Paysandú, Viernes 22 de Enero de 2016
Opinion | 17 Ene Muchos e importantes temas fueron tratados en el reciente encuentro de los presidentes de Uruguay y Argentina en la estancia presidencial de Anchorena, donde “se juntaron para comer un asado”.
Y qué mejor momento que un “asadito” para hablar de fútbol. Seguramente Vázquez y Macri intercambiaron impresiones y recuerdos, ya que ambos fueron presidentes de un club de fútbol de Primera División. El mandatario argentino presidió el prestigioso Boca Juniors de Buenos Aires logrando varios campeonatos y un ordenamiento y saneamiento de la institución mientras que el gobernante uruguayo durante su presidencia logró que el Club Atlético Progreso se consagrara por primera y única vez, hasta el momento, campeón de la Primera División del fútbol de nuestro país.
Por esta y otras razones no sorprendió demasiado que recientemente informáramos: “Tabaré y Macri lo confirmaron en Anchorena. Uruguay y Argentina presentarán candidatura”.
“La realidad es que la idea había quedado ahí, flotando en el ambiente. Argentina le había sacado el cuerpo con la muerte del expresidente de la AFA, Julio Grondona, y luego de que se anunciara ya hace varios años que Uruguay y Argentina presentarían en conjunto la candidatura para organizar el Mundial 2030, con el que se celebraría el centenario de la primera Copa del Mundo organizada y ganada por Uruguay, el sueño quedó asentado solo de este lado del charco”.
“Está claro que para ambos mandatarios y los que vendrán, es un desafío el hecho de comenzar a sentar las bases a futuro, teniendo en cuenta que todavía queda mucho tiempo, pero realmente poco para trabajar si se tienen en cuenta las exigencias de una FIFA que en los últimos meses ha explotado por los aires”.
“Son muchos años por delante, pero estas cosas hay que comenzar a planificarlas, pelearlas y plantearlas con anticipación, porque muchas veces, por no prever o por improvisar, tuvimos problemas a lo largo de nuestra historia”, dijo el presidente de Argentina.“Al menos en lo previo, y si bien todo se trata de un sueño de enormes dimensiones teniendo en cuenta lo que significa la organización de un Mundial con las exigencias de hoy día que distan mucho a las de aquel lejano 1930, Uruguay aspira recibir la disputa de la gran final en un Estadio Centenario que se construyó en tiempo récord para la primera cita mundialista, y que espera tener una cara remozada (así como todo su entorno), moderna, manteniendo su porte histórico”.
Recordemos a su vez que la Cámara de Diputados aprobó el artículo 97 del proyecto de ley del Presupuesto Nacional, en el que se declara como de interés nacional el deseo de Uruguay de ser candidato a organizar el Mundial de 2030.
Como vemos, las especulaciones han quedado de lado y, fuera de toda duda, Uruguay procurará ser partícipe en la organización del Campeonato Mundial de Fútbol de 2030, por lo que ahora deben tomarse decisiones trascendentes e inmediatas. Corresponde que los sanduceros decidamos en este momento si deseamos involucrarnos directamente en la realización del Mundial Centenario y, de ser así, actuar de inmediato ya que deberíamos establecer claramente ante los organismos correspondientes nuestro apoyo a la postura de Uruguay y el interés en participar de la organización subsiguiente.
Se trata de una oportunidad realmente única, pues lo más seguro es que no se repita por lo menos en otros cien años por lo que debemos ser muy conscientes de lo que significa ser sub- sede de un acontecimiento de tal magnitud.
Porque no se trata sólo de tener entre nosotros a los mejores profesionales del deporte más popular del mundo; no es sólo ser partícipe de trasmisiones televisivas que llegan a miles de millones de espectadores en todo el orbe, sino que estamos hablando de participar en un negocio que deja dividendos espectaculares, además de ser una ventana que nos proyecta al mundo.
No ha habido, que sepamos, Mundial que haya dado déficit y véase que todas las obras que se concretan para su desarrollo son enormes inversiones que quedan en el país, en el lugar donde se realizan.
Entonces deberíamos, como mínimo, construir un estadio que cumpla con los requerimientos de FIFA, y alojamientos del mejor nivel. No es fácil considerando que no existe actualmente capacidad para albergar siquiera a las delegaciones de participantes. Pero podríamos idear un complejo que una vez cumplido el torneo sería un aporte trascendente a la infraestructura turística sanducera, o acaso como grupo de viviendas, tal como suele hacerse en las “villas olímpicas” una vez terminado el evento.
No olvidemos que Argentina será coorganizadora y eso implica que la participación de Colón y Concepción del Uruguay podría ser directa y hasta podríamos soñar que para esa fecha los puentes dejen de ser un obstáculo y se hayan transformado en medios de conexión absolutamente libres.
Las ideas pueden ser muchas, los proyectos han de ser elaborados, estudiados y resueltos pero la primera etapa es lograr que Paysandú sea parte de la organización del Mundial de 2030.Es en ese sentido que las autoridades departamentales deben pronunciarse y, en consecuencia, si están dispuestas a aceptar el desafío deberían establecer claramente ante el gobierno nacional y las autoridades del fútbol uruguayo el hecho de que los sanduceros nos ofrecemos para hacernos cargo de una subsede torneo. Solicitemos hoy participar en las organizaciones que promoverán en la Federación Internacional de Fútbol Asociado que Uruguay y Argentina sean sede del Mundial Centenario.
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