Paysandú, Lunes 29 de Febrero de 2016
Rurales | 28 Feb Carolina Banchero, productora remitente a Claldy y promotora junto a un grupo de productores de Young en la reciente movilización del sector agropecuario, dijo a EL TELEGRAFO que el gobierno los obliga a aceptar fondos en dólares cuando cobran la leche en pesos y “con los costos de producción que suben”.
Reunidos productores granjeros, agricultores y ganaderos en la zona de la Sociedad Rural de Río Negro --dos kilómetros al norte de la ciudad de Young--, Banchero explicó que “si salimos de nuevo, es porque no encontramos soluciones del gobierno”, aunque reconoció que “sí tuvieron respuestas para solventar los problemas de las fábricas”.
Para Banchero, “es casi imposible pagar ese crédito que nos dio el gobierno con el precio de la leche que tenemos. Tienen que bajarnos la energía, los aportes y el combustible para que podamos ser competitivos en la región, o será muy difícil para seguir”.
Aclaró que esto no es solo un problema de los tamberos, “sino de los productores agrícolas-ganaderos, façoneros, avicultores, horticultores y fruticultores; todos dependen de la energía y de los aportes patronales para brindar mano de obra”.
Banchero cobró el mes pasado $5,68 por cada litro de leche que remitió a Claldy, y precisó que para que el negocio sea rentable y no dé pérdidas, como se verifica actualmente, debería cobrar “entre 9 y 10 pesos por litro para que quedara algo en el bolsillo”.
Reconociendo que su marido no quería seguir en la producción lechera por las dificultades de rentabilidad del negocio, enfatizó: “soy defensora del tambo porque afinca familias al medio rural y lo considero más bien un problema social”.
Agregó que “si sacamos la lechería del sector agropecuario, desabastecemos la población rural y, por ende, desaparecería toda la juventud y los niños en el campo. Aunque tenga que subsidiar el tambo de otro lado, sigo con el tambo porque tengo una familia con cuatro hijos y me resisto a sacarlos del tambo, y por eso salgo a las rutas”.
En cuanto a la reconversión a otro rubro, manifestó: “en algún momento lo pensamos, pero ellos son tamberos netos y, al igual que la familia que trabaja en nuestro tambo, hay muchas personas en la misma situación”. Y acotó: “yo personalmente lo podría hacer, pero estoy luchando por otros”.
Respecto al cierre de tambos, expresó que “son muchos años de genética que se invirtieron para tener mejor calidad de vacas para lograr más litros de leche, además de grasa y proteína. Después que se cierre, no lo volvés a abrir”, dijo.
NO VIVEN EN EL PAÍS
“Me da la impresión que estos señores no viven en este país”, explicó la productora al reiterar que las medidas que han procurado implementar desde el gobierno “son una tomada de pelo y una cortina de humo”.
Y aclaró que “fueron ellos quienes decidieron el negocio con Venezuela, porque nosotros no somos contadores ni economistas, nosotros estamos para producir. Se nos dijo que tenemos que mejorar la tecnología y otros aspectos para ser más competitivos; invertimos todo nuestro dinero en eso y ahora no podemos vender lo que producimos, por eso ellos se tienen que encargar del pago de Venezuela”, reclamó.
Para Carolina Banchero, “se deben reducir costos e impuestos. Además, en cuanto a la renta del Instituto Nacional de Colonización (INC), está fijada en $9 el litro de leche y a nosotros nos pagan en el entorno de $6”, enfatizó. A eso se suma la Contribución Rural y el IRAE que también subieron, “además del Impuesto de Primaria, que va a Rentas Generales y no se sabe si vuelve al campo. Sin contar las rutas que están en muy mal estado y dificultan el transporte”, dijo.
SUMAMENTE COMPLICADO
La lechería es un sector “sumamente complicado porque si cae, será muy difícil que se levante”, indicó a EL TELEGRAFO el veterinario Omar Lafluf, actualmente diputado por el Partido Nacional y vinculado directamente, desde hace muchos años, con la producción agropecuaria en la zona. Lafluf recordó que el año pasado “se mandaron 18.000 vacas Holando a frigorífico. Entonces acá lo que hay que saber es que una vaca lechera no se hace en un año y Uruguay tiene experiencia por lo sucedido con la lana: cuando lo que se obtenía por la lana no daba para pagar la esquila, la gente liquidó la majada y pasamos de 24 millones a 7. Cuando la lana comenzó a valer, no había ovejas. Y acá con la lechería pasa exactamente lo mismo, porque se precisan años de genética para formar una vaca”. Sostiene que “el tambero vio la mejora genética de su ganado durante todos los años. De una vaca que arrancó dando 7 litros, ahora da 30; nosotros importamos miles de dólares de semen canadiense para toda la zona de Young, y por eso me duele cuando una vaca se va al frigorífico, porque yo los vi nacer a los productores lecheros de la región”, señaló Lafluf.
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