Opinion | 14 Ene El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente supervisará la adecuada disposición final de los desechos derivados del manejo y comercialización de neumáticos. A través de un decreto de reciente aprobación, importadores, fabricantes y vendedores de estos productos deberán presentar, antes del 9 de mayo, planes de gestión que eviten daños al entorno. Quienes no lo hagan, quedarán fuera de la actividad a partir de julio.
La medida, que se baraja desde hace años, representa una oportunidad para la creación de circuitos limpios de este tipo de residuo que, si bien no es peligroso, es altamente contaminante y facilita condiciones de reproducción de roedores y alimañas. Además, su acumulación representa un riesgo sanitario por la proliferación de vectores, entre ellos el aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue y otras enfermedades emergentes como zika y chikungunya.
Por otra parte, los neumáticos tienen un gran impacto sobre los recursos naturales, ya que para su fabricación requieren gran cantidad de agua, energía, hidrocarburos, textiles, acero, azufre y pigmentos y porque, además, la naturaleza no es capaz de asimilar por sí misma los componentes altamente contaminantes que los componen. Un dato no menor es que su desaparición como residuo lleva aproximadamente 500 años.
Según el Centro de Comerciantes de Neumáticos en Uruguay, en nuestro país se encuentran rodando más de 24.000 toneladas de neumáticos que, de acuerdo a los datos disponibles, en 2011 generaron unas 10.000 toneladas de residuos neumáticos, siendo la disposición final los puntos más críticos ya que en todos los departamentos existen vertederos a cielo abierto donde la contaminación ambiental es un riesgo inminente. No obstante, es justo destacar que algunas intendencias han realizado esfuerzos para paliar esta situación.
La nueva norma del gobierno nacional, que aún debe ser reglamentada, forma parte del Decreto 358/2015, promulgado el 28 de diciembre con el objetivo de minimizar la generación de residuos, promover la reutilización, el reciclaje y demás formas de valorización de neumáticos fuera de uso, quedando comprendidos tanto los neumáticos y cámaras importados o fabricados en Uruguay con destino al mercado nacional, al tiempo que son excluidas las cámaras y neumáticos adquiridos junto a vehículos o maquinaria.
En tanto, se asigna la responsabilidad de la gestión de estos residuos al sector importador y al productor, que se responsabilizarán por la instrumentación de un circuito de gestión diferenciada de desechos. Las soluciones deberán ser integrales, viables y sustentables desde el punto de vista económico, social y ambiental y la disposición final en relleno se tendrá solo como última opción.
Es de esperar que esta nueva norma específica permita una adecuada gestión de este tipo de residuo a favor de la prevención de la contaminación ambiental y la reducción de su generación.