamente en este último caso una menor disponibilidad de dinero de los consumidores y el aumento del dólar, que ha sido factor disuasivo para la compra de productos importados.
Acaso la mosca blanca en las importaciones de bienes haya sido el aumento originado por la importación de equipos destinados a la generación eléctrica con impulsores renovables, como es el caso de la energía eólica, por cuanto se trata de bienes de capital virtuosos con el doble efecto de ser parte de una inversión y a la vez actuar como dinamizador del cambio de la matriz energética.
Pero una flor no hace primavera, reza el refrán, y este elemento positivo no alcanza a disimular las graves falencias que padece nuestra economía, sobre todo en cuanto a la competitividad, porque los exportadores deben trasladar a sus compradores los altos costos que aplica el Uruguay y fundamentalmente el Estado, el convidado de piedra, directa o indirectamente, en toda ecuación económica.
De acuerdo a lo que informa EL TELEGRAFO, las importaciones de bienes --sin considerar petróleo y sus derivados-- alcanzaron los 8.547 millones de dólares en 2015, lo que significa una caída de 11,3% respecto a 2014. Se destacan en este contexto las importaciones de molinos e insumos para la generación de energía eólica, que aumentaron más de un 100% en relación a 2014.
Los principales productos importados fueron aerogeneradores y sus partes, automóviles, teléfonos celulares y vehículos para transporte de mercancías. Los productos que se destacan por su incidencia en la caída de las compras externas son los teléfonos celulares en primer lugar, seguido de autopartes e insecticidas, raticidas y fungicidas.
El hecho de que se trate de una tendencia manifiesta, indica que es imperativo que el gobierno, el presidente Tabaré Vázquez y su canciller Rodolfo Nin Novoa, en coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas, apuren el paso para identificar alternativas posibles y caminos a seguir, con los correctivos del caso, para intentar revertir este proceso de deterioro y en la medida de lo posible retomar el camino alcista.
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