Paysandú, Domingo 14 de Febrero de 2016
Locales | 08 Feb Si bien estaría confirmado oficialmente --por medio de exámenes físicos y químicos la Dirección Nacional de Medio Ambiente del Mvotma-- la existencia de plomo en la tierra del barrio El eucalipto, cercano al Velódromo Municipal donde se constató fehacientemente al menos un caso de plombemia en un niño, la familia aún no fue notificada de ninguna decisión oficial sobre qué sucederá con ellos o los vecinos, considerando que sus viviendas están sobre una superficie contaminada con plomo.
“Hicieron los análisis del suelo en noviembre, y los primeros días de enero me enteré del resultado, que indica la presencia de un 150% de plomo en la tierra analizada”, dijo a EL TELEGRAFO Adriana, la mamá del niño que está siendo tratado por la doctora Elena Queirolo en la Unidad Pediátrica Ambiental de ASSE en Montevideo por el grado de contaminación por plomo que tiene el cuerpo de Cristian, de ocho años.
Según el análisis realizado el año pasado, el cuerpo de Cristian presentaba una contaminación por plomo de cuatro microgramos por decilitro de sangre y --según afirmó su mamá-- presenta “un coeficiente intelectual afectado, con problemas visuales y sicomotores, y necesita una escuela especial”.
Los cinco medicamentos que el niño tiene prescriptos se los brinda la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), por medio de la farmacia del Hospital Escuela del Litoral.
SIN INFORME OFICIAL
Adriana Cabrera anunció que “el 25 de febrero tengo que viajar a Montevideo y espero tener una respuesta para cuando vaya”, ya que la doctora que lo trata “quiere saber si hay plomo en el suelo, porque si es así el niño se sigue contaminando y no podría seguir acá”.
Llegar a la información oficial sobre el grado de contaminación de la tierra del fondo de su casa y de los vecinos, no fue fácil para Adriana, quien solicitó la información a la Dirección Departamental de Salud (dependiente del Ministerio de Salud Pública) pero desde allí ya se había enviado a la dirección de Higiene de la Intendencia Departamental, que sería la repartición que debía informar a la familia del niño.
Sin embargo, según afirmó Adriana, “la Intendencia no me notificó sobre los resultados de los análisis ni de ninguna información. Cuando pedí el informe me dieron algunos datos por teléfono, me lo comentaron pero no tengo una copia”.
Dijo además que “el lunes pasado fui a la Intendencia con el número de expediente para ver si me daban una copia del informe con el resultado de los exámenes, pero no encontraron el expediente”, afirmó.
POR LA JUNTA Y EL TELEGRAFO
El caso comenzó a conocerse por un planteo realizado en agosto del año pasado en la Junta Departamental por el médico y edil Sergio Arrigoni, que fue tomado por la Junta y remitido a la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) como preocupación del cuerpo legislativo.
Días después EL TELEGRAFO publicó una nota con Adriana, la mamá del niño, y más adelante otra entrevista con el subsecretario del Mvotma, Jorge Rucks, quien ya había recibido el informe de la Junta Departamental y leído las notas en EL TELEGRAFO.
En octubre, tras una reunión interinstitucional cumplida en la Dirección Departamental de Salud en la que participaron distintas agencias de gobierno --incluyendo la Intendencia-- se pidió formalmente a la Dinama que hiciera un análisis del suelo del barrio donde vive el niño afectado por plombemia. La toma de muestras del suelo fue realizada por funcionarios de la Dinama en noviembre del año pasado, y luego se emitió un informe oficial sobre la situación, que aún no fue difundido.
Cabe recordar que, según Adriana, serían varios los casos de niños contaminados por plomo en Paysandú.
UN GRAVE PROBLEMA
Para la Organización Mundial de la Salud, el máximo de plomo en la sangre es de 10 microgramos por decilitro de sangre, equivalente a 100 miligramos cada 100 gramos de sangre o 10 gramos por cada litro.
En Uruguay el límite se pone en 5 microgramos desde 2012 (antes era de 20 microgramos); hay niños y adolescentes que superan esa medida y son atendidos en Montevideo. Hasta 8 microgramos -Cristian tenía poco más de la mitad- es un caso de presaturnismo o contaminación, mientras que a partir de esa medida de plomo, la enfermedad es conocida como saturnismo, y quienes la padecen sufren retardos, dificultades de aprendizaje, motrices, problemas para el crecimiento y enfermedades óseas.
La contaminación por plomo se detecta por análisis de sangre o en la realización de placas radiográficas, ya que aparecen marcas en los huesos a causa del plomo. No es una enfermedad menor, ya que el plomo disminuye gradualmente el coeficiente intelectual de los niños, provoca graves problemas de aprendizaje, sordera, hiperactividad, problemas de crecimiento y hasta conductas violentas. En los adultos, los daños son menores, pero no menos importantes porque el plomo se aloja en los huesos.
LAS POSIBLES CAUSAS
La contaminación puede deberse a varios factores, entre los que está el uso de las cañerías de plomo para el agua potable (que aún hay en casas viejas), la producción y desecho de pilas, baterías, sifones sanitarios, recubrimiento de cables, algunos productos para la curtiembre y materiales de fundición, entre otros.
La plombemia en nuestro país tuvo su punto más alto en el año 2001 en el barrio La Teja, donde después se confirmó que el 90% de los niños que concurrían a la Escuela número 212 de la Teja estaban afectados por el plomo, ya que el terreno sobre el cual vivían había sido de una veja fábrica de baterías.
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