Locales | 27 Feb Ubicado en una zona de difícil acceso y olvidado por sucesivos gobiernos departamentales, pueblo Zeballos atraviesa un delicado momento a causa de diversos inconvenientes que se le presentan; entre ellos, una “seguidilla de casos de sarnilla”, como comentaron vecinos a EL TELEGRAFO.
“Estamos realmente en una emergencia sanitaria”, explicaron con angustia y prácticamente desesperación “por lo que está sucediendo en el pueblo”. La gente y en especial los niños “se han agarrado sarnilla a causa de todo lo volátil que hay por las dificultades para vivir decorosamente”, sostienen.
“El médico que viene al pueblo receta una crema, pero reconocemos que no puede hacer más de lo que hace porque trabaja con pocos recursos”, explican.
“No tenemos barométrica desde mayo del año pasado”, sostienen con resignación. “Hemos llamado en varias ocasiones a Gallinal --que es desde donde deben enviarla--, y no tenemos respuesta a nuestros reclamos.
Entienden que la situación se debe a todos los problemas que se aprecian en el pueblo. “Los caños se rompieron y nuevamente se forma barrial con las lluvias. Y cuando solicitamos que vengan a solucionar el problema dicen que las máquinas están rotas o que no hay combustible para poder venir”.
Manifiestan los vecinos que “hay disposición de la gente de Zeballos, y hay personas que se desviven por tratar de que todo esté bien, pero no hay medios y tampoco apoyo desde ningún lado para que todos podamos vivir decorosamente”.
Incluso explicaron que a partir de este lunes comienzan las clases y los niños deben recorrer 4 kilómetros y medio para llegar hasta la escuela, u ocho kilómetros para los que salgan a la ruta 26 para trasladarse al liceo u otro local educativo.
“En estas condiciones todo es difícil”, explicaban este viernes, cuando nuevamente las precipitaciones dejaban en estado calamitoso el camino para poder trasladarse o salir del pueblo.