Opinion | 28 Feb Las discusiones en torno al perfil profesional del vicepresidente de la República, Raúl Sendic, o el intercambio de opiniones basados en la tenencia de armas que protagonizaron los ministros Eleuterio Fernández Huidobro y Eduardo Bonomi, además de las sucesivas reacciones de una amplia gama de actores oficialistas, opositores, técnicos, tirios y troyanos, confirman que --al menos en Uruguay-- las cortinas de humo rinden bien para quitar la atención de asuntos realmente relevantes y urgentes de resolución.
Mientras se lleva adelante una estrategia de prevención sanitaria para evitar el incremento de casos de dengue autóctono y el ingreso del zika al país, el Ministerio de Salud Pública resolvió un descenso de la tasa de IVA a los repelentes, cuyos precios aumentaron en forma sostenida ante la aparición de la enfermedad; sin embargo, no adoptó una decisión similar para los protectores solares o alimentos sin gluten. Ocurre que mantener una vida saludable con la utilización de determinados productos que se reiteran en las promociones de buenos hábitos resulta caro y este aspecto se agrava en la población objetivo, fundamentalmente de escasos recursos que aguarda una legislación al respecto.
Paralelamente, sigue sin plantearse una discusión con sinceridad que trascienda el ámbito legislativo y se instale en una comunidad desacostumbrada a los debates, donde se presenten los desniveles educativos existentes y el descenso en las exigencias curriculares, que se han transformado en un desacierto al momento de las evaluaciones. De hecho, a nivel departamental, las estadísticas presentadas desde los órganos encargados de la instrumentación de políticas sociales, señalan que un alto porcentaje de los jóvenes cuenta con una escolaridad de 7,8 años. Esos desniveles repercutirán --sin dudas-- en la accesibilidad a mejores oportunidades de empleo y se presentarán mayores desigualdades salariales, en el marco de una brecha que se profundiza.
Por otro lado y desde el espectro político, los partidos opositores anunciaron que presentarán en forma conjunta una denuncia penal por supuestas irregularidades en la gestión de Ancap durante los gobiernos frenteamplistas, al tiempo que el presidente Tabaré Vázquez, resolvió la remoción de su presidente que retornó a su cargo gerencia.
Y si bien siguen sin aparecer las autocríticas necesarias, lo que se observa en el escenario son cuestionamientos continuos “hacia la derecha” cuando el partido de gobierno presenta fuertes divisiones sectoriales en su interna, donde los agravios personales trascendieron las redes sociales para transformarse en discusiones bizantinas que nada aportan a la resolución de los verdaderos problemas que tiene el país.
Cuando el humo deje de contaminar el aire, será tiempo de comenzar a ver a quienes están al lado. Pero --como siempre-- ya serán tiempos electorales y la “operación olvido” empezará a hacer de las suyas.