Rurales | 10 Feb El manejo del rodeo de cría promediando el entore marca que se observan atrasos en celos de vacunos al inicio del servicio en el centro y sur del país, señaló el ingeniero agrónomo Esteban Montes, técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA).
Según el técnico, la situación de los vientres y su estado reproductivo varían de acuerdo con la zona, estimando que en muchos casos los entores se alargarán, recomendando tomar las medidas de manejo necesarias según cada situación y los objetivos productivos inmediatos para no trasladar problemas al próximo entore.
Montes explicó que la situación del rodeo de cría a nivel nacional se puede diferenciar en tres zonas: “Al norte del río Negro la situación en general es buena, viéndose algún problema en las vacas de primera cría. En esta categoría hay productores que han venido tomando decisiones, como uso de flushing con destete temporario a partir de los diagnósticos de actividad ovárica”.
En el centro la situación está “algo más complicada, con problemas a nivel de la primera cría algo más generalizados y algunas complicaciones en vacas multíparas”, dijo. En el sur y sobre todo en el este del país, “la situación es problemática a nivel de todo el rodeo e incluso se manifestaron algunos problemas a nivel de las vaquillonas que se entoran por primera vez, observándose atrasos en los celos al inicio del servicio”.
Entiende que al inicio del servicio que está en curso, el diagnóstico de actividad ovárica constituye una herramienta muy adecuada para “afinar la puntería” para tomar las decisiones. “Ahora es algo tarde, pero en el caso que se tengan dudas, no se debe esperar al diagnóstico de gestación final que se realiza en otoño para encontrarse con la noticia que el porcentaje de preñez es bajo”, añadió.
A su vez, explicó que “parece que hay muchos productores que están con intención de alargar los entores, lo cual es entendible, fundamentalmente en el caso de los productores criadores puros, ya que la venta de terneros es un rubro importante dentro de los ingresos de la empresa y sobre todo cuando no se invernan las vacas. Si engorda la vaca de descarte, se puede analizar la conveniencia o no de preñar o descartar lo fallado y engordar. Cada caso es diferente y hay que analizarlo”.
En caso de querer preñar la mayor cantidad de vientres posible, “alargar el entore es la opción por la que va a optar el productor. En este caso se tiene que analizar cómo está el rodeo para ver cuántas vacas se van a preñar tarde. Lo puede hacer con la condición corporal o con un diagnóstico de actividad ovárica”.
Para Esteban Montes, “hay que plantearse no arrastrar la situación para los próximos entores. Hay que ver cómo están las vaquillonas de sobreaño, o sea las que van a ingresar al rodeo de cría el servicio que viene y ver las vacas que se van a refugar por desgaste de dentición o por defectos. Si el número de vaquillonas que se tienen de reposición supera al de vacas de refugo, esa cantidad que supera permitirá descartar vacas que se hayan preñado tarde y que no se volverán a entorar. Por lo tanto, se están descartando esos animales problemáticos para el próximo entore”.
Acotó que lo que quede de vacas preñadas, o sea que no puedan descartarse para el próximo entore porque no hay más vaquillonas de reposición, “hay que pensar en manejarlas de forma diferenciada para el próximo entore para corregir parte del atraso que se va a dar este año. Esta corrección se puede realizar con destete precoz, flushing, etcétera”.

QUÉ HACER
Teniendo en cuenta esta categoría de reposición, el técnico explicó qué se debe hacer para que lleguen en condiciones al rodeo. Como primer paso citó “pesarlas para poder saber de dónde se parte. Luego y en función de las pasturas que disponemos, se puede analizar cuáles animales están con posibilidades de correr la carrera”.
“Debemos tener animales con un crecimiento y desarrollo adecuado como para poder ingresar al período reproductivo en el próximo servicio, ya que por más que se disponga de pasturas mejoradas, si el animal no está bien desarrollado, no se logra el propósito de llegar con una vaquillona ciclando al inicio del servicio. Debemos pensar que una vaquillona que pese 200 kilos actualmente tiene que ganar 500 gramos promedio por día desde ahora hasta principios de noviembre (nueve meses) para llegar con 320 kilos al inicio del servicio. No es una carrera sencilla y se tiene que hacer con pasturas mejoradas de buena calidad y alta disponibilidad en todo el período. Hay que hacer esa cuenta para posicionarse adecuadamente”, señaló.
Si se dispone exclusivamente de campo natural, “las vaquillonas que hoy no estén pesando un mínimo de 230 kilos (peso individual) estarían fuera de competencia, ya que hay que plantearse un peso mínimo de más de 250 kilos en el mes de mayo”, manifestó el profesional.
Sostuvo como un hecho muy importante “no esperar al diagnóstico definitivo para tomar las decisiones. Si no se han tomado decisiones, analizar hoy las posibilidades. Para esto, lo principal es analizar el objetivo que se pretende; si es preñar mucho o preñar lo que esté dentro de las posibilidades. Si van a atrasar el entore, quiere decir que quiere preñar en un porcentaje elevado, pero lo importante es no trasladar el problema de las preñeces tardías para adelante. Analizar las posibilidades que mencionamos para decidir y no esperar al momento del próximo entore para hacerlo”.
También el razonamiento es similar para las recrías. “Con la experiencia adquirida mediante la ejecución del Proyecto de Relevamiento y Difusión de recrías hembras, hemos visto que una buena cría comienza en la recría y que los productores que integran esos proyectos –que son destacados– se preocupan mucho porque las vaquillonas lleguen ciclando al inicio del servicio para no tener problemas en el resto de la etapa reproductiva. Lo más que se le pueda dar a ese animal van a ser puntos ganados para la etapa reproductiva”.
Por lo tanto, Montes concluyó que “actuar tomando la mayor cantidad de información posible para alimentar la toma de decisiones es la mejor acción a realizar”.