Paysandú, Lunes 18 de Abril de 2016
Rurales | 17 Abr Los productores de la zona de Santa Blanca aguardan que “de una vez por todas” el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) “se ponga los pantalones” y exija ante quien debe ser que el ganado suelto que pasta en caminos de esa zona y que tiene garrapata sea retirado y trasladado a un campo, “porque así ¿cómo terminamos los productores con el problema?”, dijo a EL TELEGRAFO Ramiro Zeni.
El productor apoyó las declaraciones de otros vecinos, quienes el día en que el titular del MGAP, Tabaré Aguerre, mantuvo reuniones en Paysandú con grupos de productores previo al Consejo de Ministros de Piedras Coloradas explicaron la problemática que enfrentan debido a que una productora no tiene campo para su ganado y lo tiene suelto en los caminos vecinales de la zona y “están llenos de garrapata”, aduciendo que “los que realmente deben hacer las cosas se lavan las manos”.
“Pareciera que los productores tenemos que tomar una determinación al respecto, aunque no somos quién para hacerlo, mientras que las autoridades que están para eso no hacen nada”, sostuvo Zeni. “Ahora bien, cuando a un frigorífico le encuentran trazas de etión en la carne que exporta, se sale rápidamente a la prensa, pero para combatir el problema de adentro no se les mueve un pelo”, subrayó.
“La garrapata en la zona es un problema que no tiene solución y lo que uno siente es impotencia porque no tenés amparo por ningún poder del Estado”, dice Zeni. “Hablás con las autoridades sanitarias del MGAP en Paysandú y uno ve que tienen la mejor voluntad, pero llegan solo hasta cierto punto. Si este es un problema sanitario del país, ¿a quién recurrimos?”, se preguntó.
Explicó que “se encuentra garrapata en el ganado que anda en la calle, se aplica la multa y nada más. La policía nos dice que viene, pero si no tiene orden del juez, no puede hacer nada. El juez dice que no hay en donde poner esos animales porque nadie pone un pedazo de campo para ponerlo, pero ningún particular puede hacerse cargo de un problema que no es suyo”, sostiene. Y reforzó su idea indicando que “si el estado tolera que ande el ganado en la calle sin ningún tipo de control, no es problema de los productores solucionarlo. Una de las condiciones de los países a los que les exportamos carne es que no haya ganado en la calle, sin embargo acá cualquiera tiene derecho a hacer lo que quiere”, indicó Ramiro Zeni.
“Lo que molesta es que por un lado se nos exigen un montón de cosas como impuestos, controles sanitarios, pero las autoridades que deben tomar medidas no lo hacen, eso es lo que al productor lo subleva; lo demás, como el clima y otros aspectos, lo vamos llevando, pero no podemos hacer el trabajo de otros”, precisó.
Los productores habían explicado que esa situación genera algunos inconvenientes entre los vecinos. “Lo que pasa es que el ganado a la tardecita se junta en algún lugar de la calle a dormir y el vecino que ve en donde paran, va y los arrea a otro lugar para que no se le junte la garrapata al lado de su predio. Obviamente ese ganado va a otro lado y el que los ve sabe que en ese lugar tendrá problemas con las garrapatas”, indicaron.
Desde el MGAP se exhorta a los productores a controlar sus haciendas por garrapata. “Eso hacemos y bañamos el ganado cuando debe hacerse, pero es imposible controlarla y el bichito anda caminando tranquilo por la calle, pasa a nuestros campos y después al ganado, ¿y cómo lo controlamos?”, decían.
El gasto que implica es muy grande, aducen los productores. “No es solamente juntar el ganado, ver si tiene garrapata y bañarlo. El problema es que tenemos que ir seguido para la veterinaria para comprar el remedio y a esta altura no sabemos qué producto es el más efectivo porque ya convivimos con la garrapata. Por lo menos hasta que el ministerio se ponga las pilas”, indicaron sumamente molestos.
CAMINERÍA
“Los caminos de la zona están muy feos”, dijo Ramiro Zeni frente a otro de los inconvenientes que enfrentan los pobladores de Santa Blanca. “Uno, sobre todo, que es el que también utiliza la empresa forestal que tiene campos en la zona. Ingresan 30 camiones por día vacíos y después salen cargados con aproximadamente 50.000 kilos de madera y, por más que tengamos tiempo bueno, no hay camino que aguante”, subrayó.
Y analizó: “si ni siquiera lo soportan las rutas que tienen asfalto, imaginate estos caminos que son de tierra”. Explicó que “las juntas locales están muy limitadas en su presupuesto y poco pueden hacer. Las empresas forestales no mantienen lo que rompen y las juntas no están en condiciones de arreglar. Y los que pagamos el pato somos los productores chicos que estamos en el medio. Ahí surgen los movimientos de cosecha, de los camiones cargados de granos, tractores, cosechadoras”.
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