AHORRAN DIVISAS Y DISMINUYE LA CONTAMINACIÓN

Locales | 19 Abr El ingeniero Manuel González, gerente general de Alcoholes del Uruguay (ALUR), comentó acerca de dos proyectos que analiza ALUR para instalar en la planta de Paysandú. “Se está en el estudio de viabilidad para la generación eólica. En Paysandú consumimos energía de la red de UTE y hemos hecho estudio de vientos con una torre que colocamos desde hace más de un año y existe la posibilidad de instalar un molino eólico para generar energía eléctrica, lo que se haría con un privado que nos venda la energía. Eso permitiría que el inversor nos venda la energía a un precio que le resulte beneficioso y a nosotros nos permitiría comprar la energía eléctrica más barata. Hemos hecho los estudios de factibilidad técnica y económica con buenos resultados; si el directorio y el gobierno lo aprueban, buscaremos la forma de implementarlo haciendo un llamado a posibles inversores”, adelantó. El otro proyecto se considera desde el montaje de la planta y es un equipo “recuperador” de dióxido de carbono (CO2), un subproducto gaseoso de la elaboración del bioetanol. Al respecto, se hizo “un llamado abierto a interesados para captar el dióxido de carbono que se genera por la fermentación. El CO2 se puede purificar, licuar y comprimir para venderlo a los mercados regionales, como puede ser la fabricación de bebidas carbonatadas. Es un proyecto interesante, donde habría un privado que realice la inversión en contrato con ALUR y nosotros le suministraríamos el dióxido de carbono”.

DESTILADORA DE BONIATO
Otra de las inversiones de ALUR se hizo en Artigas, con una microdestiladora. Al respecto, González dijo que “es una planta piloto, de pequeña escala y a base de boniatos, como parte de un programa de desarrollo e investigación, con fondos de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y participación de la Intendencia de Artigas. Se instaló una pequeña planta industrial que procesa una materia prima diferente, que es una variedad de boniato utilizado específicamente para la producción de alcohol. En la región no es muy empleado, pero es muy común en regiones de Asia y es una forma de evaluar otra posibilidad de materia prima para la producción de biocombustibles”. En este sentido explicó que “el alcohol va para producción de biocombustibles y se mezcla con las gasolinas. Pero el volumen que tiene es pequeño en comparación con el que se produce en Paysandú o Bella Unión”, y aclaró que es solo para mezclar con naftas “porque no instalamos la etapa de potabilización y se destina solo a esas mezclas, aunque también podría producirse para alcohol potable”.

ESPECIAL DEL INIA
Sobre si ese tipo de boniato se adapta a las condiciones uruguayas, afirmó que “sí, los cultivos hechos a nivel de campo fueron bien interesantes y los resultados que tuvimos hasta el momento fueron promisorios sobre la viabilidad de esa producción en Uruguay”. Se trata de “un boniato que tiene un contenido de almidón alto, específicamente para la producción de alcohol. No se comercializa habitualmente para alimentación humana y es una variedad que ya había en Uruguay; el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) participó en el desarrollo de la variedad, porque es un desarrollo nacional”.
Consultado sobre si se trata de una alternativa a la actual producción de caña de azúcar, dijo que “no en esa escala, porque es un proyecto que busca profundizar la investigación y las oportunidades alternativas de producción a pequeña escala. Más que nada tiene el fin de validar un modelo productivo distinto a otras materias primas, pero no es que estemos pensando en el corto plazo avanzar en el cambio del modelo productivo, porque con la producción de las plantas de Paysandú y Bella Unión podemos atender la demanda de biocombustibles”. Si bien reconoció que “es una decisión que tendrán que tomar los directorios y el gobierno, por lo menos en ALUR no visualizamos reproducir este esquema”, concluyó González.