Paysandú, Lunes 25 de Enero de 2016

De crecidas, bajantes, “datos” y realidades

Opinion | 25 Ene En una reciente edición de nuestros “Cortocircuitos ciudadanos” una lectora expresa: “En el diario salió una gráfica de la reciente inundación y da el pico máximo de 9,12. Sin embargo yo, que vivo frente a avenida Brasil, tenía la marca del 2009 cuando llegó a 9,07 y entró 35 centímetros el agua. Ahora fueron 50 centímetros o sea que algo pasó, se movió o cambiaron el nivel del puerto. Además, en la zona hay casas altas a las que nunca había llegado una creciente y esta vez sí les entró el agua”.
Por otra parte, el 31 de diciembre pasado publicábamos: “Hay al menos 14 centímetros de diferencia entre escala del puerto y altura real del río”.
“Utilizando la tecnología que permite el sistema de medición por GPS que tienen los ingenieros agrimensores, dos de estos profesionales confirmaron el martes que en el lugar donde está la ‘regla’ que mide el nivel del río Uruguay en el puerto de Paysandú, el agua está por debajo de la altura real del río, ya que está dentro del recinto, cuyas paredes hacen de represa efectuando un efecto como de ‘olla’, que baja el nivel”.
“Los ingenieros Leonardo Bulanti Gutiérrez y Manuel Castro Melano hicieron el trabajo ‘con un GPS en tiempo real, tomando como base una antena fija del Ministerio de Transporte y Obras Públicas que está en el batallón. Nosotros tenemos un equipo que se relaciona en tiempo real con esa antena, y tomamos una diferencia de altura contra eso. Tomamos varios puntos fijos de la altura contra la antena, y a su vez medíamos la distancia con el agua’, explicó a EL TELEGRAFO el ingeniero Castro”. “…a grandes rasgos lo que se vio es que hay distintos niveles del agua por las construcciones de la Aduana. Fuimos a ver por qué la regla marcaba menos que el agua afuera. Y es porque el edificio de la Aduana hace represa con el agua, y no la deja pasar. Al venir con tanta fuerza el agua de río arriba, pasa por el costado del edificio y al medio no da la misma altura. Nos dimos cuenta tomando varios puntos del agua, en un sistema relativo porque aun no se procesó bien la altura del agua. Pero aun así nos dimos cuenta que hay una diferencia de 14 centímetros”.
También compararon en otros lugares, y “tomamos un punto donde está Indre, con un buen remanso por los muros de Indre, y dio un centímetro más arriba que donde corría en el puerto. Pero en las construcciones adentro del puerto dio 14 centímetros más abajo”. Detalló que “donde está la regla que toma la medición, además está bajo techo, y eso no se puede hacer. Está en un lugar donde el agua no se nivela, más aún cuando corre tanto como ahora. Entonces a los costados del edificio el agua mantiene un nivel, que no es el mismo en el medio”.
“Leonardo Bulanti, por su parte, explicó que ‘dentro del patio de la Aduana (junto a la reja) hay 9 centímetros menos que en plaza Colón y 8 centímetros menos que en la esquina exterior de Florida y presidente Viera. Esa diferencia aumenta al ingresar en el interior del pasaje de la Aduana donde está la escala de medida’”.
A grandes rasgos y sin entrar en detalles técnicos hemos procurado ejemplificar la complejidad y las dificultades que existen para determinar la altura de las aguas del Río Uruguay y, lo que es mucho más importante, el alcance que una creciente pueda tener.
En esta última crecida la mayoría de los habitantes de las viviendas adecuadas se auto evacuaron y no corrieron riesgos ni causaron situaciones en que los servicios públicos debieran intervenir. Sólo hubo contadas excepciones en las que se debió recurrir a embarcaciones particulares pero hubieron otros casos, como el Museo de la Tradición donde “no hubo tiempo” de sacar todo y, como lo mostraron nuestras fotos, quedaron los carruajes sumergidos así como las cortinas, los arreos y otras piezas históricas aún cuando esto último no ha sido valorado aún, según tenemos entendido. Lo mismo en Vialidad, donde algunas oficinas no fueron evacuadas a tiempo --hay que recordar que el pico de la creciente estuvo próximo a las fiestas navideñas-- y el agua hizo su trabajo.
Todos estos elementos llevan a la conclusión de que es necesario y posible que en el futuro haya mayor información sobre movilidad y caudal de nuestro río.
Seguramente la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) debería disponer el establecimiento de un sistema automático y en línea que informe permanentemente sobre la situación del “paterno” y las posibles consecuencias que se podrían dar en ambas márgenes.
Lógicamente deberá acordarse la tarea con las Prefecturas uruguaya y argentina así como con la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande.
Una vez incorporada la información disponible deberíamos disponer de un procedimiento que plantee posibles escenarios según las variantes que se produzcan.
No pretendemos una “máquina adivina”, pero la tecnología actualmente ofrece las herramientas necesarias para que la previsiones se tomen en tiempo y forma y, créanlo, sería tremendamente útil y tranquilizador que toda la población pudiera acceder directamente a ese servicio.
El sistema actual de medición quedó claramente obsoleto, por cuanto los datos que se obtuvieron no son confiables. Miles de sanduceros fueron testigos de que esta última creciente superó a la de 2009 en al menos 20 centímetros, y la explicación del ingeniero Bulanti, si bien puede servir para determinar que la medición siempre estuvo mal hecha, no explica la diferencia entre 2009 y 20015, porque supuestamente las condiciones fueron las mismas en las dos oportunidades --la regla estaba ubicada en el mismo lugar, rodeada de los mismos edificios que producen el mismo efecto hidráulico--. Pero lo que no puede pasar, porque es poco serio y porque va contra todo rigor científico, es que la regla sea “de goma”. Y si en 2009 el agua llegaba a determinado punto de la ciudad con el nivel a 9,07, en 2015 no puede estar una cuadra más lejos con la misma medición. A menos que un terremoto de grado 8 en la escala Richter hunda a todo Paysandú --menos el puerto, donde está la regla, claro-- unos 20 centímetros, lo que es absurdo hasta para un escolar.
Es imperioso modernizar el sistema de medición para que la historia registre los hechos tal cual sucedieron; para que Paysandú sepa a qué atenerse en una próxima creciente; y para respetar el método científico con un mínimo de seriedad.


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