Paysandú, Martes 09 de Febrero de 2016
Opinion | 03 Feb El bosque de Zika, en Uganda, fue el escenario donde, en el año 1947, se descubrió por primera vez a este microbio, hoy conocido como virus del Zika. En 1954 se detectó a una persona infectada con él en Nigeria, y años después ya se trataba de un microorganismo habitual de múltiples países africanos y asiáticos, aunque no se detectaban muchos casos.
La situación cambió en 2007, cuando llegó al Pacífico en forma de un brote que dejó 180 infecciones en Micronesia. En 2013 se produjeron unas 28.000 infecciones en la Polinesia francesa, y de allí saltó a otras islas, como Nueva Caledonia, Islas Cook e Isla de Pascua.
En las últimas horas, en prueba que la situación mundial es preocupante, la Organización Mundial de la Salud declaró al virus como una emergencia sanitaria global, debido a que la infección transmitida por mosquitos se ha relacionado con enfermedades neurológicas en niños recién nacidos.
El término real es de Emergencia Sanitaria Pública Internacional (Public Health Emergency of International Concern) y describe una situación grave e inusual que conlleva implicaciones para la salud pública más allá de la frontera nacional del Estado afectado. Y en este caso si se aprecia el mapa de casos declarados, en América Latina, Uruguay aparece prácticamente rodeado.
El vector que transmite la enfermedad, el mosquito Aedes Aegypti está hace tiempo en nuestro país, si bien se encuentra controlado, lo que permite mantener en Fase Cero el operativo, esto es en prevención.
Pero queda claro que más allá que no debe cundir el pánico, porque las autoridades sanitarias del país han desarrollado una excelente tarea y que ha dado igualmente muy buenos resultados, las vías que nos comunican con el mundo y que favorecen todo tipo de intercambios se convierten en posibles transmisoras de infecciones, en viajeros especialmente, en la medida que por el momento el vector está controlado.
El virus se contagia no solamente por las picaduras de mosquitos, sino por contacto sexual y a través de transfusiones de sangre.
Lo que cada uno de nosotros dentro de fronteras debe hacer es la parte que le corresponde. En lo que refiere al principal peligro, el de contagio por picaduras de mosquitos, lo más importante es realmente muy sencillo, esto es evitar generar hábitats que le sean afines, limpiando fondos y eliminando fuentes con agua estancada, no importando el tamaño, esto es dándole siempre la debida importancia por más pequeños e insignificantes que parezcan.
Y si se debe viajar a áreas con presencia del virus, hay que tomar especiales precauciones ante riesgos potenciales y medidas para reducir la exposición a las picaduras del mosquito.
La declaración de emergencia mundial revela la disposición de esfuerzos para coordinar acciones globales en muy distintos ámbitos.
Felizmente, el territorio nacional está libre de esa enfermedad. Pero por eso mismo no se puede descansar ni dejar de hacer toda posible prevención.
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