Opinion | 06 Feb En lo que aparece como un intento de no cobrar al grito de la oposición, el presidente Tabaré Vázquez tardó más de lo razonable en relevar a la cúpula oficialista del Directorio de Ancap, una verdadera bomba de tiempo y sembradora de malestar en la opinión pública, si se tiene en cuenta que la mala gestión del ente en los últimos años --no solo de los ahora exdirectores-- determinó que el ente perdiera mil millones de dólares en pocos años.
No es poco dinero en ningún país y menos en uno del tamaño de la economía de Uruguay, pero es mucho más grave si se tiene en cuenta que es una empresa estatal monopólica, que fija las tarifas a su antojo --en coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas-- y que cobró y sigue cobrando los combustibles a precios desmesuradamente altos, de los más caros del mundo, cuando el petróleo está por el piso y luego de más de una década de bonanza en la economía.
Un día después de que se conociera el borrador del Frente Amplio defendiendo la gestión de Raúl Sendic en Ancap, el presidente Tabaré Vázquez ordenó el cese de todos los directores oficialistas en el directorio del ente, incluido su presidente José Coya. La caída de estos directores es un golpe para la lista 711 liderada por Raúl Sendic, quien presidió el ente durante el período de mayores pérdidas y que no ocultó su malestar por la medida.
“Las potestades de nombrar y sustituir directores y ministros son del presidente. Nosotros respetamos la posición, pero no la compartimos”, declaró a El País el senador Leonardo De León, de la lista 711. El legislador subrayó que la medida se da en el momento en que en el Frente Amplio se había concluido que no hubo “ilícitos ni irregularidades” en la gestión de Ancap, y destacó los planes estratégicos vinculados a la reforma de la refinería de La Teja.
La remoción de directores fue la primera medida “recomendada” por la comisión interventora que se reunió el jueves por la mañana con Vázquez, Cosse y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García. El cambio de autoridades había sido sugerido por el ministro de Economía, Danilo Astori, y pedido en el Frente Amplio por el senador Rafael Michelini, ambos del Frente Líber Seregni (FLS).
En cuanto a la tardanza, debe tenerse presente que si bien fuentes de gobierno dijeron que la decisión de remover a los directores estaba tomada por Vázquez “desde hace un mes”, se entendió que el mejor momento era antes de que se tratara el informe de la Comisión Investigadora que se presentará al Senado el miércoles 17.
Pero las pérdidas enormes del organismo se conocieron mucho antes, y no hay explicaciones lógicas para dejar tanto tiempo en el cargo a los responsables o quienes compartieron responsabilidades por tales pérdidas. A la medida de no complacer a la oposición --que tenía razón en su reclamo-- se agregaba naturalmente el intento de no agravar diferencias internas en el partido e gobierno, teniendo en cuenta que los directores cesados habían sido nombrados por el mujiquismo y pertenecen al sector de Raúl Sendic.
La pregunta que surge inmediatamente, además es: si no hubiera habido comisión investigadora, ¿todo esto habría salido a luz? Nadie dice en el gobierno: “nos equivocamos, y de ahora en adelante vamos a apostar a la transparencia y a mejorar la gestión”. ¿O los uruguayos no merecemos alguna explicación de porqué se ha barrido debajo de la alfombra?