Opinion | 12 Abr Recientemente OSE hizo pública su decisión de instalar un alambrado de 110 kilómetros en el perímetro de la represa de Paso Severino, sobre el río Santa Lucía, para evitar que los tamberos de la zona sigan utilizando tierras públicas a orillas de las principales fuentes de abastecimiento de agua, para el abrevadero del ganado. Los tamberos que utilizaban esa zona para sus actividades productivas podrán acceder al agua a través de una bomba para extracción a muy bajo costo.
Estudios realizados en la zona indican que esa práctica implica un perjuicio ya que los desechos que generan los animales llegan en forma directa al agua favoreciendo el incremento de nutrientes que propician la aparición de algas. La medida se tomó en el marco de un plan de acción que busca proteger la cuenca del río Santa Lucía con la finalidad de detener y revertir el proceso de deterioro de la calidad del agua.
En tanto, según publicó El Observador, una investigación de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (UdelaR) y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) concluye que es “muy preocupante” la situación de más de la mitad de 60 ambientes acuáticos monitoreados en el departamento de Montevideo, los cuales se encuentran por encima de la normativa, fundamentalmente en lo que refiere a los valores de fósforo.
Si bien no se cuenta con estudios similares sobre calidad de agua a nivel nacional, el exceso de nutrientes se presenta como un problema generalizado que fomenta la aparición de cianobacterias en diferentes cursos de agua del país, entre ellos en las cuencas productivas, donde proliferan con éxito.
El aumento de nutrientes (fósforo y nitrógeno) en las aguas se asocia históricamente con las prácticas agrícolas y los aportes de aguas residuales domésticas, industriales o ganaderas no tratadas, que llegan directa o indirectamente a los sistemas acuáticos.
Si bien la Comisión Administradora del Río Uruguay y la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande realizan seguimiento de este tema y monitoreo de las floraciones algales en el río Uruguay, evidentemente es necesario contar con más información sobre la situación real de los cursos de agua del Interior debido a su importancia para uso productivo y humano.
La conformación de un gabinete ministerial de ambiente, integrado por los ministerios de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente; Ganadería, Agricultura y Pesca, e Industria y Energía, es una buena señal de la importancia que el gobierno está dando al tema. Sería bueno que un relevamiento exhaustivo de la calidad del agua --similar al realizado en la cuenca de río Santa Lucía, que abastece a Montevideo-- se realice con alcance nacional.