Paysandú, Domingo 14 de Febrero de 2016
Rurales | 11 Feb Las lluvias del domingo y lunes cambiaron radicalmente el panorama de lo que se observaba hasta el momento en los campos del departamento de Paysandú, “porque después de los interesantes registros de diciembre, el parate que se dio en enero y los primeros ocho días de febrero, claramente se estaba notando el impacto sobre los campos”, indicó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Rómulo Cesar.
Para el técnico en Paysandú del Instituto Plan Agropecuario (IPA), “en la zona de Paysandú con suelos más negros, el déficit se notaba más claramente, pero era imperioso que volviera a llover y por suerte sucedió”.
Sostuvo que si bien las precipitaciones “no fueron parejas en el departamento, sí fueron generalizadas con algunos registros muy importantes. Y si se concretan los pronósticos para el fin de semana y principios de la próxima, la situación se revertirá”.
De acuerdo con lo indicado a EL TELEGRAFO por productores ubicados en diferentes zonas del departamento, el mayor registro fue en la zona de Guaviyú, con 132 mm, en Arroyo Malo fueron 120, Guarapirú 100, colonia José Batlle y Ordóñez 97, Merinos 95, Santa Blanca 82, Estación de Meteorología de Paysandú 48, Esperanza 45 y en Arroyo Negro 30.
Cesar puntualizó que en Paysandú “se veían campos con buena disponibilidad de forraje, pero que comenzaban a sentir la falta de lluvias”. Que se sucedan las precipitaciones anunciadas para fines de esta semana y la próxima “será clave para ingresar al otoño con buena humedad en el suelo, porque sabemos que durante marzo y abril fundamentalmente las pasturas naturales tienen una curva de crecimiento importante, que pasa a ser clave para la disponibilidad de pasto durante el invierno”, dijo el profesional.
Consideró las lluvias como “oportunas” y explicó que a través del monitoreo satelital de crecimiento de forrajes que lleva adelante el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira, “está claramente determinado que durante los meses de febrero, marzo y abril, las tasas de crecimiento --para el tapiz en general, y el basalto en particular-- siguen siendo importantes”.
Expresó que, “con buena disponibilidad de humedad en el suelo, se dan tasas de crecimiento importantes incluso a partir de marzo; en mayo y junio las tasas de crecimiento se reducen significativamente, independientemente del régimen de lluvias”.
OTRAS ZONAS
Cesar reconoció que “hay otras zonas del país, como en el Este, donde la situación es muy preocupante, teniendo en cuenta que hace más de 40 días que no llovía y el volumen de precipitaciones de esta semana fue muy inferior al que se dio en Paysandú, con guarismos de 20 mm e incluso menos en varias zonas”.
Al igual que en el sur y centro del país, “vienen de una primavera atípica, porque se dieron temperaturas bastante por debajo de lo normal y con un régimen de precipitaciones muy variable, lloviendo bastante bien en agosto, algo en setiembre, pero en octubre y noviembre fueron escasas las lluvias, volviendo algunas jornadas de agua en diciembre”.
Concretamente hubo grandes variaciones entre las diferentes regiones del país e incluso dentro de un mismo departamento. En algunas zonas aún no llovió en lo que va de 2016 y varios sectores productivos atraviesan una situación muy complicada, que se suma a los problemas de precios bajos, altos costos y de mercados de exportación.
Los contrastes que se generan por efecto del cambio climático empiezan a ser cada vez más evidentes. Al finalizar el año pasado, ocurrieron importantes inundaciones en los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro y Soriano, sin embargo en la mayor parte de la región sur se extendía una gran sequía que comenzó en febrero.
GANADERÍA
El técnico del IPA consideró que el entore de los rodeos hasta el momento “ha sido bueno, pero más allá de este dato, tenemos la posibilidad en la institución de monitorear a través de la implementación de la técnica de diagnóstico de la actividad ovárica, técnica relativamente nueva, pero recomendada por la institución”.
En algunos predios en donde se realiza, los resultados muestran que el ganado ha presentado celo, siendo esperable entonces que culminemos el período de entore en los establecimientos de Paysandú con un resultado final positivo”, aunque aclaró que “hay una variabilidad importante entre predios”.
Acotó que, por un lado, hay “buenos datos de predios en donde el ganado presentó celo rápidamente y al momento de hacerse el diagnóstico de actividad ovárica mostraron un porcentaje muy alto de vientres ciclando, ya preñados en ecografías efectuadas a fin de diciembre; aunque en otros predios, esa manifestación de celo y el comportamiento reproductivo del ganado se detectó más tarde”.
Acerca de los datos recientes de un predio sobre cretácico en el norte del departamento, explicó que “mostraban que un porcentaje muy alto del rodeo todavía se encontraba ciclando o con preñez demasiado chica, que no daba para diagnosticar al animal como preñado. Pero sí mostraba un porcentaje muy bajo, entre 5 y 7 por ciento de vacas en anestro”.
A nivel general, “se observa el ganado en buena condición corporal, con ternerada buena y pesada debido a la buena disponibilidad de pasturas en la región”.
SOMBRA
Un aspecto que se ha vuelto fundamental para el sector ganadero en los primeros 40 días del año ha sido la sombra en los predios, teniendo en cuenta que se han registrado varias jornadas con temperaturas por encima de los 35 grados.
“El ganado ingresa a la sombra aproximadamente a las 9 de la mañana y recién se retira después de las 18 horas”, comentaba un productor a EL TELEGRAFO, cuando en una recorrida por su predio a esa hora de la mañana el ganado ya estaba echado bajo los árboles.
“En esta época del año, se visualiza claramente que el mayor consumo de pasto se da temprano a la mañana y después del atardecer”, precisó el ingeniero Cesar. “En la medida que la calidad del forraje sea adecuada, no interfiere fuertemente en el comportamiento productivo del ganado”.
PARTIDO EN DOS
Al igual que sucedió en la primera mitad del año pasado, cuando al norte del Río Negro las precipitaciones eran buenas para los campos y en el sur del país se agudizaba la seca, el inicio de 2016 plantea un panorama similar a corto plazo.
Esto ha llevado a que también los frigoríficos logren su objetivo de bajar los precios del ganado gordo y los productores del sur y Este del país se quedan sin margen de negociación ante la escasez de lluvias. Ante la ausencia de forraje y la disminución de aguadas en el sur, los productores acceden a vender su ganado gordo por precios inferiores a los que pretendían.
LECHERÍA
Entre los sectores que más sufren la deficiencia hídrica en los campos se encuentra la lechería, porque además de los inconvenientes que generan las altas temperaturas y las escasas horas de alimentación para la vaca, que prefiere pasar horas a la sombra, en esta zona los tamberos ya comenzaron a utilizar las reservas que tenían guardadas para otros momentos del año.
Para los productores es fundamental tener las vacas bien alimentadas porque, de lo contrario, no producen leche; en algunas chacras los maíces se secaron parcialmente y tuvieron que adelantar la preparación para silos para que el daño no sea aún más grande.
Incluso la escasez de precipitaciones fue determinante para que el crecimiento de las pasturas prácticamente se haya detenido y, en el caso de los verdeos de verano, no hayan brotado luego de ser pastoreados por última vez.
AGRICULTURA
La situación del sector agrícola previo a las lluvias del pasado domingo y lunes fue documentado claramente a EL TELEGRAFO por el ingeniero agrónomo Luis Giménez, quien manifestara oportunamente que en la etapa vegetativa de los cultivos se perdieron “de 700 a 800 kilos de los rendimientos”, estimando que Uruguay ya perdió unos U$S 350 millones por la “pérdida de potencial”, al ser la mayoría de los cultivos sin riego.
“Si se obtuvieran 2.700 kilos de soja –con una expectativa de 3.500--, se están perdiendo 800 kilos de grano de soja (por hectárea). Si tenemos en cuenta que se sembró aproximadamente 1.160.000 hectáreas de superficie de soja en el país –según datos de la DIEA–, a un precio de 300 dólares la tonelada, eso implica 348 millones de dólares”, explicó Giménez.
Sobre la deficiencia hídrica en enero, manifestó que fue “bastante importante, con precipitaciones en el entorno de 20 mm. Hay una demanda del cultivo de más de 200 mm, por lo tanto, ya podemos asegurar que los cultivos de secano perdieron rendimiento”. Técnicos consultados evaluaron que las sojas de primera, sembradas en campos más superficiales, están muy comprometidas, mientras que los cultivos de segunda aún se pueden recuperar con la ocurrencia de lluvias regulares.
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