Paysandú, Sábado 26 de Marzo de 2016
Rurales | 19 Mar “El agua fue escasa, pero aún así resultó muy buena para las sojas, que necesitaban estas lluvias, además refrescó y eso mejoró el ánimo de quienes visitaron ayer la Expoactiva”, dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Carlos Valdomir, integrante del comité organizador y de la Asociación Rural de Soriano.
El dirigente sanducero manifestó: “en la mañana tuvimos alguna brisa importante, con vientos que apenas hicieron caer algunos carteles”, en alusión a que no se constató ningún inconveniente mayor. Alrededor de las 8 de la mañana comenzó a llover y el registro –según Valdomir-- fue de 10 milímetros.
Las precipitaciones se extendieron hasta minutos antes del mediodía. Cuando aflojó, “la gente se vino de bota de goma para participar de las actividades que, con excepción del maquinódromo y la activa, se desarrollaron con normalidad”, indicó.
“Todo lo concerniente a conferencias, las actividades de los criollistas y el sector ganadero funcionaron normalmente”, dijo Valdomir, quien con el cambio de clima tiene muchas esperanzas de que este sábado en la última jornada llegue mucho público a la muestra.
Para la presente jornada –día de cierre de la Expoactiva 2016-- está previsto que a las 10.30, la Federación Rural del Uruguay realice una sesión abierta del Consejo de la FRU. Se espera una importante asistencia de representaciones de las diferentes gremiales.
El integrante de la organización se mostró satisfecho por la respuesta de los empresarios que continúan apostando a la muestra para presentar sus productos, que genera más de 4.000 puestos de trabajo durante los cuatro días y total ocupación de la hotelería en Soriano y departamentos vecinos.
Alrededor de 1.500 personas trabajaron en los diez días previos al comienzo de la muestra en el armado y las más de 4.000 lo hacen durante la exposición, entre las personas contratadas por la organización y quienes atienden los estands de las distintas empresas. Son casi 300 estands en representación de más de 700 marcas con productos para la agropecuaria, el transporte y la industria en general.
Como expresara el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, en la inauguración, la Expoactiva es un ejemplo del país que integra campo y ciudad. “No con discursos, con acciones”, y remarcó que debe ser un ejemplo “para esa visión urbana que se niega a aceptar y a entender que el 80% de las exportaciones provienen del sector agropecuario y agroindustrial. O a la que no le gusta entender que el 55% de la industria nacional es agroindustria. O que a veces lanza conceptos --a mi juicio perimidos-- de que tenemos que cambiar la matriz productiva para agregar valor”.
Y refiriéndose a la muestra que hoy termina, el secretario de Estado agradeció a la institución organizadora “por su visión institucional y su compromiso con el futuro, que hace que más allá de escenarios buenos, malos o regulares, con la soja a 500 o a 300 dólares, y con el dólar a $18 o $33, la Expoactiva siempre está”.
CERTIFICACIÓN DE GRAMÍNEAS
Hasta el día de hoy técnicos del Instituto Nacional de Semillas (Inase) atenderán consultas sobre certificación de gramíneas forrajeras en la Expoactiva para orientar a los productores sobre las modificaciones en los estándares de producción y comercialización de granos, aplicadas desde 2013 y a futuro. Durante 2016, Inase plantea el desafío de eliminar la clase comercial en semilla de avena. El proceso se inició en 2013 cuando se aprobó la eliminación de la clase comercial para cinco grupos de especies de gramíneas forrajeras: dactylis, bromus, raigrás, avenas y festuca. En diciembre de 2016 se eliminará la clase comercial en avena (avena byzantina, a. sativa y a. strigosa) y, finalmente, el 31 de diciembre de 2018, en festuca.
El objetivo es continuar de forma paulatina y planificada para asegurar el abastecimiento del mercado, sin tener un impacto en el aumento de precios. En este contexto, Inase recuerda la importancia de planificar para esta nueva zafra los semilleros de todas las especies de avena de este año, sembrando semilla certificada 1 o categorías superiores.
En la práctica, el mercado de las gramíneas forrajeras se ha abastecido principalmente de semilla de la categoría comercial B, que se relaciona directamente con la llamada cosecha ocasional (cuando un productor decide cerrar un potrero en el que tiene sembrado un verdeo con el objetivo de cosechar semilla). Esta forma de producir semilla no cuenta con planificación, trazabilidad, control generacional ni sigue los parámetros de producción de semilla para ofrecer como resultado un insumo de alta calidad.
Por el contrario, la producción de semillas certificadas sigue un estándar de producción basado en parámetros de campo y laboratorio que aseguran lotes de semillas con calidad genética, física y fisiológica. También existe control generacional, al limitar la cantidad de años que se puede multiplicar un mismo lote de semilla, minimizando así el riesgo de que ocurra contaminación y evitando que la variedad pierda sus características.
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