Paysandú, Viernes 25 de Marzo de 2016
Opinion | 19 Mar Por cierto que la gestión de la Cancillería uruguaya en la segunda administración del presidente Dr. Tabaré Vázquez ha sido muy distinta a las que se desarrollaron durante su primera presidencia y la de su sucesor José Mujica, donde la conducción de la política exterior fue signada por un perfil netamente ideológico, en ancas de la asunción de gobiernos de izquierda en la región, contrariamente a lo que ha sido la línea tradicional del país.
Claro, el sumun fue la actuación en el Mercosur como si se tratara de un club de presidentes amigos, donde se difundió plenamente la premisa de Mujica en el sentido de que lo político está por encima de lo jurídico, y en el marco de ese particular e irracional concepto, se hizo entrar a Venezuela por la ventana y se suspendió del grupo a Paraguay por considerar que en este país se había vulnerado la democracia, sin mover siquiera un dedo cuando han ocurrido cosas mucho peores en la Venezuela de Chávez y Maduro.
Pero la idea de profesionalizar la política exterior sobre la que se apoya la línea de Nin Novoa es vital para un país pequeño como Uruguay, que debe abrirse a todo el mundo y apoyarse exclusivamente en el respeto al derecho internacional por encima de simpatías, afinidades e ideologías, porque este es el eje histórico de la política exterior.
Lamentablemente, este precepto no se cumplió a carta cabal en ninguno de los dos gobiernos, donde tanto los cancilleres Reynaldo Gargano como Luis Almagro siguieron lineamientos que no siempre se ajustaron al respeto al derecho internacional, sobre todo en el Mercosur, y hubo afinidades que distorsionaron el eje directriz que había sido sello de la Cancillería.
El hecho de que el Mercosur siguiera frustrando expectativas de los países signatarios, y sobre todo a partir del advenimiento del gobierno de Mauricio Macri en la Argentina, ha permitido que la visión ideológica predominante tuviera que rendirse ante una realidad imposible de ocultar. El acuerdo con este perfil tenía poca vida, era necesario abrirse al mundo y permitir acuerdos bilaterales, a la vez de concretar acuerdos entre bloques, como se hace en otras regiones del mundo que así siguen creciendo y mejora la calidad de vida de los pueblos de los estados adheridos.
En las últimas notas el canciller Rodolfo Nin Novoa dijo que uno de los objetivos por los que trabajará su país durante la presidencia pro tempore del Mercosur será el acuerdo que se busca concretar con la Unión Europea (UE) que “dará luz” para atraer a más socios comerciales a la región.
El ministro hizo estas afirmaciones en el marco de la primera sesión plenaria de este año del Parlasur, en Montevideo, donde agregó que la agenda externa jugará un “rol fundamental”, y consideró que “si logramos ese paso (acuerdo con la UE), no habremos llegado al final de algo sino que será el principio de un proceso. Sin embargo, la marca Mercosur volverá a ser noticia por un hecho puntual que le dará luz, y esa luz podrá actuar como atracción hacia otros socios comerciales”, aseguró.
A su juicio, el bloque regional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia en proceso de adhesión, ha hecho un “gran esfuerzo” en el desarrollo de la oferta que será presentada ante los europeos, y agregó que “confía” en que “del otro lado” se culminen los esfuerzos para concretar el intercambio.
Nin Novoa incluso redobló la apuesta, y destacó que el ejercicio con la UE no es el único que figura en su horizonte, por lo que señaló que la idea es mirar hacia otros mercados como Canadá, la Alianza del Pacífico, China e India, y expuso que “trabajaremos en ideas para propiciar mayor coherencia y estabilidad en esa materia, a la vez de generar un debate serio en relación a los conceptos de flexibilidad versus rigidez en el estado actual del proceso de integración”, en tanto indicó que en abril Uruguay organizará una reunión extraordinaria con los cancilleres del bloque sudamericano con motivo de celebrarse los 25 años de su creación.
Además, dijo que en materia de políticas internas el país promoverá durante su mandato trabajar sobre las restricciones comerciales entre los países miembros, que según indicó “no permiten aprovechar” las ventajas de las zonas de libre comercio, y en cuanto al Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur, el cual se integrará con aportes anuales de los Estados partes, acotó que ya hay acuerdos entre ministros de Economía de los países miembros para nombrar a Fonplata el administrador de estos recursos.
Asimismo subrayó que se trabajará para lograr la incorporación normativa de Venezuela al bloque, ya que, en cifras, el país caribeño ha cumplido con 505 de las 739 medidas que exige el Mercosur, aspecto sobre el que señaló que “para nosotros es un país muy importante desde el punto de vista geopolítico y del mantenimiento de los equilibrios necesarios que hay que tener en la conformación de este proceso de integración”.
El intento de revitalizar el alicaído Mercosur está guiado --suponemos-- en primer lugar porque la geografía impone la necesidad de que el instrumento permita potenciar en conjunto las ventajas comparativas de cada país y disimular falencias, integración sociocultural, a la vez de apuntar a la complementación en esquemas productivos, intercambio comercial y disimular que en muchos mercados los países de la región compiten entre sí. Igualmente el objetivo de relanzarlo debería hacerse sobre la premisa de aprender de los errores para no repetirlos, actuar como bloque ante el mundo y procurar acuerdos para no quedar afuera del comercio mundial.
Y, como primera cosa, dejar de lado las afinidades ideológicas y los amiguismos de una buena vez para incrementar el intercambio comercial y la complementación productiva, las cadenas de valor, como instrumentos de desarrollo que van de la mano para mejorar la calidad de vida.
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Mar / 2016
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com