Rurales | 21 Feb Varios productores de la zona de Santa Blanca al norte del departamento de Paysandú se muestran sumamente preocupados por la presencia de ganado suelto con garrapata en el camino vecinal, que les genera problemas en el manejo de sus propias haciendas y una importante erogación económica.
“El problema no es de corta data, porque la persona propietaria de ese ganado no tiene campo en donde tenerlos”, explicaron los productores a EL TELEGRAFO. “Lo que sucede es que hace algunos meses le apareció garrapata y fue ahí en donde llamamos a los Servicios Ganaderos departamentales del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)”, indicaron.
Explicaron que “desde el ministerio vinieron, observaron la situación, juntaron al ganado y lo bañaron, pero la garrapata ya está en la calle y no hay forma de que desaparezca, y ese ganado prácticamente convive con la garrapata. Incluso ya están reventando y las vacas están llenas de sangre”, indicaron. La situación les genera aún mayor preocupación “porque se agrava y no hay solución a un problema serio, pero que no lo toman como tal”, enfatizaron los productores.
“Del MGAP en Paysandú vinieron y tomaron fotos del ganado, nosotros filmamos lo que hacían, porque si no, después se puede decir que el panorama no es tal y tenemos la evidencia”, explicaron.
“Nos dicen que no pueden hacer nada porque se debería ingresar ese ganado a un predio de la zona y ponerlos en cuarentena o tenerlo durante algunos meses para terminar con la garrapata, pero el MGAP debería contactarse con el Instituto Nacional de Colonización (INC) y ver la posibilidad de llevarlos a un campo de la zona”, afirmaron. “Precisamente, hay un campo libre en donde se podría hacer”, acotaron los productores.
“Soluciones hay, lo que no sabemos es por qué no se adoptan desde el MGAP, teniendo la forma de hacerlo. Después nos exigen cosas, pero no vemos las exigencias desde la otra parte. Resulta que para la vacunación antiaftosa si no concurrimos con la planilla de contralor interno, no nos dan las vacunas, pero ellos no controlan la garrapata en ganado que pastorea en la calle y que sepamos no somos nosotros los que tenemos que ocuparnos de eso”, sostuvieron.
Explicaron que esta situación ya comenzó a generar algunos inconvenientes entre los propios vecinos. “Lo que pasa es que el ganado a la tardecita se junta en algún lugar de la calle a dormir y el vecino que ve en donde paran, va y los arrea a otro lugar para que no se le junte la garrapata al lado de su predio. Obviamente ese ganado va a otro lado y el que no los ve o no está atento sabe que en ese lugar tendrá problemas con las garrapatas”.
Desde el MGAP se exhorta a los productores a controlar sus haciendas por garrapata. “Eso hacemos y bañamos el ganado cuando debe hacerse, pero es imposible controlarla y el bichito anda caminando tranquilo por la calle, pasa a nuestros campos y después al ganado ¿y cómo lo controlamos?”, se preguntan.
La erogación económica que se está haciendo es muy grande, aducen los productores. “No es solamente juntar el ganado, ver si tiene garrapata y bañarlos. El problema es que tenemos que ir seguido para la veterinaria para comprar el remedio y a esta altura no sabemos qué producto es el más efectivo porque ya convivimos con la garrapata. Por lo menos hasta que el ministerio se ponga las pilas”, indicaron sumamente molestos.
“Llegamos a esta instancia porque agotamos todo lo que podíamos hacer”, sostienen. “Tener el ganado con garrapata además nos complica comercialmente porque si se detecta en el ganado, no podemos embarcar ni moverlos en el campo, porque así lo establecen las normativas del MGAP. Entonces, ¿qué debemos hacer?”, se preguntan. “Si no vendemos, ¿cómo pagamos las rentas y los gastos que hay en el campo?”, expresan prácticamente resignados.

LA GARRAPATA
La garrapata es uno de los grupos de parásitos externos más importante que existe, no solo por los daños directos que ocasionan al ganado, sino por la gran cantidad de enfermedades que transmite. Poseen características biológicas inusuales que contribuyen a su éxito reproductivo y su potencial como vector o transmisor de enfermedades infecciosas.
Una de las más sobresalientes es su extraordinaria longevidad. Este atributo no solo perpetúa en el ambiente a las garrapatas, además prolonga la supervivencia en el medio de los patógenos que ellas transportan, dificultando así el control de dichas enfermedades. La duración del ciclo de vida de las garrapatas está influida por la capacidad que tienen estos parásitos de disminuir sus funciones vitales y “quedar en espera” si las condiciones ambientales no les son favorables.
Otra característica inusual de las garrapatas está relacionada con la posibilidad de almacenar reservas en su aparato digestivo. En efecto, tienen la propiedad de poder acumular en su organismo, sin digerir, parte de la sangre que succionan del ganado para consumir progresivamente durante varios meses o incluso años.
En el mundo existen unas 800 especies de garrapatas que se dividen en dos grandes grupos: las blandas y las duras, de acuerdo con la dureza de la membrana, llamada cutícula, que reviste su cuerpo. Todas ellas se alimentan de la sangre del animal parasitado, es decir, son hematófagas. Para esto, cuentan con un aparato bucal especial, con ganchos, que les permite perforar la piel del huésped, adherirse fuertemente a ella y succionar la sangre. Estas estructuras de anclaje le posibilitan enterrar su cabeza entera debajo de la piel del anfitrión para chupar su sangre. Debido a este mecanismo de fijación, si una garrapata es arrancada en forma incorrecta del huésped, la cabeza suele permanecer enterrada en la piel. Por todas estas características, las garrapatas pueden transmitir distintas enfermedades infecciosas tanto a los animales como al hombre.
Todas las garrapatas atraviesan por 4 estadios de maduración durante su ciclo biológico: huevo, larva, ninfa y adulto. Este ciclo puede ocurrir completamente sobre un mismo hospedador o puede tener dos o tres diferentes, según la especie que se trate. Luego de copular, cada garrapata hembra pone entre 3 y 4 mil huevos, oportunidad en la que se baja del huésped y elige preferentemente áreas de vegetación abundante con pastizales y arbustos.
Durante las estaciones del año con promedios de temperatura más elevados, como la primavera y el verano, aumentan considerablemente los casos, por lo que desde el inicio de la primavera hasta el otoño deben intensificarse los programas de prevención y control.