Locales | 10 Ene La vecina ciudad de Colón, Entre Ríos, conocida a nivel regional por el caudal de turistas que alberga durante todo el año, principalmente en el período diciembre-marzo, vio afectado el registro de turistas en un 20% debido a la creciente del río Uruguay.
La directora de Turismo de dicha localidad, María Rosa Sander, precisó a EL TELEGRAFO que la dramática situación que se vivió en Concordia, reflejada por medios nacionales, hizo resentir las reservas. “La creciente en esta oportunidad fue inusitada”, dijo la directora. “Normalmente el río tiene crecientes periódicas pero en este caso alcanzó un nivel que derivó en que hubiera alrededor de un millar de evacuados en la ciudad. Además se resintieron todos los servicios costeros, todo el sector de playa y camping, que es la vedette de la temporada. También afectó el complejo termal de Colón que es el único de la provincia que está en el área urbana, es decir que no necesitamos salir a la ruta para encontrarlo como en otras localidades”.
Alrededor del 80% de los turistas que Colón recibe provienen de la capital argentina y las informaciones que se brindaban a través de medios de difusión afectaron las reservas. “Es una lucha bastante importante que tenemos en cuanto a los medios masivos de comunicación, sobre todo los capitalinos, que muestran la realidad del departamento de Concordia, que es seis veces más grande que Colón y que sí estuvo afectada por la creciente. Eso no se vivió acá. Entonces la gente de Buenos Aires, que es nuestro principal aporte de turistas, al ver esas imágenes empezaron a rechazar las reservas, con miedo a insectos, víboras y cosas que veían en la tele. Nosotros siempre destacamos que Colón es una ciudad tranquila y amable; son sellos que tenemos, que sobre todo para la gente de Buenos Aires es un aspecto fundamental. Eso lo cuidamos y promocionamos”, indicó Sander.
Las cancelaciones afectaron no solo a las casas de alquiler y hoteles del sector costero, sino a toda la ciudad. “Desde Turismo hicimos una gacetilla que se difundió a través de las redes sociales y nuestra página oficial donde hablamos de que no tenemos playa ni termas pero les mostramos las otras propuestas, que son igualmente válidas. Y tratamos de que el turista venga igual a disfrutar de la amabilidad y tranquilidad que somos capaces de dar a quien nos visita”, manifestó la directora.
Si bien la baja del 20% de turistas corresponde a personas que tenían reservas para estas fechas, Sander indicó que “hay casi un 100% de baja en cuanto a reservas” que se realizan en esta fecha para, por ejemplo, la segunda quincena de enero en adelante. Pese a la recuperación de las plazas costeras, “el resto de los alojamientos se encuentran habilitados y esperando ansiosos que el visitante llegue, pero la gente escucha hablar y se deja llevar por los comentarios, y la situación no es la misma. Si bien somos todas localidades turísticas, Colón lo es por excelencia desde hace muchos años. Contamos con mayor capacidad de alojamientos: unas cinco mil plazas en campings que hacen un poco variar la cifra total, pero en general son entre diez y doce mil, englobando hoteles, casas particulares y demás; y mayor cantidad de servicios gastronómicos. La ciudad ha ido trabajando en conjunto y esto fue posible gracias a la cooperación pública y privada que hizo que Colón se posicione como la número uno en turismo en Entre Ríos”, dijo.
En tanto, la titular de Turismo explicó que “el río empezó a bajar y eso es beneficioso. Estábamos aislados a través del puente Artalaz, que es la vía directa para ir al Parque Nacional El Palmar, otro de los atractivos con el que contamos. Nosotros trabajamos en conjunto con lo que se llama Micro región Tierra de Palmares con San José, Villa Elisa, Liebig, Ubajay, que es la zona donde está el Palmar. Es decir que mostramos y hacemos publicidad a los atractivos; por eso en esta oportunidad estamos más unidos que nunca”.
“Confiamos que dentro de poco esto se irá solucionando. Pensamos que en unos 10 días podamos contar con playas, no con el nivel de excelencia que es un metro o metro y medio, tal vez con cuatro o cinco metros pero con playas habilitadas”, precisó María Rosa Sander.