Paysandú, Domingo 21 de Febrero de 2016

OPINIÓN

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Locales | 21 Feb NEFASTA GESTIÓN DE ANCAP,
LA PETROBRAS URUGUAYA
Es verdaderamente penoso que una coyuntura internacional excepcional se haya dilapidado en una fiesta donde reinó el descontrol, siendo Ancap la abanderada de inversiones millonarias sin ton ni son, presurosos por mostrar antes de las elecciones inauguraciones de fábricas que todavía no funcionaban; como la planta sanducera ALUR que hasta el día de hoy sigue sin cuartelillo de bomberos ni habilitación, sin más protección que las amenazas y el ocultamiento, como pudo apreciarse ante la revelación hecha en las páginas del diario EL TELEGRAFO ante la grave situación vivida en sus instalaciones y la negación de una comisión investigadora de sus finanzas que fue aceptada a regañadientes ya cuando la situación era insostenible, con un déficit de casi dos mil millones de dólares. Solo a manera de ejemplo recuerdo lo vivido en la Junta Departamental al ser recibido el Directorio de Ancap en ocasión de la inauguración citada llevada adelante con bombos y platillos: ante mi pregunta al señor Presidente sobre cuándo podría comenzar a dar ganancias la inversión, contestó entre 15 y 20 años. Posteriormente al consultarlo sobre cuánto tiempo de vida útil sin contaminación tendría la fábrica, ya que la parte más costosa era una instalación que permitiera el procesamiento de carbón, altamente contaminante, se respondió alrededor de 20 años. Conclusión: suponiendo que comenzara a dar ganancias en 20 años, también habría que reconstruir la parte más costosa de la fábrica, a menos que la dejaran contaminante, algo que tendrá que seguir muy de cerca la sociedad sanducera en su momento, ya que esta empresa niega información y no permite siquiera que se le saquen fotos. A todo esto, lo que no se aclaró es que tenían un solo cliente importante a quien vender cemento, el cual hoy está pasando por una situación económica complicada al igual que toda la región, con lo que la inversión de millones de dólares se convierte en un fiasco, como tantas otras llamadas inversiones, y descontrol en los gastos por las voluminosas cifras que se manejaron ocasionando ganancia de pescadores ante el río revuelto. Mi última pregunta al Directorio de Ancap fue si todas estas inversiones (ya que se sugerían tan promisorias), podrían tener una influencia directa en algún momento para bajar el costo de los combustibles ya que este es uno de los principales coeficientes de la inflación, y por tanto lo que más sufre la población. La respuesta del Sr. Coya fue: “las inversiones que estamos haciendo, obviamente, no tienen ningún impacto en los combustibles”, afirmando que estaba cansado de aclarar que el precio de éstos dependía pura y exclusivamente del precio del petróleo y la cotización del dólar. Sin embargo hoy con un precio por debajo de 30 cuando llegó a estar por encima de 100 estamos pagando el combustible a U$S 1,30 cuando históricamente nos costaba U$S 1, y esto solo es consecuencia directa de las malas inversiones de Ancap buscando cubrir el agujero negro que dejaron éstas.
La fuerza de gobierno a través de su Ministra de Industria expresa que no tiene que ver con el pasado la renovación del Directorio de Ancap sino con el futuro. Es lógico, de no removerse este directorio oficialista la empresa no tendría futuro,; de hecho necesitaron de una maratónica e histórica sesión parlamentaria para capitalizarla --el 1º de año-- con novecientos millones de dólares de todos los uruguayos. Mientras tanto siguieron cobrando hasta el día de hoy estos cargos de confianza que gastaron una fortuna descontroladamente. Según el Pepe en chamboneadas, según ellos en inversiones; que parecen más una pantalla para ocultar desvíos, como la fiestita inolvidable de U$S 360.000, por lo que bien amerita una investigación de la justicia para que dé su opinión y aclaración final sobre los hechos. De cualquier manera estos chambones como los llama el expresidente, obtendrán seguramente más temprano que tarde algún otro cargo político. De lo contrario se jubilarán con un jugoso ingreso del BPS por sus méritos de haber fundido la mayor empresa uruguaya que sigue funcionando tan solo por tener el respaldo estatal. O sea gracias a doña María y don José que se quedaron con menos servicios en educación, salud, seguridad, rutas nacionales, caminos rurales, etcétera. Claro que al estar tan sobrados todos estos rubros, poco importa mil ochocientos millones de dólares más o menos.
Javier Pizzorno
Edil del Partido Nacional


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