Deportes | 23 Mar Dijo que calienta en el Barcelona con Neymar, y que hablaron de hacerlo juntos antes del partido del viernes. Y confesó que apostaron con el delantero brasileño una hamburguesa. “Es medio en joda, pero hay que pagarla”, dijo entre risas Luis Suárez, el delantero celeste cuya palabra quería escuchar todo el mundo, en esta vuelta a la selección.
El salteño habló de todo, del sentimiento que despierta volver a vestir la Celeste, de la ansiedad, y se emocionó cuando fue consultado por el significado de retornar sin tener al fallecido kinesiólogo Walter Ferreira en el Complejo “Uruguay Celeste”, que fue fundamental para que pudiera jugar el Mundial 2014. “Es complicado, cada vez que me preguntan me cuesta hablar porque lo importante que fue para mí. Estoy seguro que él está orgulloso de verme acá con la camiseta de la selección”, dijo quien aseguró que, si hace un gol, se lo dedicará a su amigo.
Suárez contó que habló con Tabárez sobre lo que se viene. “Yo ya sabía que la iba a tener. Dialogamos como dos adultos que teníamos ganas de hablar de todo, a nivel general. De lo que genera esta vuelta y de que no tenga presión ahora. Sí la tenía antes, cuando pasó lo del Mundial. Uno va a prendiendo para sacarse todo de arriba”.
Tras agregar que “uno está más que feliz de volver a estar acá, conviviendo con los compañeros”, confesó que trata de “manejar el nerviosismo y la ansiedad que me puede dar la euforia de la gente. Sé que es especial por el tiempo que ha pasado pero me siento un jugador más del resto del equipo”, aunque “voy a seguir corriendo, peleando, discutiendo, aunque con más moderación, aprovechando la oportunidad de volver a jugar con la selección”.