Tabaré y Macri lo confirmaron en Anchorena

Deportes | 08 Ene La realidad es que la idea había quedado ahí, flotando en el ambiente. Argentina le había sacado el cuerpo con la muerte del expresidente de la AFA, Julio Grondona, y luego de que se anunciara ya hace varios años que Uruguay y Argentina presentarían en conjunto la cantidatura para organizar el Mundial 2030, con el que se celebraría el centenario de la primera Copa del Mundo organizada y ganada por Uruguay, el sueño quedó asentado solo de este lado del charco.
Hace poco tiempo el presidente de la AUF, Wilmar Valdez, tiró que el proyecto tendría que ser sudamericano.
Hasta que hace pocas semanas la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO) presentó ante la AUF, la Intendencia de Montevideo, la Secretaría Nacional del Deporte, un elaboradísimo proyecto en el que hace una radiografía exacta del Estadio Centenario, y realiza una proyección a futuro pensando justamente en una remodelación pensando en el Mundial 2030.
Y se estableció que tras el estudio de las partes, se hará un llamado internacional a tales efectos. El teléfono, antes de que todo se pusiera en marcha, comenzaron a sonar desde todas partes del mundo. Y ayer, por si faltaba algo como para reflotar lo que no deja de ser todavía un sueño, fue el abrazo de los presidentes de Uruguay y Argentina, Tabaré Vázquez y Mauricio Macri, quienes en Anchorena hablaron de diferentes aspectos, pero también le dieron una mano a la idea del Mundial 2030 organizado por los dos países.
Macri, reconocido futbolero al punto que su incursión en la política surgió tras una exitosísima presidencia en Boca Juniors, dijo tras la reunión haber acordado con su par uruguayo presentar formalmente la candidatura conjunta para el Mundial 2030, dejando en claro que así como es importante profundizar lazos económicos, también lo es en lo deportivo y cultural. Vale recordar que Vázquez fue también presidente de Progreso.
Y Macri fue un poco más allá: “No hay mejor oportunidad que comprometernos a candidatearnos juntos y ser sede conjunta en ese Mundial”.
Está claro que para ambos mandatarios y los que vendrán, es un desafío el hecho de comenzar a sentar las bases a futuro, teniendo en cuenta que todavía queda mucho tiempo, pero realmente poco para trabajar si se tienen en cuenta las exigencias de una FIFA que en los últimos meses ha explotado por los aires.
“Son muchos años por delante, pero estas cosas hay que comenzar a planificarlas, pelearlas y plantearlas con anticipación, porque muchas veces, por no prever o por improvisar, tuvimos problemas a lo largo de nuestra historia”, dijo el presidente de Argentina.
Al menos en lo previo, y si bien todo se trata de un sueño de enormes dimensiones teniendo en cuenta lo que significa la organización de un Mundial con las exigencias de hoy día que distan mucho a las de aquel lejano 1930, Uruguay aspira al menos a tener una sede y a, por su puesto, recibir la disputa de la gran final en un Estadio Centenario que se construyó en tiempo récord para la primera cita mundialista, y que espera tener una cara remozada (así como todo su entorno), moderna, manteniendo su porte histórico.
El plan, al menos así parece, está en marcha. La obra, igualmente, no deja de ser faraónica. Pero motiva.