Rurales | 16 Mar La vendimia 2015-2016 está en sus etapas finales, con productores que han terminado de cosechar y otros que ingresan en las etapas finales. “Realmente fue una muy buena vendimia con uvas de interesante calidad”, las que se obtuvieron en la región, sostuvo a EL TELEGRAFO Leonardo Falcone.
El productor y empresario local reconoció que han “pasado de todo porque las altas temperaturas –especialmente de enero– a la intemperie es una cosa, pero dentro del surco de la viña parecía que te cocinabas y te quemabas aún con ropa encima”.
Sobre el impacto de las altas temperaturas, cuando el sol quemaba, “uno levantaba un gajo y veía que la mitad del racimo estaba complicado por el sol”. Para eso entiende que “es importante que la vid esté bien cubierta de hojas, algo diferente de lo que se hace en el sur, que a pesar de estar a 300 kilómetros tienen otro clima y ahí deshojan”. Las primeras aguas de febrero llegaron muy bien, “pero después cuando cayeron 100 milímetros y más, comenzó a perjudicar todo”, explicó.
Falcone comenzó la vendimia en diciembre con las variedades de uva de mesa y con buenas lluvias en general. “Las viñas estuvieron muy bien preparadas y curadas”, “lo que permitió encontrarnos con muy buena calidad de uva”. “Nosotros tenemos la característica de esperar los grados, porque el vino sale bueno si la uva madura bien. Por algo todavía se está cosechando, y seguramente lo haremos hasta este jueves, inclusive”, acotó.
Explicó que en la zona de tosca implantó riesgo “ante la necesidad imperiosa de agua de las plantas, y que fue de vital importancia en enero cuando se acentuó el déficit hídrico”.

CALIDAD DE LA UVA
La calidad de la uva fue manejada “desde el principio de la zafra. Primero por la faltante de agua bien marcada en el mes de enero, después cuando la planta comenzó a sufrir estrés hídrico se tuvo que conducir el riego y la humedad”, expresó la enóloga Carolina Falcone. Mientras se disfruta y utiliza en la empresa el nuevo sistema de molienda, falta cosechar el cavernet sauvignon, procurando que llegue a la sobre maduración, lo cual no es fácil de obtener todos los años. Entiende que esperar una variedad y dejarla en la planta tanto tiempo se da en pocos años. Aclaró que “este año se vio un equilibrio desde la primavera, la cual fue muy moderada y hace mucho que no se daba con temperatura tan fresca y sumamente agradable; el verano y especialmente enero estuvo bien marcado y cambió con las lluvias en febrero”.
Falcone precisó que “si bien la cosecha es el trabajo de un año, la parte que marca mucho es el período en donde comienza a brotar la viña, lo que determina la calidad y marca lo que es la primavera y la cosecha del año siguiente”.
Explicó que las variedades “tintas e inclusive las cabernet se comportaron muy bien y estamos llegando al final, esperando que esa evolución que tuvieron se siga dando”. Agregó que siempre en un período de seca “la que se comporta excelente es el cabernet, pero este año todo fue muy equilibrado y óptimo en calidad y cantidad”. Señaló que “si bien la maduración empezó un poco más tarde, a fines de enero y principios de febrero, fue una buena vendimia. Hace mucho tiempo que no teníamos una así”. Asimismo, la mecanización ha sido un elemento fundamental para mejorar el trabajo. “Se ha logrado mejorar la recepción y entrada de la uva, mecanizando desde la volcadora y varios cambios buscando mayor simpleza”, dijo.