Opinion | 15 Mar En los últimos años, se ha observado una fuerte diversificación en las fuentes de energía utilizadas para generación eléctrica, en el marco de una estrategia de incorporación de fuentes renovables sustitutivas de las energías de origen fósil en la matriz energética.
En particular, la energía eólica tuvo un crecimiento destacado, y sólo en 2014 entraron en operación diez nuevos parques eólicos, con una potencia instalada total de más de 400MW, permitiendo un mejor aprovechamiento del recurso eólico en el país.
Aunque tiene menor desarrollo, la energía solar tuvo en 2014 un total acumulado de 3.703 kW de potencia instalada de paneles solares fotovoltaicos, estimándose que dicha potencia corresponde a una superficie total de 89.576 metros cuadrados aproximadamente, según datos de la Memoria Anual del 2014 de UTE.
Teniendo en cuenta que la Cámara Solar del Uruguay tiene como objetivo que, para el 2020, el país tenga un millón de metros cuadrados de superficie de captación solar térmica, resulta claro que esta fuente de energía tiene mucho para crecer. El gobierno estima que, a corto plazo, aproximadamente 230 megavatios serán instalados en nuestro país en granjas solares fotovoltaicas basados en equipos de fabricación nacional para transformar la energía solar en energía eléctrica limpia.
En consonancia con los objetivos y estimaciones antes señaladas, la semana pasada el Poder Ejecutivo envió al Parlamento un proyecto de ley por el cual se otorgan beneficios tributarios para promover la producción nacional de paneles solares destinados a la generación de energía fotovoltaica.
El texto extiende las facilidades impositivas que tiene la energía solar térmica a la energía solar fotovoltaica y propone un régimen de devolución del IVA para la adquisición de paneles solares, así como a la importación de los bienes y servicios destinados a su fabricación. También faculta al Poder Ejecutivo a otorgar la exoneración de todo recargo y tributo --cuya aplicación corresponda en ocasión de la importación--, a bienes destinados a integrar el costo de los paneles solares, siempre que hayan sido declarados no competitivos con la industria nacional.
Entre otros aspectos, la iniciativa permitiría que el desarrollo de esta forma de generación de electricidad pueda eventualmente basarse en equipos de fabricación nacional y, por ejemplo sería útil para impulsar el desarrollo de emprendimientos el desarrollo del Polo Fotovoltaico de Paysandú, que fabricará paneles solares en un predio ubicado en el Parque Industrial sanducero.
Se trata de incentivos necesarios para el sector, que se espera contribuya a abaratar producir más energía de fuente renovable en el país, ahorrar dinero y mejorar nuestro comportamiento ambiental.