Rurales | 07 Feb “De 700 a 800 kilos de los rendimientos potenciales se han perdido en la etapa vegetativa de los cultivos a causa de la falta de precipitaciones en el mes de enero”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Giménez, por lo que se estima que Uruguay ya perdió unos U$S 350 millones por la “pérdida de potencial” al ser la mayoría de los cultivos sin riego.
Al realizar su cálculo, el investigador y docente de la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni (Eemac), de Facultad de Agronomía, realizó una “pequeña cuenta” que permite demostrar las pérdidas que la falta de agua ocasiona: “Si se obtuviera 2.700 kilos de soja y había una expectativa de 3.500, se está perdiendo 800 kilos de grano de soja (por hectárea). Si tenemos en cuenta que se sembró aproximadamente 1.160.000 hectáreas de superficie de soja en el país –según datos de la DIEA–, a un precio de 300 dólares la tonelada, eso implica 348 millones de dólares”.
“Uruguay perderá millones de dólares porque se pierde parte del potencial de rendimiento. Si hablamos de casi 800 kilos de soja perdida por hectárea, significa casi 350 millones de dólares, y para el país eso es muchísima plata”, enfatizó el profesional. Los datos que maneja el profesional provienen de los resultados de investigación en soja y el manejo del agua durante más de diez años.
“Podemos ver la soja verde y si llueven 20 o 40 milímetros en estas próximas jornadas, vamos a ver verdear la soja --siempre lo digo en las clases que es un cultivo bastante mentiroso a la vista--. Parece que es un cultivo que está bien, pero la realidad es otra cuando pasa la cosechadora y se ven los rendimientos que tienen”, dijo.
Reconoció que “se juega parte importante del partido entre febrero y marzo. Hay un porcentaje de siembras de primera muy alto este año, básicamente porque la gente no apostó tanto a los cultivos de invierno, sino más a los de soja, que tiene --a pesar de la baja de precios-- mejor rentabilidad”.
Sostuvo que “hay mucha soja adelantada en etapa reproductiva, por lo que las pérdidas van a andar en ese entorno hasta ahora. Si en febrero se complica, las pérdidas van a ser significativas, y vamos a estar en el piso superior de nuestros rendimientos, que andan en 1.800 a 2.000 kilos”, pero “en 25 días tendremos más certezas en cuánto va a perder Uruguay”, dijo.
Precisó que “tuvimos una deficiencia hídrica en enero bastante importante con precipitaciones en el entorno de 20 milímetros, hay una demanda del cultivo de más de 200 milímetros, por lo tanto, ya podemos asegurar que los cultivos de secano perdieron rendimiento”, aunque también señaló que “no estaban en la etapa de mayor pérdida de rendimiento”.
“El año pasado decíamos que el 50% del rendimiento se juega en el llenado de grano, y esto se produce de acuerdo a los materiales y la fecha de siembra habituales en Uruguay en el mes de febrero. Por lo tanto, el 50% de rendimiento se juega en febrero, pero en enero ya hubo pérdidas de granos. Eso está absolutamente cuantificado”, aseguró Giménez.
Para el destacado investigador en riego de nuestro país, en Uruguay “tenemos potenciales de rendimiento, fundamentalmente en la zona de Paysandú en donde hay muy buena radiación y temperatura, de 6.000 kilos por hectáreas utilizando riego”. En general, el país está con rendimientos de la producción que varían todos los años “de 2.000 a 2.500 kilos de granos por hectárea. Quienes obtienen rendimientos de 2.700 o 3.000 son considerados hoy en día como espectaculares y hay festejos por todos lados”, dijo.
Expresó que al precio de U$S 500 la tonelada como estaba hace algunos años “se hacía mucha plata en condiciones de secano. Pero la limitante fundamental que tienen los cultivos de verano en Uruguay es, sin lugar dudas, la disponibilidad hídrica. Estas a veces ocurren en noviembre o diciembre, a veces en enero, otras en febrero, o a veces en marzo, pero siempre ocurren”.
Aclaró de todas maneras que “estamos en un año Niño, que se anunciaba históricamente muy fuerte. A pesar de esto y que pueden venir precipitaciones muy por encima de los promedios en marzo y estar todo inundado nuevamente, ocurren estas cosas en Uruguay. Hay una limitante muy importante, que es la capacidad de almacenamiento de agua que tienen los suelos”.

POCA CAPACIDAD
Para el investigador y docente “hay suelos en el país con muy poca capacidad de agua en el suelo y 20 días con estas temperaturas y estas radiaciones secan prácticamente todo el perfil del suelo”. Indicó que “no se debe relacionar el volumen de lluvias, sino la distribución de las mismas, porque si vemos el volumen de precipitaciones, no deberíamos tener deficiencias hídricas, pero no podemos captar todas las lluvias”. “Si por ejemplo en marzo llueven 200 milímetros, solo podremos captar el 50% o menos, de acuerdo a la capacidad de llenado de los suelos, lo que determina que las deficiencias hídricas sean una constante en Uruguay y más en el norte del país”, añadió.
“Por otra parte, hay que entender que tenemos una enorme potencialidad de producir granos por la radiación solar y las temperaturas que tenemos. Además, con una tecnología adecuada al resto de las prácticas de manejo que Uruguay tiene, porque la investigación ha generado y los productores conocen prácticas de manejo”, dijo. Y reforzó la idea: “Si dominamos la disponibilidad hídrica, tenemos un altísimo potencial de producir granos, y especialmente cultivos C3, que son el girasol, el algodón y la soja, con rendimientos comparables con los mejores del mundo”.
Recordó que el arroz, que en Uruguay es 100% irrigado, “sacamos los mejores rendimientos del mundo, básicamente por la radicación solar y temperatura. Además, sabemos manejar los cultivos. El problema es que cuando trabajamos en secano, la disponibilidad hídrica nos hace caer los rendimientos a un tercio del potencial que tenemos para producir”.

RIEGO EN PAYSANDÚ
Las apreciaciones del ingeniero Luis Giménez fueron efectuadas mientras recorría junto a EL TELEGRAFO un interesante emprendimiento de riego en las cercanías de la ciudad de Paysandú, perteneciente al empresario local Eloy Kolbasiuk.
Ubicado a escasos metros del río Uruguay, “este suelo tiene gran potencial y alta fertilidad porque se acaban de producir 5.000 kilos de trigo, uno de los rendimientos más altos a nivel nacional, obtenido por ser una chacra con escasa experiencia agrícola y suelo de alta fertilidad”. Entiende que “por el sistema de escalonamiento y solucionando algunos problemas, se podrán obtener 5.000 kilos aproximadamente de soja”.
Aclaró que “no de una, pero sí a medida que se ajusten los diferentes componentes del sistema, podrán lograr rendimientos elevados, que es el objetivo, transformándose en un sistema sustentable. Porque no solamente es el cuidado de los recursos ambientales, pero también el logro de la rentabilidad económica para el productor”.

SUPERFICIE TOTAL
De acuerdo a los datos proporcionados por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la superficie total de cultivos de verano se prevé para la presente zafra en 1.332.000 hectáreas, de los cuales la soja ocupa el 90%, con 1.161.000 hectáreas.
En tanto el maíz cubrirá una superficie de 88.000 hectáreas (6% superior a la que se sembró en la campaña 2014/2015) y el sorgo granífero 83.000 hectáreas, muy similar al área del año pasado. Los últimos dos rubros están referidos a granos secos.
Un aspecto importante que surge este año es que el 70% de la soja sembrada (807.000 hectáreas) corresponde a cultivos de primera, que tuvieron un notorio crecimiento en los últimos años. Esto quiere decir que el productor está apostando a sembrar un cultivo en la fecha óptima y en las mejores chacras, sin un cultivo antecesor que sea de invierno, para obtener los mayores rendimientos.