Opinion | 25 Feb Una de las novedades que dejó el reciente Consejo de Ministros en Piedras Coloradas fue el anuncio del inicio de la distribución de tablets del Plan Ibirapitá para jubilados en Paysandú a partir de marzo.
El responsable de los planes Ceibal e Ibirapitá, Miguel Brechner, realizó el anuncio de la incorporación este año de Paysandú, Colonia y Flores a dicho plan, lo que posibilitará que a fines del 2016 sean aproximadamente 100.000 los usuarios de la tercera edad.
Hasta el momento han sido distribuidas 27.000 tabletas, por lo que resulta importante el avance que se pretende dar en los próximos meses y, por otra parte, cobran importancia los resultados de la encuesta que se divulgarán en las próximas horas para conocer cómo y para qué utilizan los usuarios esta nueva tecnología. Esto es significativo, especialmente si se tiene en cuenta que hasta ahora, entre las personas mayores de 65 años, la brecha digital es muy grande puesto que en el primer quintil de la población menos del 25% de las personas tiene acceso a la computadora, en tanto que la mayoría del total de las personas mayores de esa edad que tiene acceso a un computadora en su hogar no la usa porque no sabe --o no le interesa-- cómo hacerlo.
Junto con el dispositivo, los beneficiarios obtienen una capacitación básica para el uso adecuado de las tabletas, que cuentan con una interfaz especialmente desarrollada para ser intuitiva y amigable para sus destinatarios, que permite el acceso directo a multimedia, juegos, redes sociales, información sobre espectáculos, trámites y salud.
Para poder utilizar efectivamente estas herramientas es necesario, no sólo saber manejar los aspectos instrumentales de la nueva tecnología sino también adquirir habilidades y destrezas para reconocer cuándo la información es necesaria, cómo localizarla, evaluarla, usarla y comunicarla de forma efectiva en el momento que se requiere. Eso se llama alfabetización informacional y es uno de los objetivos del aprendizaje a lo largo de la vida. Involucra habilidades que deben ser enseñadas y contribuyen a una mejor calidad de vida de las personas que, de esta manera, cuentan con más herramientas para informarse y tomar decisiones en su vida cotidiana. Y ese es un objetivo a veces olvidado por perspectivas que apuntan únicamente a lo instrumental.
Es de esperar, que el monitoreo de la marcha del Plan Ibirapitá y las instancias de capacitación sean las adecuadas para un uso crítico y productivo de la tecnología por parte de nuestros mayores al tener entre sus manos esta llave de acceso a la información, comunicación y el conocimiento permitiendo cumplir con el objetivo de promover la inclusión digital y la equidad y ofrecer la posibilidad de disfrutar los beneficios del uso de las TIC.