Paysandú, Domingo 28 de Febrero de 2016
Opinion | 22 Feb A pocos días de la convocatoria a una nueva movilización en las rutas de productores rurales, fundamentalmente lecheros, el presidente Tabaré Vázquez efectuó una movida que atiende parte de los reclamos del sector y apunta a calmar las aguas, por lo menos haciendo hincapié en el aspecto central y detonante del reclamo: el no cobro de las exportaciones de lácteos a Venezuela.
Vázquez informó el pasado jueves a los representantes de las gremiales lecheras que el gobierno les facilitará un crédito puente –por unos 66 millones de dólares– a las industrias lácteas para que superen las demoras de pago por sus exportaciones a Venezuela. La operativa incluirá tres años de gracia y otros tres años de amortización, en condiciones ventajosas, según indicó el mandatario en la reunión convocada en la Residencia de Suárez, acompañado por los ministros de Economía, Danilo Astori, y de Ganadería, Tabaré Aguerre. En este encuentro participaron en representación de las gremiales los presidentes de la Asociación Nacional de Productores de Leche, la Cámara Uruguaya de Productores de Leche, la Intergremial de Productores de Leche y la Sociedad de Productores de Leche de Florida.
Asimismo, la delegación del Poder Ejecutivo anunció que el gobierno trabaja en la creación de un subsidio que permita bajar los costos de la asistencia financiera a través de una tasa de interés conveniente, aspecto que aún no está determinado en la propuesta oficial. El monto del financiamiento abarcará el total de los embarques realizados en el acuerdo anunciado por los gobiernos de Tabaré Vázquez y Nicolás Maduro en julio pasado y cubrirá una cifra de alrededor de U$S 66 millones. Por lo tanto, no comprende una deuda anterior de U$S 27 millones por la venta de leche en polvo efectuada por Conaprole.
En el marco de este intercambio, el presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida, Horacio Rodríguez, señaló que restaba conocer la opinión de las empresas de la industria láctea, que son las que efectuaron los negocios, y hay que determinar si están en condiciones de asumir un mayor endeudamiento.
Más allá de la problemática del sector lechero, otras áreas del agro atraviesan dificultades relacionadas con la caída de precios de los commodities en los mercados internacionales, pero sobre todo con los altos costos de producción. Es así que durante la reunión los productores también dialogaron acerca de los costos con Vázquez, quien señaló que se trabaja en ese sentido, aunque no adelantó en qué y cómo se hará para que resulte más barato producir y generar mayor rentabilidad, incluso para en muchos casos salir de los números en rojo.
Vázquez se reunió con los gremialistas a pocos días de la nueva movilización en las rutas, prevista para el próximo 24, luego de haber llevado a cabo una instancia similar pero más acotada. El 19 de enero tuvo lugar la primera movilización de productores, iniciativa lanzada por un tambero de la localidad de Rodríguez (San José), y unos 4.000 productores de diversos rubros se manifestaron en 11 puntos del país.
Entonces, si bien hubo algunas reacciones a nivel gubernamental y se manejaron posibles salidas al reclamo central, la situación en términos generales se mantenía sin cambios. Recién ahora el mandatario salió a ofrecer este crédito puente que permite generar aire a la espera de la llegada del dinero del fideicomiso de Venezuela, que nunca estuvo en el Bandes Uruguay y que fue a parar a China, ante compromisos impostergables del gobierno venezolano, seriamente asediado por la crisis económica por la pronunciada caída de los precios internacionales del crudo.
La protesta responde fundamentalmente al incremento dispuesto en las tarifas públicas y por la ya larga demora en el cobro de la deuda que tiene Venezuela por la importación de productos lácteos. El incumplimiento del gobierno de Maduro es solo una parte de una problemática mucho más vasta que, como señalábamos, tiene que ver con la caída de los precios internacionales de los lácteos, pero también con el incremento de costos de producción, entre los cuales las tarifas públicas son un elemento importante. Paralelamente se ha incrementado el precio de los insumos y el aumento del dólar no alcanza a compensar la caída de los valores internacionales, mientras el rebrote inflacionario implica suba de costos de producción.
Es decir que la fuerza vital de un país de base agropecuaria, que depende de estas exportaciones, acusa problemas estructurales que fueron disimulados por un período de altos precios que permitieron más o menos paliar los altos costos de producción en Uruguay. Con esta bonanza coyuntural esfumada, nos hemos quedado con los costos exacerbados de siempre, lo que no es además un problema solo del agro, sino de todos los sectores productivos y empresariales del país.
Estos altos costos son parte del precio que pagamos todos los uruguayos para sostener al Estado, que demanda aportes de los sectores reales de la economía al nivel de los países nórdicos, pero que nos presta servicios del tercer mundo. Son costos exacerbados por ineficiencia y déficit estructural que no fue atacado pese a los recursos adicionales de la década de bonanza de que gozamos.
Peor aún, se incrementó el gasto y costos fijos del Estado, por lo que hoy, en época de vacas flacas, sostenerlo se ha tornado más oneroso. A la vez, sigue postergándose la reforma del Estado. Siquiera se ha intentado la prometida “madre de todas las reformas” del primer gobierno de Vázquez. Un intento permitiría alentar esperanzas de que algo se hará al respecto, y no solo lanzar promesas que se lleva el viento.
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