Paysandú, Martes 02 de Febrero de 2016
Rurales | 29 Ene A la crítica situación que viven las industrias uruguayas PILI, Calcar y Claldy, que no han logrado concretar la venta de quesos con Venezuela, al igual que Conaprole por la producción de leche en polvo, se suma la incertidumbre y preocupación por el silencio del gobierno uruguayo, que en lo que va del año no ha emitido ninguna declaración sobre las dificultades que enfrenta el negocio.
Es que el negocio se llevó adelante por las gestiones de la Dirección de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, tras el primer contacto entre los presidentes Tabaré Vázquez y Nicolás Maduro, y reafirmado en una trascendente conferencia de prensa brindada por el ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, luego de su viaje a Venezuela, junto a los empresarios de los sectores lácteo, del arroz, soja y pollo.
El pasado jueves 30 de julio fue anunciado formalmente el negocio comercial público-privado entre Uruguay y Venezuela, que permitiría comercializar 235.000 toneladas de productos alimenticios por una cifra “algo superior” a 300 millones de dólares. El detalle de las ventas indicaba que eran 90.000 toneladas de arroz elaborado y con cáscara, 44.000 toneladas de leche en polvo de Conaprole –equivale a 40% de su producción anual–, 9.000 toneladas de pollo de la empresa Tres Arroyos, 12.000 toneladas de quesos de la firma Calcar, Claldy y PILI, y 80.000 toneladas de soja.
Esto se concreta según lo dispuesto en el acuerdo de cooperación económica y técnica celebrado el 6 y 7 de julio en Montevideo y ratificado el 17 del mismo mes por los presidentes Tabaré Vázquez y Nicolás Maduro, cuando ambos acudieron a la reunión semestral del Mercosur en Brasil.
En la oportunidad, Aguerre indicó que “el acuerdo tiene el espíritu de comprometer la compra de petróleo” y con esas divisas abonar la adquisición de alimentos nacionales, “para llegar así a un equilibrio en la balanza comercial entre ambos países”. Según el ministro, retomar el mercado venezolano significaba preservar 4.538 puestos de trabajo en el sector lácteo en fase primaria y 1.970 más en la fase industrial, ya que el año pasado 35% del total fue exportado a ese destino por 282 millones de dólares.
También fue el propio secretario de Estado quien en setiembre arremetió contra un comunicado de una de las gremiales lecheras que descreía las características del negocio, y semanas después anunció “con bombos y platillos” que llegaban los primeros U$S 50 millones para el pago de la venta de productos lácteos. Pero esos 50 millones es lo único que hasta ahora llegó. Primero fueron U$S 40 millones repartidos entre Conaprole (la gran parte porque el endeudamiento era mayor debido a la cantidad de toneladas de leche en polvo enviadas) y la industria local PILI, que no recibió dinero, sino “un cambio de facturas” por créditos solicitados con anterioridad.
Ante la pasividad venezolana y el silencio del gobierno, fue el embajador de la nación bolivariana quien el jueves pasado anunció que en esas horas se concretaría el pago. En realidad, lo que sucedió es que Corpovex autorizó al Bandes en Uruguay a distribuir el remanente de U$S 10 millones de los U$S 50 millones que se depositaron en noviembre pasado. Fueron distribuidos entre PILI, a quien se le volvió a hacer el cambio de facturas por créditos contraídos con anterioridad, liquidando las 1.400 toneladas de queso enviadas, y Calcar en un 25% de lo exportado.
La que quedó afuera de la distribución de la primera partida del fideicomiso de U$S 50 millones fue la industria Claldy, siendo la única que no ha recibido ningún pago por las 1.400 toneladas por unos U$S 7.500.000 que exportó a Venezuela en noviembre del año pasado.
MOLESTIA DE VENEZUELA
Según el Informe Tardáguila Lechería, el gobierno venezolano se molestó por alguna declaración pública que salió en los medios de Claldy, algo que la empresa “tomó con sorpresa” y preocupación dado el “enorme perjuicio” que este atraso en el pago puede causarle en el giro de su negocio industrial.
Mientras tanto, el hermetismo del gobierno preocupa a los industriales, que accedieron al mismo tras la solicitud estatal de concretar la venta de sus productos, y tienen en cámaras de frío el resto de lo producido, que en el caso de las queseras fue de 4.000 toneladas y cada una envío 1.400.
A excepción de PILI que ya cobró lo exportado, tanto Claldy como Caldar tienen además –al igual que la industria sanducera– las 2.600 toneladas producidas por el negocio concertado y para cobrar de lo ya exportado, con los consiguientes perjuicios que implica para el accionar de la empresa.
Hasta el momento el portavoz ha sido el presidente del Instituto Nacional de la Leche, doctor Ricardo de Izaguirre, quien sostuvo en las últimas horas que se aguarda la llegada de otros U$S 50 millones que descomprimirían la situación.
SIN MARGEN
También en las últimas horas, la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) comunicó formalmente al sindicato de la industria láctea que no hay margen para que se cree una “bolsa de trabajo” con los alrededor de 600 trabajadores del sector que fueron despedidos el año pasado de las cerradas Ecolat y Schreiber Foods.
El sindicato quería crear una “bolsa de trabajo” con 170 trabajadores de Schreiber Foods, que funcionaba en San José, y con 450 de Ecolat, que lo hacía en Nueva Helvecia. Estaba incluso dispuesto a hacer concesiones en materia salarial, pero ahora intenta elaborar un proyecto para reactivar la planta de Ecolat con ayuda del Instituto Nacional de Cooperativismo.
Las empresas, preocupadas por un panorama adverso que creen que se extenderá durante todo este año, fueron claras en la negativa. El sector lácteo sufre por los bajos precios internacionales y sus elevados costos, y en este contexto el plenario nacional del sindicato de la industria láctea definirá en estas horas su estrategia para la negociación salarial que se avecina, en la que reclamará un convenio a tres años, el mantenimiento del salario real y además incrementos de sueldos por sobre la inflación.
EXPORTACIONES Y PODER DE COMPRA
Las exportaciones de productos lácteos retrocedieron el año pasado de U$S 823 millones a U$S 631 millones, lo que representó un retroceso de 23,3%. El anuario de Opypa, la oficina que diseña las políticas agropecuarias, señala que “la alta concentración de destinos por rubro, sumada a las perspectivas poco auspiciosas para estos destinos de exportación, demuestra que la inserción exportadora de la industria láctea es vulnerable”, y ve “gran incertidumbre”.
En diciembre de 2015, el poder de compra de la leche cayó en comparación a un año atrás (-24%), según el indicador que procesa y publica el Inale. Dado el precio de la leche al productor y los precios de los productos que integran el costo de producción, significa que la capacidad de compra de la leche fue 24% menor en diciembre de 2015 que en igual mes de 2014.
Esto se debió fundamentalmente a la importante caída en el precio al productor (-17%) y en menor medida al aumento del costo de producción expresado en pesos (+9%). A pesar de la caída señalada, el poder de compra de la leche se ha mantenido estable desde julio pasado.
La caída del precio al productor se debe a la transmisión de la baja de los precios internacionales de los lácteos (observada desde inicio de 2014) debido a la alta exposición al mercado internacional del sector lácteo nacional por su condición de ser fuertemente exportador (entre el 70% y el 75% de la remisión de leche de Uruguay se exporta). La baja en el precio al productor es una situación que también se aprecia en los principales países exportadores de lácteos (Unión Europea, Estados Unidos y Nueva Zelanda).
En cuanto a los costos, los grupos de productos que tuvieron mayor incidencia en esta alza fueron: “Semillas y fertilizantes” (+2,0%), “Contratación de maquinaria” (+1,5%) y “Mano de obra asalariada” (+1,4%). Otros productos que se comportaron al alza fueron: “Arrendamiento”, “Reparación y Mantenimiento de Maquinaria”, “Concentrados” e “Inseminación”. Incidió a la baja “Combustible” (por la baja del gasoil de $ 0,9 de octubre).
Si se analiza la evolución de los costos en dólares, en diciembre pasado los costos en dólares cayeron (-11%) en relación a un año atrás, principalmente por efecto del aumento del tipo de cambio (+26%), lo que hizo aumentar la importancia relativa que tienen en la estructura de costos aquellos productos que se nominan en dólares. Aproximadamente el 60% de los costos se cotizan en dólares.
Estimaciones preliminares realizadas por IFCN para 2015, proyecta caída de costos en dólares para los principales exportadores de lácteos (Europa y Nueva Zelanda) por el mismo motivo, debido a las importantes depreciaciones de sus monedas en relación al dólar.
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