Paysandú, Sábado 20 de Febrero de 2016

Agobiado por la realidad

Opinion | 20 Feb Agobiado por la situación económica y el creciente descontento de la población, el presidente venezolano Nicolás Maduro anunció el miércoles una serie de medidas económicas que incluye el primer aumento del precio de la nafta en el país en 27 años, que sube más de un 6.000%, una devaluación del bolívar del 58,7% y un aumento del 20% de los salarios básicos.
La nafta de 95 octanos, que costaba 0,097 bolívares por litro pasa a costar 6 bolívares por litro, mientras que la de 91 octanos, que se encontraba en 0,070 pasa a 1 bolívar por litro.
"Vamos a cobrarla porque estábamos pagando por echarla", afirmó Maduro durante una cadena obligatoria de radio y televisión desde el Palacio de Miraflores para anunciar las medidas, acompañado por los miembros del gobierno y la plana mayor del chavismo.
El presidente aseguró que el aumento de los carburantes --la primera desde la que, junto a otras medidas, provocó el estallido social contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez conocido como el "Caracazo" en 1989-- es una “medida necesaria” que él “asume por la calle del medio”.
El nuevo precio de la gasolina de 95 octanos, que entró en vigor ayer, pretende, según Maduro, garantizar “el pago de lo que se invierte para producirla” así como el funcionamiento de la petrolera estatal Pdvsa.
El jefe de Estado indicó que solo el 30% de los vehículos del país necesitan ese tipo de gasolina pero que, sin embargo, el 70% de los mismos la usan actualmente debido a la escasa diferencia de precio que mantenía con la de 91 octanos.
“Gastamos cerca de 1.000 millones de dólares en productos para hacer la gasolina de 95, nos podríamos ahorrar 800 millones con el nuevo sistema de precios que pueden ir a alimentos y medicinas”, dijo.
Entre el esperado paquete de medidas económicas para hacer frente a la crisis, Maduro anunció además una devaluación del 58,7% del tipo de cambio más bajo del bolívar, reservado para la importación de alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad al pasar el valor del dólar “preferencial” de 6,3 a 10 bolívares.
Ocurre que en Venezuela, con una economía distorsionada incluso más que Argentina con el cepo cambiario de los Kirchner, hay tres tipos de cambio, en procura de materializar la ilusión --por supuesto, sin éxito-- de que es posible hacer esquives a la realidad, y de que nadie pague por la diferencia, logrando por el contrario alimentar la corrupción, que es ya una carta de identidad venezolana.
Bueno, al intentar esquivar la realidad con planes sociales inverosímiles y apenas sostenibles con el petróleo por encima de los cien dólares, pero sin modificar los serios problemas estructurales del país caribeño, Maduro sigue ensayando fórmulas que le permitan ir capeando el temporal generado por políticas populistas y a contramano del sentido común.
El mandatario pretende siempre culpar a los “imperialistas de afuera” de los enormes problemas propios, pero con el tiempo solo ha logrado reafirmar la inviabilidad del socialismo bolivariano, insostenible aún si la economía venezolana no estuviera devastada, como lo está, por estas políticas delirantes.


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