Paysandú, Miércoles 16 de Marzo de 2016
Opinion | 11 Mar Las tecnologías digitales se han extendido en forma masiva en las últimas dos décadas y en repetidas ocasiones escuchamos a dirigentes públicos hablar con entusiasmo sobre las grandes posibilidades que ofrece la era digital.
Sin embargo, los beneficios esperados no han llegado a todos por igual, tal como se anticipó. Así lo señala un informe de este año del Banco Mundial dedicado al tema de Internet, cuyo título es “Dividendos digitales” y que aborda la función de Internet en la promoción del desarrollo, el crecimiento, el empleo y la prestación de servicios. También analiza los riesgos de la era digital: la creciente concentración en muchos sectores, el aumento de la desigualdad debido a la automatización y desaparición de algunos tipos de empleos, y la amenaza de que Internet se use para controlar la información en vez de compartirla.
Aunque Uruguay es un país con una alta penetración de Internet en los hogares y con acceso a través de los planes Ceibal e Ibirapitá, no sucede lo mismo en otras partes del planeta. Si bien el total de usuarios de Internet se ha triplicado a nivel global en la última década, pasando a una cifra estimada de 3.200 millones, casi el 60% de la población mundial –aproximadamente 4.000 millones de personas– aún no tiene conexión a Internet, según el estudio. En este sentido, plantea que se necesitan realizar mayores esfuerzos para que más personas tengan acceso a Internet y crear un entorno que propicie los beneficios de las tecnologías digitales para todos.
El estudio llama la atención sobre muchos resultados insatisfactorios e inversiones desperdiciadas, así como proyectos de gobierno electrónico que fracasan. Pero hay cuestiones analógicas más básicas (tales como la educación, el entorno empresarial y la rendición de cuentas de los gobiernos) que requieren atención inmediata para que las tecnologías digitales puedan ser utilizadas con sentido crítico y favorecer la innovación.
En un mundo en que hay más gente con acceso a celulares que a electricidad o suministro de agua, hay que poner atención tanto en los factores tecnológicos como en los analógicos. Sólo con tecnología no se alcanza el desarrollo. Es necesario utilizarla de la forma adecuada y solo si las personas tienen acceso a las habilidades para aprovechar estas tecnologías, se podrá evitar el rezago mientras el mundo avanza.
En este sentido, ciertos complementos “analógicos”, como por ejemplo políticas y regulaciones, son necesarios para garantizar que el mercado digital sea competitivo y que Internet amplíe el acceso a la información, reduzca su costo, y promueva sociedades más inclusivas, eficientes e innovadoras. Algo que también acá deberíamos tener en cuenta y no descuidar.
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