Policiales | 04 Feb Una pareja de malhechores que circulaba a bordo de una motocicleta de gran cilindrada cometió una rapiña en perjuicio de un comercio de la inmediaciones de José Pedro Varela y Artigas, próximo a las 19 de la víspera, ocasión en que el malviviente ingresó al almacén simulando ser un cliente. Minutos después, en otro comercio de Guayabos y Colón se registró un hecho similar.
Respecto al primero de los hechos, la responsable del comercio de José Pedro Varela y Artigas indicó a EL TELEGRAFO que “estaba atendiendo a una niña de diez años, vecina de la cuadra, cuando el hombre entró. Esperó que le diera el cambio a la nena y me preguntó cuánto salía la amarga. Cuando ella zafó la puerta, sacó un arma y me apuntó, por encima del mostrador, directamente en la boca del estómago”.
“Dame todo lo que tengas o te pego un tiro”, fueron las palabras que el delincuente le dijo a la señora de 54 años, quien le entregó el dinero que tenía en la caja hasta ese momento. “Era cambio chico, serían unos quinientos pesos”, comentó. Tras apoderarse de la plata, éste se retiró del lugar hacia la calle, donde le aguardaba un secuaz a bordo de una motocicleta. “Se fueron con el otro por Varela rumbo a avenida Soriano”, indicó la damnificada. Si bien el sujeto --en apariencia de unos 30 años-- actuó a cara descubierta, al momento de emprender la huida, lo hizo (junto al conductor) portando ambos casco protector.
La señora expresó que desde que comenzó a trabajar con el almacén, hace dos meses y medio, es el segundo caso de inseguridad que vive. “En la madrugada del 29 (de enero) hicieron entrar a un menor de entre 8 o 9 años a través de una ventana que es altísima y me desvalijaron el almacén. Se llevaron de todo. Dos mayores que estaban afuera eran los que esperaban que el menor les alcanzara las cosas”, precisó. Y agregó: “se supo que era un menor de edad por las huellas dactilares que quedaron en la ventana”.
Asimismo, contó que esa noche fue una “ola”, porque “acá a la vuelta hicieron como nueve robos”. “Toda la vida tuve pizzería en Charrúas y Montevideo, trabajaba hasta la madrugada con puerta abierta y jamás me pasó nada, y ahora fueron ya dos en dos meses y medio”, se lamentó.

LA SEGUIDILLA
En tanto, a minutos de que la Policía fuera alertada de la rapiña en el comercio de la señora, se dio aviso que en un comercio de Guayabos y Colón había ocurrido un hecho de similares características. Al parecer, en base a datos extraoficiales, la descripción aportada por el damnificado coincidía con la de los autores de la otra rapiña.