Paysandú, Viernes 04 de Marzo de 2016
Opinion | 01 Mar La frustración que ha originado durante todos estos años el desenvolvimiento del Mercosur no es exclusiva de Uruguay, sino de todos los socios que integran el acuerdo, solo que en el caso de nuestro país, y en menor medida de Paraguay, el tamaño de sus economías hace que un acuerdo de estas características sea mucho más gravitante que lo que puede ser para sus grandes vecinos, Argentina y Brasil, los que además son responsables de gran parte de los problemas que han aquejado el bloque desde su nacimiento.
Pero a esta altura se nota una postura distinta, a la luz de los acontecimientos, lo que en primera instancia ha surgido desde Uruguay y Paraguay, sobre todo en las postrimerías del gobierno de José Mujica y el actual, y también de Argentina y Brasil, en el primer caso por el advenimiento del gobierno de Mauricio Macri, quien ha tratado de desmontar los proteccionismos exacerbados del mandato de Cristina Fernández, y ya desde antes de Brasil, que últimamente ha tenido una visión más abierta.
En este escenario, el gobierno uruguayo insistirá ante sus socios del Mercosur para lograr una flexibilización de la resolución 32 del bloque, que obliga a negociar acuerdos comerciales con terceros países de forma conjunta, según informó recientemente el canciller Rodolfo Nin Novoa a representantes frenteamplistas, blancos, colorados y del Partido Independiente. La intención es avanzar en el tema antes de mitad de año, cuando Uruguay dejará la presidencia pro témpore del Mercosur en manos de Venezuela.
El canciller también señaló en el encuentro que la prioridad del gobierno para 2016 es avanzar en el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea y que se mantiene en la agenda, aunque más adelante, la apertura hacia la Alianza del Pacífico, un tema que todavía genera resistencias en la interna del oficialismo.
Acerca de la flexibilización normativa, que es un planteo ya de larga data desde nuestro país, la intención del Ejecutivo es lograr un consenso que permita viabilizar acuerdos comerciales sin depender de si Argentina, Brasil o Paraguay tienen posibilidades de sumarse, según dijeron participantes en la reunión.
Una de las ideas en danza al respecto refiere a implementar tratados bilaterales y luego ofrecer a los otros socios que se sumen cuando deseen, esquema que precisamente se aplicó con México cuando Uruguay firmó su Tratado de Libre Comercio con permiso previo de los otros socios del Mercosur.
La intención sería negociar una salida de forma conjunta con los otros socios, es decir sin patear los tarros, porque por mayor frustración que surja del saldo del funcionamiento del Mercosur, Uruguay no puede en los hechos generar políticas que lo pongan al margen de la región, de la que no puede sustraerse ni geográfica ni geopolíticamente. Sin duda, la revisión de la postura argentina a partir de la apertura de Mauricio Macri significa que el fiel de la balanza se vaya inclinando definitivamente hacia el lado de quienes promueven un cambio de rumbos, si se tiene en cuenta que en diciembre éste apoyó en Asunción “flexibilizar” el Mercosur.
Aunque desde que asumió en marzo de 2015 el mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, insistió con el término, el Poder Ejecutivo espera que el cambio de gobierno en Argentina realmente favorezca la apertura comercial, pero para ello igualmente debe aguardarse que se consolide las medidas aperturistas que está llevando adelante Macri.
La vicepresidenta argentina Gabriela Michetti dijo que el nuevo gobierno tiene el interés de sumar inversiones y abrir el comercio, en tanto en el encuentro con los partidos políticos Nin Novoa expresó que Uruguay tiene expectativas sobre el cambio de Argentina y la apertura de una nueva etapa.
Incluso la senadora socialista Mónica Xavier dijo en conferencia de prensa que el gobierno “ve un mejor clima dentro del Mercosur” luego de la salida de Cristina Fernández de Kirchner de la Casa Rosada.
Pero al tiempo que cancillería espera que Argentina mejore la oferta de bienes para el TLC con Europa, el gobierno uruguayo también planifica acuerdos comerciales con China, India y Pakistán, según dijo el canciller, quien mantiene en agenda el acercamiento hacia la Alianza del Pacífico, aunque es un tema para el mediano plazo donde todavía debe superar diferencias que existen entre sectores del Frente Amplio.
Es que en el primer gobierno de Tabaré Vázquez y en el de José Mujica se pretendió soslayar los serios problemas del Mercosur renovando la apuesta a un bloque regional que no nos daba respuestas, e incluso durante la cancillería de Reynaldo Gargano, junto a sectores radicales del partido de gobierno, se llegó a sabotear las negociaciones de un tratado de libre comercio con Estados Unidos, cuando en una poco patriótica actitud el uruguayo fue a pedirle a Brasil que reprenda a nuestro país por buscar mejores horizontes.
Pero hoy ya es imposible seguir ocultando esta realidad, porque el mundo va en otra dirección y no es posible seguir encerrados; urge salir a negociar en bloque o individualmente en un mundo en el que lamentablemente hemos perdido competitividad por condicionamientos internos, y acuerdos con la Unión Europea, la Alianza del Pacífico y países asiáticos son fundamentales, como señalara el canciller Nin Novoa, ante los cambios políticos dentro del Mercosur y miradas coincidentes respecto a priorizar los negocios y el intercambio comercial respecto a los amiguismos inconducentes.
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