Opinion | 22 Feb A partir de la suba generalizada de los servicios públicos desde el 1º de enero, el precio de la canasta de energía residencial —que incluye electricidad, gas y leña— aumentó 9,42% en el primer mes del año en comparación con enero de 2015, mientras que para el sector industrial subió 7,91%.
Según un informe elaborado por SEG Ingeniería, ello se debe a que en el comienzo del año las tarifas de electricidad crecieron 9,85%, el precio del gas natural bajó 2,6% y el valor promedio de la leña se encareció 0,26%, lo que da la pauta de que la electricidad lidera con creces el costo hogareño y empresarial en cuanto al reajuste de los valores de la energía.
Tras estas variaciones, la canasta media de energía residencial llegó a $ 2.204,7 luego de una significativa baja en diciembre (por la influencia del Plan UTE Premia, que exoneró el costo del cargo fijo y la potencia contratada a los buenos pagadores), cuando se ubicó en $ 1.773,8.
A la vez, con relación a diciembre de 2015, el Índice de Precios de los Energéticos Industriales subió 3,9% en enero y el Índice de Precios para el Sector Residencial creció 25,02%, pero en ese caso se cuenta el efecto "salida" del UTE Premia.
El aumento de las tarifas eléctricas definido por UTE en enero fue el primer ajuste por encima de la inflación anual (9,44% el año pasado) desde el 2010. Si bien los máximos jerarcas del organismo habían señalado que por mayor disponibilidad de energía eólica y el nivel de hidraulicidad de las represas, el precio de la electricidad podría rebajarse hasta un 20 por ciento, en los hechos --por indicación del Ministerio de Economía y Finanzas-- estas tarifas se incrementaron prácticamente un diez por ciento, lo que hace una diferencia de treinta puntos entre lo anunciado y lo concretado.
Naturalmente, no todo es porque sí, sino que las necesidades de caja del gobierno central hicieron que UTE dispusiera este incremento adicional para trasladar recursos a Rentas Generales, y de la misma forma se hizo con Ancap, con precios del crudo por el suelo pero sin que esta rebaja se trasladara a los combustibles que refina el ente, simplemente porque Ancap tiene un déficit mayúsculo.
Por una razón o por otra, pero siempre por problemas del Estado, de sus necesidades de recursos, los consumidores seguimos siempre en las verdes y seguimos a la cola de la región en los costos.
Así, el estudio de SEG Ingeniería compara los precios regionales de energía eléctrica para los hogares y la industria en enero, así como el valor de los combustibles y --en todos los casos-- Uruguay es el país con mayores costos.
La tarifa residencial de electricidad en nuestro país tiene un precio de U$S 241 por un megavatio hora, por encima de Chile (U$S 176), Brasil (U$S 168) y Argentina (U$S 31), lo que explica por qué somos un país caro, y ello se nota mes a mes en la relación ingreso-gastos de familias y empresas.