Rurales | 26 Ene Un nuevo hecho de abigeato se produjo este fin de semana en el departamento de Paysandú, cuando aparecieron muertas dos vaquillonas de la raza Jersey, de 25 años de selección y de importante genética lechera en un predio de la zona de Palmar de Quebracho, a 12 kilómetros de Ruta 3, valuadas por su propietario en U$S 1.000 cada una.
Además de algunas actividades agrícolas y ganaderas, en el predio se efectúa la recría de parte del ganado del tambo del ingeniero agrónomo Roberto Ceriani, un lugar reconocido por contar prácticamente con la totalidad de su rodeo lechero de la raza Jersey.
Los animales faenados eran dos vaquillonas de poco más de año y medio, inseminadas hacía dos meses y “que estarían pariendo aproximadamente en agosto, a las que les sacaron los cuartos, las paletas y algunos pedazos del costillar y las dejaron contra la calle”, dijo Ceriani a EL TELEGRAFO.
El actual presidente de la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza (Aplpe) aclaró que más allá de “estar lindas las vaquillonas porque el año vino muy bien, no se trata de ganado de carne y quienes conocen saben que el ganado Jersey naturalmente es un ganado de menor tamaño y no tanta carne, y desde el punto de vista comestible no son muy atractivas para vender”.
Expresó que debe tratarse de gente con conocimiento en esta actividad delictiva, “ya que es ganado lechero y habitualmente, por ser criado los terneros desde chico con las guacheras, son más mansos que otras razas ganaderas. Esa mansedumbre hizo que no se le encontraran rastros de balas para matarlo, por lo que seguramente arrimaron al ganado al alambrado cerca de la calle y probablemente las enlazaron y aprovecharon la oportunidad”.
Entiende que “por la forma de carnearlas y cómo las dejaron, no son gente de poco conocimiento, por lo menos en el arte de atrapar animales y carnear”. Además, “y aunque el estado del camino no es bueno porque permanentemente están ingresando y saliendo camiones de la forestal, se estima que se utilizó alguna camioneta o vehículo de cuatro ruedas, porque trasladar esa cantidad de carne en moto no sería fácil, además de haber participado varias personas”.
Ceriani evaluó que “si fuera a comercializarlas hoy, el precio de cada una de estas vaquillonas oscilaría en los U$S 1.000, además de lo que significa la espera de producción de estos animales que a partir de agosto ya estarían ingresando al tambo. Además de la cría que darían, pues fueron inseminadas con semen sexado de un toro neocelandés, por lo que seguramente serían hembras”.
Además de las expectativas que el productor tenía por animales que seguirían mejorando la producción de su establecimiento lechero, consideró el hecho “un golpe que nadie espera porque se trata de herramienta genética que venimos trabajando con dedicación, y en donde el dinero no puede representar lo que significa la pérdida de calidad de ese ganado”.
Reconoció la labor desplegada por la Seccional Sexta de Policía, cuyo personal concurrió al lugar inmediatamente de ser llamados, incluso mencionó que “se sacaron muestras de ADN para poder identificar la carne en alguna reventa o algún lugar en donde pueda estar almacenada”.
El productor analiza coordinar junto a la Brigada Especial de Prevención y Represión al Abigeato (Bepra) qué se puede hacer con esta situación, “no solo por nosotros, sino que también hay un montón de vecinos que sufren esta situación”. Comentó que “se da la particularidad de que hay mucho ganado en la calle, y sin embargo ese ganado no falta o no se dan cuenta”.

OVINOS
El productor consideró que se trata de un zona muy complicada: “Estamos desde hace unos seis años y cuando pretendimos también hacer producción ovina, nos encontramos con que nos mataban y robaban lanares muy seguido y tuvimos que dejar de criar lanares”.
Recordó que hace unos tres o cuatro años, un 24 de diciembre y cuando el encargado no estaba, “robaron en esa noche 25 ovejas, las que fueron embarcadas vivas y hasta hoy nunca se supo nada lo que sucedió”. Quedó algo de consumo en el predio “y hace unos cuatro meses nos carnearon tres ovejas y algunos corderos y dejamos todo lo que eran ovinos porque es poco feliz estar trabajando para perder dinero”.

EN MALDONADO
El productor Marcos Barreto de la zona de San Carlos de Maldonado, posee 43 vacunos y pretende liquidar todo en estas horas ante la impotencia de las constantes carneadas que sufre en su predio. “En tres meses me llevan carneados cinco vacunos. A un vecino le carnearon dos la semana pasada y a otro tres animales. No da para calentarse más”, dijo a radio Carve.
Según explicó Barreto, los productores se han reunido con la Policía y la respuesta ha sido siempre la misma: que hacen guardia. “Uno sale de noche y puede ver a la camioneta de la guardia rural. El tema es que siempre hay un menor metido en la jugada, por tanto, lo llevan y lo largan enseguida”, comentó. A modo de ejemplo, dijo que días atrás carnearon tres vacas de un campo vecino y que Policía Caminera incautó motos, carne y rifles en un puesto de control en la intersección de las rutas 9 y 104, pero no pudieron detener a los delincuentes.
Consultado otros productores, que también sufrieron abigeato pero prefirieron no ser públicos por miedo a represalias, dijeron que estaban cansados de esta situación y posiblemente estos robos de carne no sea para el consumo propio, sino para comercialización. “Uno puede imaginar para dónde van, la ciudad es chica”, señaló uno de ellos.
“Uno encuentra a los animales sin degollar en el campo, a las vacas las apuñalan en el cogote. Además, dejan los huesos blanquitos y lo que es pulpa se lo llevan todo”, detalló Barreto. “Claramente se trata de una organización”, puntualizó. “Hoy es tierra de nadie y no da para calentarse más”, dijo este productor que dejará la producción agropecuario.