Paysandú, Domingo 14 de Febrero de 2016
Opinion | 07 Feb ¡Excelente! En estos tiempos en los que los zoológicos de jaulas han “pasado a la historia”, es una muy buena noticia saber que el de Paysandú desaparecerá como tal.
“En muy poco tiempo se cumplirá con el cierre del Zoológico Municipal”, sentenció Marco García, director general de Servicios en declaraciones a EL TELEGRAFO.
“Buena parte de las aves fueron llevadas a la Fundación M'Bopicuá, que tiene una reserva y un zoológico que cumple con todas las normas y verificaciones internacionales”, agregó. El bioparque M’Bopicuá, que abarca unas 150 hectáreas de superficie, mantiene especies de fauna silvestre --particularmente aquellas autóctonas que se encuentran en peligro de extinción--, para luego reintroducirlas en su hábitat natural. Desde su establecimiento, ha logrado la reproducción y, en algunos casos, la reintroducción de múltiples especies de mamíferos, aves y reptiles. En la actualidad, su colección comprende 560 especímenes de 54 especies.Esto, obviamente, “implica el cierre definitivo del zoológico”, subrayó García. “Ahora estamos cumpliendo la correspondiente vía administrativa para proceder al traslado de los animales”. Se llega a esta decisión porque “fue un planteo que en su momento, durante la campaña electoral, se le realizó al ahora intendente Guillermo Caraballo. Y como dice el intendente, ‘los compromisos son para cumplirlos y concretarlos’. En este caso, eso hacemos, vamos a proceder al cierre definitivo del zoológico”.
Junto con este cierre “se realizará una remodelación del Parque Municipal, incluido el espacio que actualmente ocupa el zoológico. También dentro de los compromisos de campaña se ha incluido, en el Presupuesto Departamental, no solamente el mantenimiento y mejora de los espacios públicos, sino la creación de otros. En ese sentido, estamos trabajando en la zona norte de la ciudad y en la zona sur; de manera específica, trabajaremos en el Parque Municipal”, destacó García.
Indicó que se espera incluir en el parque “un jardín botánico, espacios recreativos y deportivos, y la remodelación, refacción y reordenamiento de contenidos en función de los objetivos de gobierno de la Casita del Parque”.
En un artículo sobre el papel central de la libertad dentro de nuestro sentido de justicia Ruut Veenhoven, una investigadora holandesa de la felicidad, establece que “la libertad es el factor más importante para ser feliz. ¿Será esto diferente para los animales?”
“Los que vivimos en un país democrático en general no nos damos cuenta de cuán importante es la libertad hasta cuando estamos en peligro de perderla”. “La libertad es un derecho humano fundamental, y es tan obvio, que fácilmente lo perdemos de vista. Lo dejamos de lado. Y esto no es justo”. “Pasar por alto derechos fundamentales es inmoral. También cuando se trata de animales”.
“A los animales en el ámbito natural les dejamos vivir en libertad. Incluso protegemos esta libertad reestructurando el campo y planeando terrenos ecológicos. Estos terrenos ofrecen tanto a los animales como a las plantas un ambiente natural en el que se pueden desarrollar libremente y el que favorece y garantiza la sobrevivencia de las especies”.
Lo trascripto explica claramente nuestro apoyo a una medida que era a todas luces necesaria pues lo que un día fue una interesante idea ahora era un claro ejemplo de maltrato de los animales. Los tiempos han cambiado desde aquella lejana década de los ’80, cuando la única forma de conocer un gran felino africano era a través de las rejas de los zoológicos, y por lo tanto cada ciudad que se preciara tenía que contar con uno. Hoy podemos enseñarles a nuestros hijos cada detalle de la vida silvestre de cualquier ser viviente sobre la Tierra, a través de la pantalla gigante de un televisor HD o de una computadora cualquiera conectada a Internet, sin necesidad de sacrificar la vida de ningún animal o planta.
Con relación al destino de los ejemplares del zoológico sanducero, nos preguntamos si no sería adecuado que todos aquellos aptos para tal espacio fueran llevados al parque de la Meseta de Artigas donde estimamos existen condiciones adecuadas para una existencia natural.
Ahora bien, hay un aspecto de la resolución que debemos tener muy en cuenta. Ciertamente, la desaparición de los animales del lugar implica la pérdida de una posibilidad de estar en contacto directo con estos animales, especialmente de la fauna autóctona, particularmente por escolares y liceales.
Somos conscientes de la existencia de los más avanzados medios audiovisuales para informar sobre este tema. Pero no hay nada que pueda reemplazar la vida misma, por lo que debería implementarse un sistema que facilite el acceso de niños y jóvenes a las reservas naturales cercanas.
En cuanto al Parque Municipal, establecer un gran espacio público es lo lógico y la creación de un jardín botánico, como ya lo hemos planteado en esta columna, puede ser un importante aporte a ese lugar pero hay situaciones que deben resolverse antes de encarar una reestructura del lugar. Nos referimos, concretamente, al control técnico específico del arbolado del lugar porque es probable que haya que encarar acciones drásticas de reemplazo y --esto es imprescindible--hay que establecer muy concretas medidas de seguridad porque si no se termina con la inseguridad que hoy impera en el lugar, todo lo demás será inútil. Porque hoy por hoy, el Parque Municipal o ex París-Londres, otrora el paseo por excelencia de los sanduceros, es tierra entregada a la droga y la delincuencia, además de que se encuentra en completo abandono.
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